El PRI al borde de la extinción

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Jorge Arturo Estrada García.

La oportunidad de asegurarnos contra la derrota está en nuestras propias manos, pero la oportunidad de derrotar al enemigo la provee él mismo.
Sun Tzu.
“La política no cambia a las personas, sólo revela quienes son”.
José Mujica.
“Política: Conducción de los asuntos públicos para el provecho de los particulares.”.
Ambrose Bierce.

El presidente marcará los tiempos de la elección de Coahuila. También, las formas y los fondos. Los escenarios políticos serán muy dinámicos e inéditos. El PRI estatal llegará fuerte, aunque no sabremos la magnitud de esa fortaleza hasta junio del 2023. Las victorias tricolores recientes, se dieron ante el peor panismo de muchos años y un morenismo fragmentado. Jesús de León, convirtió en ruinas al blanquiazul y sus principales figuras igual naufragaron en el 2021. Morena, rápidamente los rebasó y el priismo bien estructurado recuperó la hegemonía. Ahora, tocará a los guindas llegar en mejor forma y con López Obrador al frente e interesado en ganar esta elección.

En esta época, los hechos se suceden en cascada. Morena destapará a sus candidatos para el Edomex y Coahuila a finales de julio; de inmediato intensificarán su proselitismo y estos servirán de plataforma para el placeo de las tres principales corcholatas presidenciales. Van a calentar los procesos electorales, mientras la oposición piensa en traiciones, componendas y se aferran a sus cotos de poder.

De esta forma, mientras las disputas políticas por el poder se aceleran, en Campeche se registran cateos en una de las casas del líder del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, esto se da tras un par de semanas en las que la gobernadora Layda Sansores, publicó audios en tiempos oficiales que lo involucrarían en delitos. En tanto, un grupo de 11 exdirigentes del Revolucionario Institucional, se reunieron con Alito para plantearle la necesidad de su renuncia, luego de que ha perdido cerca de 20 elecciones y gobernaturas durante su gestión.

El líder, descaradamente, se aferra al poder, sabe que es la única tabla de salvación, de negociación, que le queda para no pisar la cárcel. Por supuesto que no aceptó renunciar. Moreno se aferra a su cargo, casi seguramente para intentar permutar las reformas constitucionales que desea el presidente, incluso las gubernaturas de los únicos estados que le quedan al PRI: Coahuila y el Estado de México.

Así, vemos cómo desde Palacio Nacional se marca el paso y el ritmo de la elección en Coahuila. A Andrés Manuel, le interesa exterminar al PRI, quiere pasar a la historia como el político que terminó con el tricolor y su poderío, expulsándolo de todas las gubernaturas. Por su parte, Alfredo del Mazo parece dispuesto a rendirse y al igual que Alejandro Murat, luego de la derrota y entregar la plaza, se atreverá a manifestar que se apunta para ser candidato presidencial por el tricolor. De ese tamaño son los ridículos en que navega la clase política actual.

El mitin morenista en Toluca, del domingo 12 de junio, sacudió los tiempos políticos. Así, uno de los pesos pesados mexiquenses, Ernesto Nemer Álvarez, renunció intempestivamente a la secretaría de Gobierno del Estado de México, para buscar la candidatura del 2023 al palacio de gobierno. Si la obtuviera, de rebote dejaría al tricolor de Coahuila sin su candidato más competitivo, actualmente: Manolo Jiménez Salinas y forzaría a que se postulara a una mujer en la entidad norteña por las cuestiones de género que marca la ley electoral. También, circulan versiones de maniobras tras bambalinas del expresidente, Enrique Peña Nieto, para tratar de impedir la derrota del PRI en su entidad.

El PRI está al borde de la extinción. Ya fueron desplazados hasta el tercer sitio, en algunos estados están en riesgo de perder su registro. Las encuestas muestran que el 50 por ciento de los mexicanos no votaría por ellos; y en las elecciones recientes obtuvo solamente el 17 por ciento, en promedio. Aun así, los priistas del país se han revelado como políticos domesticados, más institucionales que revolucionarios. Alito es sostenido por una camarilla de 20 o 30 diputados federales, colocados por él; y tal vez por un par de gobernadores y se niega tajantemente a renunciar. Mientras, millones de priistas del país, azorados, contemplan como el expartidazo se hunde y visualizan ya la posibilidad de sumarse al carro del morenismo ante las derrotas seriales y la escasez de huesos a repartir.

Son millones de militantes tricolores los que quedarán descabezados. Los gobernadores de 22 de sus estados serán morenistas y sus estructuras electorales serán desmanteladas; ya que sin recursos monetarios no podrán alimentarlas ni sostenerlas; por lo que difícilmente regresarían al poder en el corto plazo. En contraste, la tropa terrestre morenista del acarreo, seguirá creciendo para estar lista para la elección presidencial del 2024. Los chapulines también están listos.

El presidente López Obrador, ya terminó su administración, él así lo considera. Ya está enfocado en su sucesión y solamente trabaja para cortar los moños de sus obras estratégicas y contar los votos del 2024. Andrés Manuel ya no gobierna para el desarrollo del país, ni siquiera para transformar al régimen, él ya está ocupado en que sus gallos ganen las elecciones. 

El gobierno federal de la Cuarta Transformación ha sido pésimo en diversos temas. Estamos inmersos en una crisis económica inflacionaria, el precario sistema de salud fue destruido, la inseguridad y la delincuencia crecen diariamente. Así, a estas alturas del sexenio van más de 120 mil asesinatos dolosos, uno cada 15 minutos. La normalización del crimen se da a lo largo y a lo ancho del país, somos un país de muertes y desaparecidos, en la pandemia fallecieron 750 mil personas y los hospitales no tiene médicos, medicinas, ni citas para atender a los pacientes.

Así, como parte de la demagogia oficial, protestamos oficialmente por las actividades de los fabricantes de armas, aunque sea, el propio gobierno, quien no evita que éstas ingresen al país, que las porten por carreteras y brechas, ni mucho menos impide que las usen para asesinar. Abrazos y balazos se ha convertido en la tónica del país.

En un desplante muy caro, el presidente ya gastó más de 100 mil millones de pesos en subsidios a la gasolina, en lo que va del año, el techo a diciembre será de 400 mil millones. Se están quemando los petrodólares que ingresan por los excedentes petroleros, con precios insólitos de más de 100 dólares el barril. Esta cifra equivale a ocho años del presupuesto de Coahuila. Es una decisión política, mantener los precios del combustible es un compromiso de campaña, “no a los gasolinazos”. Ante todo, mantener la popularidad.

En la realidad, la inflación del 15 por ciento en alimentos perjudica con dureza, principalmente, a las clases populares y no ha podido ser frenada, mientras que el subsidio beneficia a las clases medias que tienen varios autos. Al mismo tiempo, el pago de las obligaciones financieras internacionales del gobierno se volvió más caras por el aumento de las tasas de interés en el mundo. La máquina de fabricar billetes estaría lista para usarse.

Así, en Coahuila, el PRI, tan dividido en lo nacional, deberá buscar construir una alianza amplia con el PAN y otros partidos para enfrentar al presidente y su Morena.  También tendrá que dejar de lado su soberbia, las victorias del año pasado por las diputaciones federales fueron debidas en gran parte por el voto útil clasemediero y no por la simpatía de sus candidatos.  El pacto tendría que ser de un gobierno de coalición o entregar posiciones en el congreso local. El tricolor y sus aspirantes no tendrán potencia suficiente para vencer a los guindas si van solos.

El marco, en el que se desarrollarán este par de años de lucha encarnizada por el poder, será el de un país que está polarizado, envenenado por el rencor, el temor y el odio; México está dividido y ensangrentado. El presidente va con todo, a ver quién lo detiene. El PRI solo no podrá, está en lucha por su sobrevivencia. Finalmente, lo más malo es que los candidatos en ambos bandos no serán ni los mejores mexicanos ni los mejores coahuilenses; tal vez ni siquiera serán tan diferentes. Veremos, el tema es interesante.