Rufino Rodríguez Garza.
El solsticio de primavera nos tocó con todo, cayó con luna llena y nos facilitó el encuentro de nuevos grabados en un sitio desconocido para nosotros, aún nos emociona recordar cuando vimos las primeras manifestaciones grabadas.
Una salida productiva pues exploramos el pie de la sierra llamada La Cebolleta. Es el pie del monte del lado norte de dicha elevación.
Una característica de Julio César Carranza y del buen amigo José Guadalupe Flores Ventura es la puntualidad, puntualidad a toda prueba pues salíamos a la hora acordada. Era una salida de un día para otro y pasar allá en esos lugares una fresca noche. Don Tomás Valdez nos indicó la forma de acercarnos, pero de la camioneta al sitio con grabados se camina un buen trecho, fácilmente entre ir, recorrer el lugar y regresar se nos fueron más de 4 kilómetros por veredas difíciles y poco transitadas, pero el encuentro fue benéfico por los buenos grabados en este recóndito lugar.
¿Y cómo supimos de este sitio? Por el buen amigo Juan M. Dávila a quién en alguna ocasión un vecino del ejido Ojo de Agua lo llevó y le mostró esos tesoros. El compañero Ventura y un servidor estábamos enterados, pero no habíamos aterrizado un plan para llegar a esta rinconada; la oportunidad llegó a partir de que conocimos a Julio César Carranza, con él nos pusimos de acuerdo y fijamos fecha y hora y ya convocados partimos a buscar los enigmáticos petrograbados.
Los grabados están en grandes rocas rodadas, y otros en el pie de la loma baja en dónde se conservan en muy buenas condiciones, pues lo retirado y el estar rodeado de ranchos particulares ha evitado que este sitio sea vandalizado.
Los grabados son esas antiguas manifestaciones dejadas en las rocas de buena parte de nuestro Estado. En General Cepeda es dónde se localizan estos enigmáticos signos. Seguro era un lenguaje en el que se dejó de manifiesto sus pensamientos, sus inquietudes y sus costumbres; a la fecha no se ha podido descifrar estos mensajes que en este municipio son abundantes.
No lejos de aquí tenemos lugares tales como La Puerta, Gavillero, Narigua, Rincón del Toro, Loma de Sheiman, Jamoncillos, Los José, etc., y una docena de sitios más de los que ya hemos hablado en estas deshilvanadas notas.
Así como General Cepeda es rico con esas manifestaciones, en los municipios de Ramos Arizpe y Parras son de los que agrupan gran cantidad de sitios, no pocos están por estudiarse y otros por descubrirse.
¿Qué es lo que se observa en estos nuevos grabados? Poca fauna, se le ven huellas de bisonte y de venado, quiere decir que en tiempos pretéritos los bisontes pastaron por estos lugares. En Jamoncillos, en las comunidades de La Puerta y Gavillero, también se dejó plasmado en esos grandes cuadernos de la antigüedad que son las rocas, huellas de esos enormes mamíferos. También se plasmaron huellas de venado que hasta hace poco por aquí pastaban.
Otros motivos de los que se observan aquí son algunas figuras humanas, chamanes quizá se representaron y a los cuales se les pedía por alimentos y por la salud.
El paisaje ahora es desolado, contó con un ojo de agua ahora agotado, pues se han hecho muchas perforaciones que terminaron con el manto acuífero natural.
Caminando hacia el Oriente siempre al pie de La Cebolleta localizamos grabados abstractos y no pocos geométricos, como por ejemplo círculos concéntricos de rayado profundos.
Así llegamos a una enorme roca con el mayor de los tableros de este rumbo. Tiene varias cuentas, pero una es grande de tres líneas de puntos horizontales donde se contabilizan 24 + 23 + 18 que nos dan un total de 65 puntos; poco más de dos y medio meses sinódicos o lunares; dos cuentas pequeñas y más de 10 círculos todo un altar de ritualidades.