Migración, algunas notas al margen

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José Guadalupe Robledo Guerrero.

La migración se convirtió en un gran negocio desde que la alta jerarquía de la iglesia católica se involucró en la huida de los jefes nazis de Alemania en 1945. Los asesinos de seis millones de judíos y causantes de la Segunda Guerra Mundial fueron sacados de Europa para enviarlos a América no solo por un generoso pago, sino también por gratitud, pues Adolfo Hitler y Benito Mussolini fueron los artífices que hicieron a la iglesia romana tal y como ahora la conocemos, pues además del territorio del Vaticano, les dieron suficiente dinero para su banco Ambrosiano.

Hoy en día, la migración de latinoamericanos hacia Estados Unidos, beneficia a otras mafias llamadas eufemísticamente crimen organizado, y según se dice son los que trasladan a los migrantes. Pero hay otras mafias que organizan las caravanas, y como se mantienen en la oscuridad, nadie sabe como nombrarlas, aunque tímidamente se ha acusado a la empresa de inversiones Blackrock, liderada por el estadunidense Larry Fink, quien se encuentra en un permanente enfrentamiento por el mundo financiero con George Soros, multimillonario húngaro americano, filántropo e inversionista. Es tanto el poder económico de ambos, que todos los gobernantes del mundo escogen a uno como su inversionista favorito. En México se dice que es Blackrock.

La migración más importante en América es la conocida como Éxodo de Mariel que se dio en mayo de 1980, cuando Fidel Castro Ruz dejó salir de La Habana a 150 mil cubanos para que migraran a Miami y de allí a varias ciudades de Estados Unidos: Los Ángeles, Nueva York, Chicago, Dallas, etc. Esto vino a desestabilizar a las poblaciones receptoras y de paso, a incrementar el crimen, referente a esto, la película Scarface (Cara cortada) de 1983, escrita por Oliver Stone y dirigida por Brian De Palma, relata algo sobre la criminalidad de esos años en Miami provocada por los cubanos migrantes, a quienes despectivamente se les dio el nombre de “marielitos”.

Además de los miles de migrantes cubanos que Fidel Castro permitió salir en 1980, aprovechando el viaje, vació las cárceles y manicomios, para que criminales, presos políticos y enfermos mentales se incorporaran al Éxodo de Mariel y se fueran a Estados Unidos. Aún no se sabe la cifra exacta de los millones de cubanos que han huido del paraíso “socialista” de la Isla hacia el “Sueño americano”, pero la ONU señala que un millón 650 mil, el 14.6 de la población, han emigrado de Cuba.

Según informes, en estos momentos, viene en camino otra caravana de migrantes, organizada por nadie sabe quién, pero en lo que va de 2022 se han organizado 9 de estas caravanas, en donde destaca un mayor número de venezolanos y cubanos, que tampoco se conoce cómo lograron salir de sus países sin ser detenidos por los regímenes dictatoriales de sus naciones de origen. En lo últimos 6 años han abandonado su país 6 millones de venezolanos, que no quisieron vivir en el otro paraíso “socialista” de América Latina.

Hasta donde se sabe, estas caravanas tienen el apoyo del gobierno mexicano, en común acuerdo con los gobernantes de los países expulsores de migrantes, y México es uno de ellos, pues nuevamente nuestro país, por razones de pobreza endémica y violencia sin freno, es uno de los principales expulsores de personas que van en busca del “sueño americano”, por el fracaso de sus gobiernos.

Actualmente, estas caravanas se han convertido para los gobiernos fronterizos de México en una verdadera pesadilla, pues no tienen estructura para alimentarlos y hospedarlos con cierta dignidad, mientras tanto el gobierno mexicano mantiene su postura “políticamente correcta” de “dejar hacer, dejar pasar”, pues según la narrativa, el actual régimen simpatiza con los estados fallidos que expulsan migrantes ante su incapacidad de darles una vida decorosa en sus naciones de origen.

Sea quien sea el organizador de estas caravanas, lo cierto es que se antojan como una estrategia para poner en jaque al gobierno estadunidense, que insiste en que no puede admitir en su territorio a los millones que huyen de sus lugares de origen, y mientras tanto las fronteras de México seguirán cargando con ese pesado fardo, sin recursos para brindar protección, alimentación y alojo, menos seguridad, salud, vivienda y educación.

Es menester señalar, que los migrantes que se queden en México, seguramente traerán problemas a los mexicanos, pues habrán de demandar empleos y competir por ellos con los connacionales, requerirán servicios de salud que no tenemos ni para los lugareños, y así el problema escalará sucesivamente en todas las áreas de la economía y la sociedad.

Lo curioso del caso, es que un país expulsor de migrantes como es México, se ha convertido por obra y gracia de la demagogia y lo “políticamente correcto” en receptor de migrantes del centro, sur y el caribe de América.

Política aldeana

El dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, quien hace días engalanó nuestra ciudad con su presencia en un acto político, consiguió salirse del escándalo provocado por sus audios y exhibidos públicamente por la gobernadora morenista de Campeche Layda Sansores, al proponer que los mexicanos debíamos armarnos para enfrentar y protegernos de la violencia. Como por arte de magia, esta inusual propuesta hizo que los medios se olvidarán de los audios, para oponerse a la medida oportunista y distractora de “Alito”.

Preguntas huérfanas

¿Será cierto que el morenista Armando Guadiana Tijerina es de izquierda, honesto y generoso, tal y como lo afirmó él mismo en el programa Tragaluz el pasado 27 de junio?

¿Por qué el presidente López Obrador no critica a Naasón Joaquín García, líder de la iglesia evangélica La Luz del Mundo y preso en California por abuso sexual a menores, con la misma dureza que a los jesuitas y los judíos?