José Guadalupe Robledo Guerrero.
La reunión de los presidentes Joe Biden y Andrés Manuel López Obrador el pasado 11 de julio, fue considerada por los analistas como intrascendente, porque no hubo acuerdos dignos de comentar en lo que se refiere a migración, inflación y seguridad; aunque a decir verdad, el escenario que montaron en Washington fue puramente diplomático, lleno de guayabazos, de fingida cordialidad y sin faltar las falsas sonrisas. Simulación pues.
Los más destacados periodistas, en sus escritos afirman que el presidente mexicano fue maltratado en Estados Unidos, no solo por sus anfitriones que no le dieron al evento el estatus de visita de estado ni el tiempo suficiente, sino por los principales diarios norteamericanos en donde no tuvo cabida la visita de López Obrador.
Al parecer, el presidente mexicano fue acotado en su discurso, pues ya no insistió en sus programas sociales “Jóvenes construyendo el futuro” y “Sembrando vida”, a los que considera la panacea para aliviar el problema de la migración de México, Centroamérica y el Caribe. Otro de los ninguneados en Washington fue el Embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, a quien no lo tomaron en cuenta en el evento, pues “ni bulto hizo”.
Los videos y fotos de la reunión entre ambos mandatarios en el Despacho Oval de la Casa Blanca, mostraron el lenguaje corporal de Biden y López Obrador, en donde se visualiza la indolencia y molestia del presidente mexicano, y la postura cuidada, sonrisa congelada y atención ausente del mandatario estadunidense.
Allí, Joe Biden dio su discurso protocolario en 10 minutos, mientras López Obrador utilizó 30 minutos para exponer lo que él considera debe ser la participación de los Estados Unidos en la solución de los problemas bilaterales, y de paso propuso cinco puntos para combatir la inflación en ambos países:
1.- México garantiza el abasto de gasolina en la frontera norte, para que los estadunidenses puedan llenar los tanques de sus vehículos. 2.- México ofrece a Estados Unidos más de mil kilómetros de gasoductos, para transportar gas de Texas a Nuevo México, Arizona y California. 3.- México propone suspender más aranceles y relajar las medidas reglamentarias en el comercio de alimentos y otros bienes, para aminorar los precios a los consumidores de ambos países. 4.- Un plan de inversión privada y pública para producir bienes que fortalezcan los mercados de México y Estados Unidos, y así evitar la importación de productos de otras regiones y continentes. 5.- Ordenar el flujo migratorio y permitir la llegada a EU de obreros, técnicos y profesionales de distintas disciplinas -mexicanos y centroamericanos- con visas temporales de trabajo, para asegurar que no se paralice la economía por falta de mano de obra.
Por su parte, el presidente norteamericano pidió “tener paciencia”, pero ante la falta de acuerdos, quedó claro que la reunión de los presidentes se dio en momentos en que Joe Biden se encuentra con muy bajos niveles de popularidad, cuenta con el 37 por ciento de aprobación a su gobierno, mientras López Obrador tiene el 62 por ciento.
Posiblemente por estos niveles de aprobación, AMLO insiste en que la política exterior se basa en la política interior, pero esta apreciación personal olvida que México depende del comercio con Estados Unidos, en donde somos el principal socio, y de ahí se desprende la inversión y la generación de empleos, lo cual no se ha comprendido en su justa dimensión, y por lo tanto, nuestro gobierno no ha aprovechado la situación de ser vecino y tener 3,152 kilómetros de frontera con el país más rico del mundo, al que toda América quiere migrar, por considerarlo el “sueño americano”.
Quizás por eso, el principal logro que difundió AMLO, fue la promesa de invertir 40 mil millones de dólares en el área energética, emanada de la reunión que tuvo el presidente López Obrador en Washington con empresarios de los dos países, convocados por el Consejo Coordinador Empresarial de México y la Cámara de Comercio de Estados Unidos.
Pero ya en México, con sus otros datos, el presidente López Obrador condicionó las inversiones solares prometidas, para que sean regidas por la Secretaría de Energía y asociadas a la Comisión Federal de Electricidad. También insistió, sin precisar cifras, que Estados Unidos dará más visas de trabajo temporal para mexicanos y centroamericanos.
Lo único cierto, es que el desarrollo y crecimiento económico de México depende de la relación con Estados Unidos, por eso es incomprensible, que ante tales condiciones, el gobierno obradorista simpatice con el discurso propagandístico de países que poco aportan a la economía mexicana, como Rusia y China. Pero seguiremos esperando al estadista mexicano que privilegie en sus políticas a la próxima generación y deje a un lado la próxima elección…
Política aldeana
En la reciente reunión de presidentes en Washington, propios y extraños advirtieron que el presidente López Obrador muestra un comportamiento distinto en Estados Unidos que en México. En nuestro país, AMLO es locuaz, contestatario, agresivo, intolerante y arrogante con sus críticos y malqueridos; mientras en el vecino país, se comporta callado, sumiso y sumamente condescendiente. Ese fue su comportamiento con Donald Trump y con Joe Biden. La actitud presidencial denota que no es lo mismo contestarle a los débiles gobernados que a los poderosos que gobiernan.
Preguntas aldeanas
¿Será cierto que la detención del narcotraficante Rafael Caro Quintero fue “pactada” en Washington en la reciente visita del presidente López Obrador a Estados Unidos?
¿Por qué se desplomó el helicóptero donde murieron 14 de los marinos mexicanos que apoyaron la detención de Caro Quintero? ¿Lo derribaron los narcos o fue por falta de mantenimiento?
¿Cuál será el discurso electoral ahora que AMLO reconoció el importante papel que ha jugado el gobernador Riquelme en la seguridad pública de Coahuila?
¿Qué tan cierto es, que la disputa por el gobierno coahuilense en 2023 será entre el presidente López Obrador y el gobernador Miguel Ángel Riquelme?
¿A qué se debe que ahora que la crisis de falta de agua se ha hecho presente en la mitad del territorio mexicano, se voltee a ver a Agsal como solución al problema, más ahora que el agua es el recurso más preciado en el mundo?