Samuel Cepeda Tovar
Al acercarse las fiestas patrias con motivo de un aniversario más de independencia nacional, los mexicanos comenzamos con la celebración de diversas maneras y en diversos escenarios; en particular, las escuelas públicas realizan sus eventos en que con orgullo resaltan los nombres y hazañas de los héroes de independencia; información que, cabe mencionar, la obtienen tanto de libros oficiales de educación básica o sitios electrónicos en buscadores remotos.
No obstante, la historia que tradicionalmente nos cuentan no son más que “cuentos” que distan mucho de los hechos reales. Para empezar, el grito se celebra en una fecha errónea, pues el cura Hidalgo arengó a los indios la mañana del 16 de septiembre, pero por decreto del General Porfirio Díaz que cumplía años el 15 de septiembre se comenzó a festejar un día antes para celebrar el cumpleaños del dictador.
Sobre Josefa Ortiz, nos cuentan efusivamente que su actitud iconoclasta y rebelde fueron la causa de que su marido la encerrara en una especie de sótano, lo cual es totalmente falso, pues fue encerrada porque sostenía un amasiato con el General Ignacio Allende y al ser descubiertos la reacción del Corregidor, Miguel Domínguez, fue el de aislarla de Allende; de hecho, la hija que llevaba en su vientre “la corregidora” era producto de esa infidelidad.
Hidalgo, por su parte, inicia el movimiento arengando a los indios y entre sus gritos profiere la frase de “Viva Fernando VII”, quien se encontraba preso en España por la invasión de Napoleón Bonaparte y con ello la nación ibérica y sus colonias quedaban bajo dominio francés, algo que resultaba intolerable y por ello se aclamaba por su libertad y retorno.
El caso del cura Hidalgo terminó en locura personal, pues llegó a tal grado de soberbia que exigía que se le llamara “generalísimo” al tiempo que demostraba una total ineptitud como líder al perder el control de su ejército en la alhóndiga de granaditas lo que supuso ser la peor masacre de inocentes por los insurgentes ante la impotencia de Hidalgo que nada pudo hacer al respecto.
Finalmente, sus yerros lo llevaron a la traición y a la muerte. La historia lo ha ratificado como el padre de la patria, pero no fue así, pues quien decide terminar con el conflicto interno y consumar la independencia total de España fue el clérigo Matías Monteagudo, quien es el cerebro de la creación del ejército Trigarante y la falsa unión entre Iturbide y Guerrero, al final, Guerrero fue solo usado para sumar a las castas e indios a la causa criolla de independencia política, pues quien termina siendo emperador de México sería Agustín de Iturbide y el verdadero líder del ejército Trigarante que profesaba la unión, la independencia y sobre todo la religión católica como la única permitida, todo el evidente sello del clérigo Monteagudo.
Esto es solo un breve ejemplo de las múltiples falacias que sobre nuestra independencia se han inculcado a los mexicanos, y es sumamente preocupante que hasta la fecha y a pesar de toda la nueva evidencia histórica se siga inundando de falacias las mentes de los estudiantes con sucesos y personajes que distan mucho de la realidad y con ello abonar al desconocimiento de nuestra historia nacional y sus evidentes consecuencias.