Lic. Simón Álvarez Franco.
Desde luego que por diferencias cronológicas no tuve opción de conocer a esta mujer, hoy injustamente casi olvidada. Nació el 2 de junio de 1886 como Hermila Galindo Acosta en la Hacienda de Avilés, hoy Ciudad Juárez, municipio de Cd. Lerdo, Durango, según copia del Certificado de Bautismo del Archivo Parroquial de Cd. Lerdo proporcionada por su nieto Alfonso Ballesteros a la investigadora Rosa María Valles Ruiz. (1) También se le conoce como Hermila Galindo de Topete por su matrimonio en 1923 con Miguel Enríquez Topete, tenor exitoso, que por su carrera como artista, tenía poco interés en la política, actividad en que nuestra biografiada había destacado desde 1909 que incursionó en ella con brillantes oratorias en contra del gobierno de Porfirio Díaz.
Destacó como escritora, oradora, periodista y activista feminista, sufragista cuyo principal período se desarrolló durante la Revolución Mexicana.
Fue auxiliar y secretaria personal del Ing. Civil por la Universidad de Notredame en París en 1900 Eduardo Hay, quien a sus 23 años, pues había nacido en la Ciudad de México en enero 29 de 1877, demostró su fidelidad y afecto a don Venustiano Carranza hasta la muerte de éste. Vale la pena detenernos un poco en las actividades de este soldado de la Revolución y del gobierno de nuestro país, para conocer su influencia sobre Hermila Galindo.
A su regreso a México fundó el Club Antirelecionista junto con Francisco I. Madero. Al consumarse el fraude electoral de 1910 y proclamarse el Plan de San Luis, Hay fue uno de los primeros en levantarse en armas como Jefe del Estado Mayor de Madero, en la batalla de Casas Grandes, Chihuahua, campaña en que fue herido, perdiendo el ojo derecho.(1)
Al triunfo de Madero, el 12 de agosto de 1911, Hay advirtió a Madero de la peligrosidad de Victoriano Huerta, pues le contó que la noche anterior le había contestado, dando vueltas y conversando en un parquecillo de Cuernavaca que tenía como lema y norma: “Yo nunca siento lo que digo ni nunca digo lo que siento” y le aconsejó que actuara del mismo modo: “Coronel; no olvide lo que le dice este viejo”, le insistió al despedirse. Esto demuestra el carácter y fidelidad de Hay a sus principios de lealtad.
Durante el interinato de León de la Barra, fue inspector de policía y propuesto por Madero como gobernador del estado de Morelos para negociaciones con los zapatistas. En 1919 Hay fue diputado a la XXVII legislatura y en enero de 1913 como vocero de los diputados que pidieron a Madero que radicalizara su postura política. Al consumarse el cuartelazo fue uno de los pocos diputados que lucharon contra Huerta desde su curul.
Se mantuvo fiel a Carranza y éste lo nombró subsecretario de Fomento. Después fue presidente de la Comisión Nacional Agrícola carrancista en 1916 y Diputado a la XXVII Legislatura.
Después inició su carrera Diplomática que había iniciado como agente confidencial de Madero, luego pasó a ser embajador en Guatemala, Italia y Japón donde terminó con Relaciones Exteriores, para ejercer labores administrativas en el período de Lázaro Cárdenas hasta noviembre de 1940. Murió en México en 1941.
Volviendo a Hermila Galindo Acosta, debemos decir que en sus primeros años laborables, obtuvo diversos trabajos para subsistir como taquígrafa y profesora. Hasta que en 1906 logró entrar a la burocracia, convertida en secretaria de Eduardo Hay primero y después de Venustiano Carranza, siendo testigo de primera vista de los pensamientos de estos hombres que manejaban un país caótico. Se destacó como miembro del Primer Congreso Feminista de Yucatán en 1916. En su faceta de periodista y escritora fue fundadora de la revista La Mujer Moderna y autora del libro La Doctrina Carranza y el Acercamiento Indolatino.
Cambios por la Revolución Mexicana
Después de que Carranza tomara el cargo de presidente electo de México, la comisionó para extender el carrancismo a nivel nacional y latinoamericano. En 1918 se postuló ilícitamente como diputada federal, pero perdió el puesto luego de que se publicaran los cargos de la controvertida elección. Mantuvo contacto con clubes revolucionarios, siendo elegida para dar la bienvenida al Ejército Constitucionalista. En 1915 fundó y dirigió el semanario literario y político La Mujer Moderna, durante cuatro años. A través de esta publicación presentó sus ideas sobre el feminismo, promoviendo la educación laica, la sexual y la igualdad entre mujeres y hombres.
En 1916 envió una ponencia al Primer Congreso Feminista en Yucatán, “La Mujer en el Porvenir” que causó revuelo entre las feministas. En ese texto explicaba la necesidad de igualdad entre ambos sexos, incluyendo sus derechos a la igualdad sexual y apoyaba el establecimiento de cursos sexuales, dijo que “la religión era la principal responsable de la ignorancia de la población sobre este tema, por tratarlo como un tabú”.
Impartió conferencias sobre feminismo en distintos lugares del país, fundando varios clubes feministas en cuantos estados se presentaba: Veracruz, Tabasco, Campeche y Yucatán. Viajó a la Habana para dar a conocer la política de Carranza y para protestar contra el intervencionismo de Estados Unidos en México. Fue autora del libro “La Doctrina Carranza y el Acercamiento Indolatino”. Libro que publicó en 1919 efectuando “una constante labor de dignificación y liberación de la mujer”.
Sufragio femenino
A fines de 1916, todavía secretaria de don Venustiano Carranza, envió al Congreso constituyente un escrito en el que solicitó los derechos políticos para las mujeres, argumentando lo siguiente: “La Nación y el mundo entero están pendientes de vuestras labores, señores diputados, y yo espero de ese nuevo Código que estará confiado a vuestro patriotismo y equidad como representantes populares con aspiraciones legítimas sin óbices personalistas para que la mujer mexicana, que no se ha excluido en la parte activa revolucionaria, no se le excluya en la parte política y que, por lo tanto, alcance de la nueva situación, derechos siquiera incipientes, […] Sería una injusticia grave, cometida por el Congreso Constituyente, que dejara a la mujer en el exilio de los derechos que ha conseguido la Revolución”.
En 1920, ante el asesinato de Carranza, se retiró de la vida pública, dedicándose a atender a su familia, contrajo matrimonio con Miguel Enríquez Topete quien era un destacado tenor con poco interés en la política.
En 1940 Hermila recibió la Medalla al Mérito Revolucionario por parte de la SEDENA, gracias al impulso de dos grandes revolucionarios; los generales Pablo González Garza y Luis Cabrera Lobato, subrayando que “fue siempre leal a las causas que abrazó su conducta sin tacha”.
La familia Topete Galindo se mudó de la Cd. De México a Santiago de la Peña, localizado a un lado de Tuxpan, Veracruz. En una fecha desconocida entre 1948 y 1951, el gobierno federal le pidió en renta su casa en la Colonia Portales, calle Víctor Hugo No. 42 de la capital, para instalar una escuela pública; ella accedió con mucho gusto, sin embargo esto le trajo multitud de problemas ya que la SEP se negó a pagarle las mejoras al inmueble y las rentas del mismo, conflicto que llegó a oídos del Secretario de Gobernación Adolfo Ruiz Cortines con quien Hermila llevaba larga y estrecha amistad desde 1944.
En una carta a Ruiz Cortines, Hermila agradecía su intervención favorable para que la SEP le devolviera el inmueble, a lo que el entonces Secretario de Gobernación le dijo como respuesta: “No llore, compañera, aquí estoy para defenderla” logrando ante la Corte una solución a ese problema, a lo que ella le contestó: “Yo no aspiro a pensiones, pero sí creo ser merecedora a que se me brinde ayuda, después de tantas luchas no puedo dejar a mis hijas un mendrugo de pan y que nosotros que siempre vivimos con decoro, por la ruindad de algunos malos elementos de la revolución que no pueden perdonarme, ni atender los esfuerzos de la mujer mexicana por labrarse un mejor porvenir reconociendo su valor como ser humano.”
Cabe hacer notar que el Municipio de Cd. Lerdo, Durango, le dedicó un homenaje al erigir un busto en su honor en la Plaza de Armas de esta ciudad y una placa en su honor en la Plazuela Benito Juárez de la misma.
El Banco de México puso en circulación un billete de $ 1,000.00 con su efigie junto a Francisco I. Madero y Carmen Serdán como homenaje a estos próceres de nuestro país, el 19 de noviembre de 2020.
Fue precisamente su antiguo amigo, don Adolfo Ruiz Cortines, quien siendo Presidente de México, (1952-58) elevó al rango Constitucional el derecho a la mujer mexicana a votar y ser votada al presidir la reforma correspondiente al artículos 34° de la Constitución Mexicana, para dotar a la mujer de sus plenos derechos en 1953, con lo que se inició la participación femenina en el mundo de la política y en la actividad comercial en todos sus órdenes.
En la Ciudad de México la mañana del 18 de agosto de 1954, fue encontrada por su hija plácidamente muerta sobre su cama, fue víctima de un infarto agudo de miocardio.
Sea este artículo un homenaje a Hermila Galindo Acosta, humilde lagunera, sufragista, maestra, periodista y política, cuya azarosa vida y logros, afectó favorablemente la vida de las mujeres mexicana.
Fuentes:
1.- Hermila Galindo, Biografía. Rosa Ma. Valles, 2015.
2.- Memoria Política de México. 2020.
3.- Hermila Galindo, Signos históricos, UNAM 1990.