Oliverio Ascascius.
Si pienso en ti,
el calor de tu piel
lo siento en mi cuerpo.
La dulzura de tus labios
la siento en mi boca;
tu recuerdo vive en mis pensamientos
como el pájaro habita en su nido.
Como el agua en el lago está, o en su río.
El cariño que siento por ti
anida en mi corazón
como un pájaro solitario.
No te puedo olvidar
ni quiero olvidarte.
Vives en mi
aún en contra de tu voluntad,
mi corazón es tu carcelero
y de él no podrás escapar
ni aunque se lo implores de rodillas.
Suya eres
y no eres de nadie más.
El sentimiento que siento por ti
vive en mi alma
y en ella se reproduce a cada instante
que pienso en ti.
A cada momento
que evoco tu nombre.