Jesús M. Moreno Mejía.
“Es más fácil engañar
que desengañar algo”
Napoleón Bonaparte
Cada año se celebra, a nivel internacional, “El Día del Amor y la Amistad” con gran pompa y algarabía, para lo cual es costumbre hacerse regalos entre parejas de enamorados y/o entre amigos, porque simplemente lo impone así la sociedad y sobre todo quienes manejan los hilos del comercio, todo ello con fines de lucro a través de falsas creencias históricas y hasta de tintes religiosas.
También es conocido como “Día de San Valentín” por coincidir con la fecha de dos santos de la Iglesia Católica, quienes, según reza en el martirologio romano, uno de ellos “sacerdote y mártir en Roma, quien después de haber realizado varias curaciones significativas, fue degollado por órdenes del emperador Claudio César”. El segundo Valentín fue un obispo en Terni, quien, por órdenes del prefecto de Roma, dispuso fuera golpeado y encarcelado a causa de su religión, y dada su resistencia en abjurar de sus creencias, fue arrastrado en la calle secretamente a medianoche y degollado.
La revista, National Geographic en Español, infiere que el día en referencia, “a pesar de su fama comercial, proviene de mucho tiempo atrás. En primer lugar, se trata de una celebración religiosa, pues esa fecha se le conoce por el nombre del San Valentín, cuyo religioso se rebeló contra el poder y sufrió las consecuencias.”
En el texto de lo que aparece en dicha revista, se refiere a lo ocurrido en el siglo III en Roma, cuando el emperador Claudio II prohibió los matrimonios jóvenes, creyendo que los solteros y por lo tanto sin familia, eran mejores soldados, debido a que no tenían lazos emocionales, ni compromisos de pareja, aparte de que en esa época el cristianismo estaba vedado en ese imperio.
Fue entonces que el sacerdote Valentín creyó que dicha prohibición era un error, y en secreto comenzó a casar a parejas enamoradas que deseaban unirse en matrimonio. Sin embargo, al enterarse el emperador de ese acto de desobediencia, ordenó finalmente la ejecución del religioso el 14 de febrero del año 270.
La primera celebración del “Día de San Valentín” fue el 14 de febrero del año 494 y al principio la fiesta era oficialmente reconocida por la Iglesia Católica, pero en 1969, durante el Concilio Vaticano II, fue eliminada del calendario litúrgico, dando prioridad a otros santos en esa fecha (los santos hermanos: Cirilo monje y Metodio obispo) y en segundo término a San Valentín.
Actualmente, el “Día de San Valentín” se ha vuelto popular en todo el mundo occidental, e incluso se le conoce también como “Día de los Enamorados” o bien “Día del Amor y de la Amistad”, ya que esos títulos son utilizados por el mercado internacional para la comercialización de productos y servicios de toda índole, por lo que debemos concluir que la fecha nada tiene de romántico como pretende hacerse creer.
Mucha gente se deja llevar por la idea de que el 14 de febrero es obligado el hacer un regalo al ser amado, trátese de la novia(o), de la pareja, sea su esposa(o) o amante, y en otros casos del querido amigo o amiga, no obstante, como se dijo anteriormente, que esa fecha el amor nada tiene de romántico o sentimental, ya que el cariño debe ser sublime, incluso al prójimo, o sea a cualquier ser humano y no necesaria o exclusivamente a alguien en particular.
El amor se debe demostrar con hechos concretos o con gestos sencillos, no con regalos materiales, como ocurre el “Día de San Valentín”, pues el amor no se compra, se conquista con calidez humana, pues desgraciadamente vivimos en un mundo materialista y no llegamos a comprender lo que es la caridad humana, o sea el darnos con afabilidad a nuestros semejantes.
Resulta ser más fácil recurrir al engaño, cuando queremos obtener algo de alguien, incluso un favor sexual, pues como lo dejó escrito Napoleón Bonaparte, “es más fácil recurrir al engaño, que desengañar a alguien de una situación especial a una determinada persona.
El caso es que en la vida real, el 14 de febrero de cada año, se regalan flores, obsequios de toda clase, se invita a un buen restaurante, al cine o bien se contrata a un mariachi o a un conjunto musical, con tal de ganar el cariño del pretendido ser amado, ya sea sincero o con algún fin determinado.
Sin embargo, no olvidemos que no existe mejor amor en el ser humano, que aquel que se demuestra con hechos muy particulares, que sean de manera sublime y sin interés de por medio, y en ocasiones hasta llega al sacrificio, así como se pide dar la vida en la defensa de la Patria.
“Porque amar es darlo todo, y sólo con dolor consigue dar
quien habitualmente vive esperanzado a recibir.
“Amar es servir y no de lo que el hombre gusta, ser servido.
“Amar es renunciar, y el hombre siempre aspira de inmediato a cosechar.
“¿Cómo entonces no le va a ser costoso amar?”
Poema del rey Alfonso X.
¿O usted, amable lector, qué opinión le merece al tema hoy abordado?
¡Hasta la próxima!