David Guillén Patiño.
“¿Cómo estarás, viejo Huerta? Ya se te acabó el orgullo;
seguías creyendo, tirano, que todo el mundo era tuyo”:
Corrido de la Toma de Zacatecas (Fragmento).
Escogió como símbolo representativo de su movimiento la imagen de un felino que, si bien se encuentra en vías de extinción, es un eficaz cazador: el tigre de bengala.
Con ello deja claro que una gran movilización social será el elemento clave para impedir que el Moreirato se prolongue con Manolo Jiménez, su principal adversario a vencer en la elección de gobernador el próximo 4 de junio.
En efecto, durante su precampaña, Ricardo Mejía Berdeja logró inclusive que un creciente número de adeptos se identificase con la imagen del temible depredador, del que ya existe hasta una botarga.
Es fácil advertir que las zarpadas que mediante el movimiento de manos se han hecho populares entre sus adeptos no son precisamente un juego ingenuo.
Si nos atenemos a sus antecedentes, se trata de una seria advertencia a la clase política que, después de casi un siglo, se resiste a desprenderse de la gubernatura.
Más específicamente, todavía en su ruta hacia la primera magistratura del país, Andrés Manuel López Obrador advirtió: “Si se atreven a hacer un fraude electoral, yo me voy también a Palenque y a ver quién va a amarrar al tigre”.
Así pues, el ex subsecretario nacional de Seguridad estaría parafraseando al presidente de la república, pero ahora para dejar claro que la propia sociedad civil coahuilense será quien se encargue de expulsar al PRI del Palacio de Gobierno.
Obviamente, no se descarta que, en caso de fraude electoral, Mejía Berdeja también amenace con “soltar al tigre”.
En aquella ocasión, a López Obrador se le presentó la oportunidad de hacerse justicia por mano propia y tomar el poder mediante las armas, pero no quiso hacerlo.
Hoy nos preguntamos qué tan fuerte llegará la “fiera” coahuilense al día de las elecciones y hasta qué punto Ricardo Mejía podría evitar que esta se le saliese de control ante un eventual escenario de evidente ilegalidad electoral.
Por lo pronto, su advertencia se fortalece cada día más, sobre todo al afirmar en sus arengas que “Coahuila no se vende, Coahuila se defiende”, de modo que la cuestión sigue en el aire: ¿En qué consiste concretamente dicha defensa?
Para ello tendríamos quizá que leer entre líneas los siguientes aspectos de su discurso habitual, como el que pronunció en Torreón al cierre de su pre campaña:
“Hoy, la mafia del poder moreirista controla lo mismo al PRI que al PAN; ya compraron a todos con notarías, con contratos, magistraturas y mucho dinero, pero, también hay que decirlo, el poder corruptor de Rubén Moreira llegó hasta el dirigente nacional de Morena, por eso me cerraron la puerta…”
“Este movimiento, encarnado en la figura del tigre, representa la garra, la valentía, la fuerza y la grandeza de nuestro pueblo. Estamos aquí los que luchamos por el cambio que Coahuila demanda. Coahuila tiene hambre y sed de justicia.”
“Somos los únicos que, por nombre y apellido, denunciamos a los corruptos que han saqueado a Coahuila, como los hermanos Moreira, como Miguel Riquelme y como el nuevo Moreira: el ratoncito Manolito”.
“Aquí y ahora, en Torreón (en mi tierra), vamos a denunciar a los que han saqueado a Coahuila, y con esa determinación y firmeza vamos a llevar a la cárcel a quienes se llevaron el dinero de los coahuilenses para comprar propiedades, incluso en el extranjero. Lo reitero: los corruptos a la cárcel, y el pueblo de Coahuila a gobernar”.
“Por eso insistimos en que el PRI y Guadiana son lo mismo, son parte de la misma mafia que ha saqueado a Coahuila. Para decirlo claro, la única diferencia entre los Moreira, Riquelme y Guadiana es el bigote”.
Queda para el análisis el hecho de que, a pesar de que supuestamente ninguna de las encuestas de preferencias le favorecen, Ricardo Mejía es el candidato que más ataques recibe desde que anunció su decisión de contender por la gubernatura.
Entre dichos embates destacan furibundas publicaciones periodísticas, así como tres intentos de sabotaje de eventos del PT, a manos de reventadores del PRI, uno de ellos con antecedentes criminales, según se ha podido investigar.
Pero, antes de ello, están los bloqueos de mítines y marchas encabezadas por el precandidato en Saltillo y otras poblaciones, en torno a lo cual los medios callan, no así las redes sociales, donde el abanderado petista registra la mayor presencia.
Dentro de todo esto, los partidos asociados para la contienda del 4 de junio pierden de vista que, arremetiendo así, lo único que logran es agigantar la figura de Mejía Berdeja, a quien le ha quedado a la perfección el traje de víctima que, para su fortuna, sus propios adversarios le han puesto.
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