José Guadalupe Robledo Guerrero.
Ahora que todo México está interesado en el juicio contra Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública de Felipe Calderón, que se lleva a cabo en Nueva York, es menester decir que nada nuevo le dirán a los mexicanos, quienes ya saben que los presidentes de nuestro país han tenido nexos, pactos y beneficios con el crimen organizado, desde que estos traficaban solo con mariguana.
Y para el colmo de males, el dichoso juicio se asemeja a un reality show en donde los protagonistas (testigos y acusados) son criminales y asesinos, que se traicionan y delatan a cambio de que les reduzcan las condenas. Pero nadie puede avalar como verdad lo que digan los facinerosos de un lado y otro.
Por otra parte, nadie cree que las autoridades norteamericanas enjuicien a los narcotraficantes para enfrentar ese flagelo y darle fin. Todos saben que lo único que le interesa a los enjuiciadores gringos es el dinero que puedan sacarle a los traficantes de drogas. También se sabe que ningún capo de los Estados Unidos es perseguido, enjuiciado y encarcelado, y que tampoco la nación vecina pueda vivir sin las drogas que le surten los cárteles, pues sin ellas no podrían sobrevivir los millones de adictos que hay en territorio estadounidense. Por eso, quizás, a las autoridades mexicanas y norteamericanas les interesa que el negocio de la drogadicción continúe, pues finalmente salen beneficiados y ellos lo controlan.
El más interesado en lo que se diga en el juicio contra Genaro García Luna es el presidente de Morena, Andrés Manuel López Obrador, quien espera que salga a relucir el nombre del expresidente Felipe Calderón, en lo que se refiere a la protección que le dio en su sexenio al Cártel de Sinaloa, el del “Chapo”. Seguramente a AMLO le interesa que se sepa que antes que él, Calderón también se asoció con los narcotraficantes.
En dicho juicio, el pasado lunes 6 de febrero, apareció como testigo el ladrón Héctor Javier Villarreal Hernández, quien fuera tesorero estatal en el gobierno de Humberto Moreira, y el que señaló que los actos de corrupción, recursos desviados a campañas políticas y cobros ilegales a empresarios eran rutina en Coahuila durante el sexenio humbertista.
Al parecer, como lo dijo un connotado columnista, “Javier Villarreal se fue con todo contra el exgobernador Humberto Moreira”, incluso las declaraciones se antojan como un pleito pasional entre el extesorero y el exgobernador de Coahuila. De lo que no hay duda, es que en el gobierno de Humberto Moreira se saqueó impunemente a Coahuila, y no solo en lo que ha denunciado el delincuente Javier Villarreal, sino en lo referente a la mega deuda de más de 30 mil millones de pesos que le heredó al estado Humberto Moreira. Pero ese es otro asunto de corrupción que algún día habrá de aclararse.
Esto me hizo recordar, la gran confianza y cariño que le profesaba Humberto a su tesorero, pues en cada reunión con colonos, campesinos o sectores populares, siempre les decía que hablar con Javier Villarreal era como si hablaran con él. Así empoderó Humberto a su tesorero, para que realizará las funciones que le había encomendado, las que ahora está delatando.
La delación en Nueva York de Javier Villarreal tampoco aporta nada nuevo a lo que ya sabíamos, que el gobierno de Humberto Moreira desviaba recursos a campañas políticas, incluso en alguna ocasión fue aprehendido en Zacatecas un funcionario del gobierno humbertista por andar comprando votos en el estado vecino. Ese funcionario aún cobra un generoso sueldo en el gobierno.
Nadie duda de los cobros ilegales (entre el 15 y el 25 por ciento) que le piden a las empresas que contrata el gobierno para obras, bienes o servicios, pues es una práctica acostumbrada en todo el país. De los actos de corrupción en el gobierno humbertista ni qué hablar, basta saber que no hay ningún personaje cercano a Humberto Moreira que no saliera enriquecido de su puesto, encargo o encomienda.
Para hacer frente a lo dicho por Javier Villarreal, el presidente de Morena, López Obrador, salió al quite diciendo que “no hay que adelantarse, debemos esperar a que termine el juicio”.
No hay duda pues, que Humberto Moreira tiene el perdón presidencial, pues se dice que le canalizó a AMLO recursos del gobierno de Coahuila para que continuara su campaña a la presidencia. Nadie recuerda cuándo se ligó Humberto a “El Peje”, pero de lo que no hay duda es que lo hizo a través de su comadre, la perredista Mary Telma Guajardo Villarreal y de su esposo. Asimismo, buscó al salinista-maoísta Alberto Anaya para que lo contactara con Fidel Castro Ruz.
Por otro lado, Humberto Moreira ya es un activo de Morena, y el año pasado dio muestras de ello al apoyar (él mismo lo dijo) al candidato de Morena al gobierno de Hidalgo, Julio Menchaca, para que perdiera la candidata del PRI, Carolina Viggiano Austria, su cuñada, esposa de Rubén Moreira.
Por tal razón, suena totalmente falso que Ricardo Mejía o Armando Guadiana tengan la intención de perseguir a Humberto Moreira, como también que los humbertistas le sean leales al candidato priista.
Por último, para Ripley, hace días se informó que el Instituto Electoral de Coahuila le había solicitado a los alcaldes coahuilenses que rastrearan de quién eran los espectaculares que mantenía Mejía en todo el estado, a sabiendas que muchos de ellos son propiedad de Humberto Moreira. Bastaba con preguntarle a quienes administran esos espectaculares, pero cada quien se hace tonto como Dios le da a entender.
Política aldeana
Cada día se aclara más el circo electorero que se traen en Morena. Ahora resulta que Luis Fernando Salazar renunció como coordinador de la campaña de Armando Guadiana Tijerina, porque éste recibió a Shamir Fernández y a Jorge Luis Morán en su primer círculo. Con esta desavenencia morenista, se vislumbra otro reacomodo electorero, la opción de que Morena cambie de candidato, lo que hace suponer que con esta posibilidad Luis Fernando aspire a la candidatura. También se habla de que el candidato del PT, Ricardo Mejía decline en favor de Guadiana o viceversa. Lo cierto, es que a Armando Guadiana nunca se le vieron ganas de convertirse en gobernador, o mejor dicho, en querer serlo, y para acabarla, traicionó a los que se la jugaron con él. Pero hay quienes insisten que lo que está pasando en Morena-Coahuila fue acordando en la ciudad de México, en cuyo asunto están metidos hasta el cuello el dirigente nacional de Morena, Mario Delgado y el senador Ricardo Monreal con la anuencia de AMLO. Por otro lado, hay quienes aseguran que las elecciones en Coahuila son un ensayo de lo que esperan sea la elección presidencial de 2024.
Preguntas huérfanas
¿Sabía usted que en 1984, durante su segundo informe, el alcalde Mario Eulalio Gutiérrez Talamás acuñó la frase con la que hoy los morenistas adulan a su progenitor político: “Es un honor colaborar con el gobernador”.
¿Sabía usted que el programa de AMLO “Sembrando vida” está basado en las teorías económicas de John Maynard Keynes para dinamizar la economía? Keynes proponía emplear operarios para cavar pozos y luego taparlos. “Sembrando Vida” reforesta lo que los taladores deforestan.
¿Sabía usted que la Orden del Águila Azteca que le dará AMLO a Miguel Díaz-Canel se la dieron en 2018 al yerno de Trump, Jared Kushner? El Águila Azteca va de picada.