Samuel Cepeda Tovar.
La Universidad Autónoma de Coahuila tiene lo que muchas otras universidades no tienen: la capacidad de que sus directivos de escuelas y facultades sean electos por votación universal de estudiantes y docentes; lo cual sin duda vuelve democrática la vida interna de los centros educativos universitarios; el periodo de un directivo tiene una duración de tres años con la posibilidad de una reelección inmediata o no inmediata; lo cual da como resultado que una sola persona pueda dirigir una escuela o facultad por un periodo máximo de seis años.
En lo personal, como exdirector de una escuela de la UAdeC, cumplí mi mandato de seis años con resultados cuantitativos contundentes, desde luego con necesidades pendientes, porque nunca se terminan, y por ello considero que el tiempo de seis años es más que suficiente para poder trabajar en beneficio de la comunidad estudiantil, por ello me parece bastante desatinada, fuera de lugar y absurda la propuesta que pretende votarse en sesión de consejo universitario de incrementar el periodo directivo de dos a cuatro para que una persona pueda permanecer en la dirección durante 12 años.
El motivo que fundamenta esta propuesta también está fuera de lugar, es cierto que desde la reforma política de 2014 se permite la reelección de legisladores federales y alcaldes, pero estos últimos solo pueden hacerlo por una vez consecutiva, lo cual sucede en las escuelas y facultades de la UAdeC, por lo que la prerrogativa no se extendió a gobernadores ni mucho menos al presidente de la república, y dado que la dirección de un centro educativo de la UAdeC es a todas luces un puesto ejecutivo, la posibilidad de reelección no debe aplicar puesto que solo hace efecto en el poder legislativo.
Con este solo argumento esgrimido se cae la absurda analogía de la reelección; además, todo puesto ejecutivo debe oxigenarse con ideas nuevas, con perspectivas diferentes, buenas o malas, acertadas o equivocadas, pero al final diferentes; además de que se debe dar oportunidad a nuevas personas para que puedan contender por las direcciones de escuelas y facultades en un ambiente democrático de renovación periódica.
Es cierto que Don Porfirio Díaz nos dejó claro que para que un proyecto ofrezca resultados a largo plazo debe gobernar la misma persona por un buen lapso de años, sin embargo, para eso se crean institutos de planeación para el desarrollo conformados por ciudadanos para dar continuidad a políticas públicas de largo plazo, y en lugar de pensar en la permanencia excesiva de una persona en el poder, la propuesta debería ir en el sentido de crear estos comités dentro de las escuelas, para asegurar que las buenas prácticas continúen en un ambiente de democracia y participación de la comunidad académica de los centros educativos.
Ignoro si se trata de una estrategia promovida por directivos que le tomaron amor excesivo al cargo, también conozco directivos que le temen a regresar a sus puestos como docentes, es muy fácil acostumbrarse a dirigir y tomar decisiones, pero nada como dejar un legado en beneficio de la comunidad y retirarse a seguir trabajando en beneficio de nuestra comunidad estudiantil y si el tiempo ofrece otras oportunidades, tomarlas, pero no reformar el estatuto universitario solo por el temor a dejar el poder que momentáneamente se nos otorga a quienes nos ha tocado el privilegio de dirigir una institución educativa en la UAdeC.