LA RISA

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Oliverio Ascascius.

La risa brota como una cascada
de las entrañas de la tierra.
Las manos se desesperan por impedir
que sus notas se desparramen
en la oscuridad de las caras petrificadas,
de aquellos que ya no pueden reír.
De esos que han perdido
la inocencia de la risa.
Es inútil,
la risa los baña por completo
y los envuelve en un mar de carcajadas.