Lic. Simón Álvarez Franco.
Llegó a este mundo el 11 de diciembre de 1916 en Puebla de Zaragoza, Pue. Su nombre completo; Elena Delfina Garro Navarro, pero ella lo acortó artística y eufónicamente por el que todos la conocemos. Su padre don Juan Antonio Garro Melendreras, español. Su madre, Esperanza Navarro, mexicana, su única hija Laura Helena Paz Garro. De 22 años, en plena juventud, casó con Octavio Paz en ese entonces ya destacado escritor en 1937, matrimonio que acabó en separación legal en 1959. Año en que le conocí en el grupo de la rebotica de don Armando en Río Sena y Río de la Plata de la colonia Cuauhtémoc en el D. F., donde por las tardes y noches de los jueves me reunía con grandes literatos de la época a comentar sucesos políticos del momento y avatares del arte en todas sus ramas, ocasión afortunada para mí, que me permitió conocer de cerca a los mejores poetas y artistas de entonces.
La señora Elena era bonita, interesante, simpática, educada, que sabía juzgar y opinar los temas que abordaban los concurrentes, con opiniones valederas y juicio crítico, sé que no se olvidó de mí, pues años más tarde, siendo yo funcionario en la presidencia municipal del lugar de mi nueva residencia en Gómez Palacio, Durango, asistí como integrante a una sesión de Obras Públicas donde me presentaron ante el comisionado quien presidía el evento federal, el Ing. Antonio Garro al darme su nombre le comenté –tiene usted un apellido famoso- a lo que contestó, sí soy sobrino de Elena Garro quien por cierto me encargó que buscara al Licenciado Álvarez y me encargó le entregara un obsequio de su parte, algo que hago con mucho gusto de conocer a un amigo de ella y me entregó un ejemplar dedicado de su recién publicado ”Revolucionarios Mexicanos”. Ni que decir que agradecí el regalo que conservo en mi biblioteca, pues contiene las biografías de Ricardo Flores Magón, Francisco I, Madero, el interinato de De la Barra, La Decena Trágica y la gran pregunta ¿Cuál fue el castigo de los asesinos del presidente Madero? Todo escrito con amor y claridad, describió el ambiente político y social en esos tiempos. En 1934 ingresó a la UNAM, Facultad de Filosofía y Letras tomando literatura y teatro. Poco después hizo estudios de Posgrado en la Universidad de California en Berkeley y posteriormente en la Sorbona de París, Francia.
Como dominaba cuatro o cinco idiomas fluidamente, lo que le permitió alternar y hacerse amiga de Pablo Picasso, Christian Dior, Jean Paul Sartre durante su vida en París, de 1946 a 1952.
En 1963 publicó su novela más famosa: Los Recuerdos del Porvenir, por la cual recibió el premio Xavier Villaurrutia.
Vivió en Estados Unidos, España y Francia, regresando a México en 1994
Para hacer periodismo y escribir guiones fílmicos, destacó con sus notas en revistas y periódicos, en Por Qué publicó una serie de reportajes sobre la revolución y los que dieron su vida por ella; veamos un párrafo sobre don Francisco I. Madero
“La Reforma nos había dado unos principios y unas formas a seguir. Porfirio traicionó a este pensamiento, rompió las fórmulas y nos definió y formó como un país totalitario, impulsó la mentira pública, traicionó a la palabra y preparó al pueblo a la sumisión por medio de programas de progreso embusteros, que imponía por el terror y que sólo favorecían a sus amigos en el poder. Exterminó despiadadamente a la oposición, no toleró la crítica y exigió el servil elogio y el continuo incienso”.
Unas pocas palabras que aún hoy nos parecen aplicables.
Obras de Elena Garro:
Teatro Novelas
Felipe Ángeles Los Recuerdos Del Porvenir
Un Hogar Sólido Testimonios Sobre Mariana Reencuentro de Personajes
Benito Fernández La Casa Junto al Río
La Señora en su Balcón Y Matarazo no Llamó. . .
Sócrates y Los Gatos Inés
La Mudanza Busca mi Esquela & Primer Amor
Un Traje Rojo Para un Duelo
Cuentos Un Corazón en un Bote de Basura
La Semana de Colores Vida Empieza a Las a las tres
Andamos Huyendo Lola Revolucionarios Mexicanos
La Culpa es de Los Tlaxcaltecas
El Accidente y Otro Cuentos
Reunió sus primeras obras teatrales en “Un Hogar Sólido”, donde dirigida por Julio Bracho, actuó en “Las Troyanas” en el Teatro Universitario, al lado de Isabela Corona y Rodolfo Landa.
En 1964 recibió el Premio Xavier Villaurrutia por su novela “Los
Recuerdos Del Porvenir que marca un hito en nuestra literatura por el uso de pasajes oníricos y mundos paralelos con un lenguaje popular muy nacional. Este libro, por su novedoso estilo, influyó para que se le conociera como de “realismo mágico”, cosa que ella nunca aceptó de buen grado.
Recibió múltiples premios:
1993, Miembro del Sistema Nacional por Creadores de Arte
1980, Premio Grijalbo por Testimonios sobre Mariana
1994, Premio Nacional de Colima por obra publicada
1996, Premio Sor Juana Inés de la Cruz por Busca mi Esquela.
Está considerada como renovadora en el arte de la literatura fantástica, si bien ella rechazó siempre tal clasificación, fue una de las figuras más impactantes de la dramaturgia mexicana, participó ampliamente en el teatro y en el periodismo de aquellos “abandonados” que eran de las filas del lumpen proletariado como comunicación poética y social. Se distinguió por auxiliar a los de abajo, los detenidos que no tenían defensor o que eran abusados por las autoridades.
Sus personajes oscilan entre la realidad y la ilusión. Así mismo construye un mundo en que no existen fronteras como una realidad, dando lugar al crecimiento de mundos oníricos en su literatura,
Durante la guerra civil española, viajó con su esposo a España a los 21 años, el resultado de este viaje fue el relato de sus experiencias en Memorias de España 1937, publicado hasta 1992.
Su obra fue interrumpida por un silencio a causa de casi 10 años de autoexilio derivado de supuestas acusaciones de haber instigado a los alumnos durante el Movimiento Estudiantil de 1968 que devino en la tragedia de Nonoalco. Luego se fue a vivir largo tiempo a Japón para interiorizarse de su filosofía. Regresó a México para producir varias obras de teatro. Señalan que su novela Los Recuerdos del Porvenir numerosos autores afirman que fue escrita cuatro años antes de la publicación de Cien Años de Soledad como el inicio del realismo mágico.
Poesía inédita de Elena Garro, aquí una palabra, una muestra del contenido:
Sus poesías permanecieron inéditas hasta que en 2016, año en que la biógrafa de Garro, Patricia Rosas Lopátegui, los reunió con el título Cristales del Tiempo.
A mi sustituta en el tiempo
Cuando ya sólo quede de mi pie
el eco en las aceras
cuando de mis ojos sólo la torre
que miraron
y de mi lengua ni una palabra girando
en un oído
cuando sólo los signos escritos en el aire
por mis manos
y de esta lágrima no quede rastro
en la memoria
todavía tu, amiga, que me esperas
más allá de este tiempo
encontrarás mi enojo,
París, 1947
Vivaldi
Llegamos al tiempo del glaciar
del agua.
Trozos de luz azul se estrellan,
Se derrumban.
Una alta reja de cristal se abre,
Sólo reflejos, cascabeles de diamante.
Y otra reja
que a su vez da paso a una más alta.
Las cruza el viento azul
girando en la cola de un cometa.
¡Qué raro que tu rostro no aparezca!
Las alas de los ángeles
se escapan por la hendidura
del ojo de aquel grillo de hielo
que preside al violín
y a sus cuerdas de agua
La estrella que se me escapa en un cohete
Plumas flexibles para cubrirme luego
de lluvia de cristales y de luces
Las arpas arden en llamas blancas.
Sola, en medio de la música que cesa
Recuerdo:
¡Este tiempo de arcángeles,
Amor mío de vientos y flautas en desorden
no lo anduvimos juntos. Amor mío!
Octubre 1954
Panteón particular
Si muevo una mano cae polvo
como el viento levanta polvo de una urna funeraria,
Voy cargada de urnas y mortajas.
Adentro llevo al mundo sepultado,
La infancia, los nombres familiares,
por las noches suben hasta mi almohada
Rostros de polvo y luego bajan si
sus nombres amorosos. silenciosos,
Sólo me quedas insepulto tú, escurridizo amigo
echar tierra y desecar el lago de tus ojos.
Romper con otras piedras, las piedras de tus dientes
Hay mucha tierra junto al hoyo,
el hoyo diseñado para ti, amor mío.
Después me pasearé bajo los árboles
con el mismo aire serio de un monumento funerario,
Panteón particular yo misma.
México, 1956.
Como vemos con estos ejemplos, usó el verso libre con poca utilización de signos ortográficos de puntuación, pero eso sí con temas poco usuales y modernos.
Acostumbrada a autoexiliarse, pasó su edad madura en Cuernavaca, procurando no visitar el Distrito Federal, salvo en imprescindibles ocasiones, atendida con cariño por su única hija Helena Paz Garro, y rodeada por 40 gatos a los que ella auxiliaba, recogidos de la calle, murió en su casa de Cuernavaca el 23 de agosto de 1998 víctima de un paro cardiorrespiratorio, fue sepultada en dicha ciudad, nos deja como herencia una vasta obra literaria, ojalá que seamos capaces de estudiarla y difundirla como Elena Garro lo merece.