Amaranta Madrigal.
India. Contraste de joyas cargas en tu haber
fanatismo al viento, espiritualidad vedada
pobreza extrema, riqueza exaltada.
País de diamantes, sedas en vestidos
de dementes, druidas y parias perdidos.
Joyas doradas de oro y fantasía
calles opacadas, olor porquería.
Marfiles, esencias, especias exóticas
basura mostrada, pureza escondida.
Namaste, en las manos, saludo sagrado
imperiosa urgencia, vender obligado.
Ojos profundos de pestañas largas
tristeza escondida detrás de las caras.
Esvásticas protegen todos los rincones
idolatría ignorante en los corazones.
Om, símbolo y sonido de unificación
multitud de dioses en diversificación
Monasterios puros de sabiduría sagrada
templos mezquinos, adoración apresurada.
Lotos emergidos de la oscura ciénaga
rostros piel de ébano, de belleza extrema
Riqueza creativa en punjabis coloridos
turba de mendigos de vestidos raídos.
Bailes exuberantes que incitan a la magia
desespero oculto de ganar las rupias
Cuerpos vestidos de saris exquisitos
cadáveres flotantes, incomprensibles ritos.
Sillones fastuosos de finos materiales
excusados míseros, agujeros despreciables
Cantos y bailes, escandalosos callejones
meditaciones sigilosas tras los murallones.
Bindis que recuerdan el chakra del poder
¿Podrán satisfacer el chakra del comer?
Rápidos rickshaws atropellando ingenuos
quienes a encontrarse van a lejanos reinos.
Ruido ensordecedor, silencio unificador
tambores y gritos, vendimias y rezos.
Sol de Haridwār, te saludo en Ganges
Cielo de Agra, Taj Majal ostentas
Tierra de Mathura, nazco de nuevo
Aire de Bodh Gaya y mi Buda enciendo
Puttaparti luce candor del Gurú
Ganeshpuri revivo encuentro de luz
Kerala, Bangalore, Delhi, Varanasi
Tantos nombres raros de tierras extrañas
regreso a mi hogar, mi Saltío querido
constato, la Paz, está en uno mismo…