EL CONTRATO VENTAJOSO DE LA ANTIGUA ESTACIÓN DEL FERROCARRIL DE PIEDRAS NEGRAS

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Rigoberto Losoya Reyes.

A finales del siglo XIX el desarrollo económico de los Estados Unidos de Norteamérica se encontraba en una intensa campaña de ampliación de las redes ferroviarias a fin de comunicar las poblaciones y hacer más eficiente el transporte de mercancías y pasajeros.

En la frontera norte, la compañía Ferrocarril Internacional Mexicano obtuvo la concesión para construir una vía ferroviaria que comunicaría las poblaciones de Eagle Pass, Texas y la Villa de Piedras Negras. Se construyó primero un puente provisional hasta en tanto se lograba terminar uno definitivo con su estructura de hierro. Como es de comprenderse una empresa de tal magnitud requería de grandes extensiones de terrenos para una terminal, oficinas y patios fiscales.

Para la construcción de la estación del ferrocarril, la compañía norteamericana logró un acuerdo con la presidencia municipal de la Villa de Piedras Negras y el 23 de octubre de 1882, el alcalde, general Ignacio Francisco Leocadio Morelos Zaragoza originario de la ciudad de Monterrey, Nuevo León y pariente del general Ignacio Zaragoza, porque su madre Genoveva Zaragoza Seguín, era hermana del general Zaragoza.

El alcalde convocó a una sesión de cabildo y explicó la necesidad de dar apertura a un gran proyecto que traería los vientos del progreso a esta humilde Villa, y adicionalmente otros beneficios, por lo que la asamblea otorgó al general la autorización y se firmó un contrato con la compañía norteamericana «Ferrocarril Internacional Mexicano», para ceder a título gratuito los terrenos necesarios que ocuparía la nueva estación del ferrocarril, sus talleres, y almacenes.

La empresa ferroviaria estaba consciente que este pequeño municipio no contaba con los recursos necesarios para adquirir los terrenos necesarios y acordó otorgar un donativo de cinco mil seiscientos pesos, para contribuir con el pago a los propietarios de los solares, entre ellos al coronel Fructuoso García quien era el propietario de la mayoría de los terrenos donde se construyó la estación del ferrocarril.

De acuerdo con un informe de gobierno publicado en el Periódico oficial del Gobierno del Estado de fecha 1 de enero de 1884, se pudo obtener una valiosa información respecto al origen de las instalaciones de la primera estación. En dicho informe se aprecia que, el contrato suscrito tanto por la empresa norteamericana y el ayuntamiento de la Villa de Piedras Negras, generó serias inconformidades en la administración municipal que le siguió.

El 1 de enero de 1884, el alcalde José María González, rindió su informe administrativo y se advierte una clara molestia del ventajoso arreglo que obtuvo la empresa norteamericana en el año 1882. Explicó en su informe que, se originaron gastos para el arreglo gravísimo del asunto de la estación del ferrocarril que el ayuntamiento de 1882 cedió a la empresa. Y Cita: “Y ya que he tocado este punto debo informaros que por más esfuerzos que se han hecho para terminarlo, tanto por salvar el honor del municipio como por las excitaciones del superior Gobierno del Estado, no fue posible vencer todas las dificultades que se presentaron para su final arreglo. Por los documentos que obran en el archivo os convenceréis, que si al ayuntamiento de 82 (1882) le pareció ese asunto ventajoso y de fácil realización según el contrato celebrado por el presidente con los representantes de la empresa, los resultados han venido a demostrar que no solo es dificultoso en su esencia sino perjudicial para los fondos municipales, porque vienen a comprometer su hacienda pública en una deuda de consideración; pues aunque la empresa del ferrocarril entregó para la compra de esos terrenos la suma de cinco mil seiscientos pesos, estos no bastaron para arreglarlo del todo como lo demuestra la liquidación hecha por el visitador de Hacienda al señor  Ignacio Morelos Zaragoza, en cuya liquidación este señor entrega una existencia de $1,529.50 pesos dejando pendientes de arreglo varias propiedades de las que solamente  cuatro, sentenciada su expropiación por el Juzgado de Distrito de Saltillo, abordó la indemnización a la suma de $1,950.00 pesos, quedando en consecuencia  una deuda contra el municipio de $420.50 pesos más lo que arrojen las sentencias pendientes de expropiación, y más aún la indemnización al señor Coronel Fructuoso García por su terreno que será como de dos terceras partes del cedido a la empresa para dicha estación. Por lo que creo que el erario municipal se verá altamente comprometido, si conforme al contrato de 23 de octubre de 1882 tiene que hacer de sus fondos las indemnizaciones que demanden las expropiaciones de las propiedades pendientes de arreglo.”

Poco tiempo después, llega a esta población fronteriza, el norteamericano Lorenzo M. Johnson, con su nombramiento de gerente general de la compañía ferroviaria, y se caracterizó por imprimir un gran dinamismo a la nueva empresa. Este caballero inclusive llegó a recibir a don Porfirio Díaz cuando visitó Piedras Negras en 1902.

Por la falta de recursos los trámites de escrituración fueron lentos, a medida que fue posible liquidar las indemnizaciones a sus propietarios, y finalmente el 25 de mayo de 1897, el Congreso del Estado de Coahuila de Zaragoza, aprobó el contrato entre el Ferrocarril Internacional Mexicano y el ayuntamiento de Cd. Porfirio Díaz relativo a los terrenos ocupados por la estación de la compañía norteamericana, por lo que se autorizó formalizar la escritura pública correspondiente. El gerente general Lorenzo M. Johnson finalizó las gestiones para acreditar la propiedad.

El 2 de febrero de 1883, la primera máquina de ferrocarril cruzó el río Bravo sobre un puente provisional. Para el mes de diciembre del mismo año, la vía llegaba hasta Estación Sabinas. Con el servicio del ferrocarril, toda la región comenzó a registrar cambios importantes en sus economías locales gracias al transporte de mercancías y pasajeros. Un dato destacable es que una gran cantidad de mecánicos y garroteros eran de origen norteamericano.  El 17 de diciembre de 1884, sale el primer tren de Ciudad Porfirio Díaz (Piedras Negras) a San Felipe, en el municipio de Ramos Arizpe, cerca de Paredón.

La estación del ferrocarril se convirtió en un edificio histórico, porque en sus instalaciones se llevaron a cabo acontecimientos que quedaron plasmados en nuestra historia nacional, como fue la llegada de don Venustiano Carranza para organizar la revolución constitucionalista en 1913. Por sus pasillos caminaron grandes personajes de la política nacional como don Francisco I. Madero, Manuel Pérez Treviño, Plutarco Elías Calles y de la farándula como Virginia Fábregas, por citar algunos.

La antigua estación de madera construida en el siglo XIX, fue demolida y se construyó una nueva, con instalaciones modernas y que fue inaugurada a principios de noviembre de 1959. La ceremonia fue sencilla, sin mucho bombo y platillo. Esta nueva estación sigue en funciones, aunque fue remodelada por sus nuevos propietarios, la empresa Ferromex.

Visita de don Porfirio Díaz a los talleres de la maestranza del Ferrocarril Internacional Mexicano (1902).