José Guadalupe Robledo Guerrero.
A 17 meses de que finalice el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, y después de haber festejado los cinco años de su triunfo electoral, ya podemos afirmar que su gobierno fue un sexenio fallido, pues no cumplió sus promesas, menos las expectativas que levantó entre los sectores de la clase media y alta que votaron para que fuera presidente.
AMLO prometió, entre otras cosas, que sacaría de las calles al ejército y los devolvería a sus cuarteles a realizar su función constitucional: Defender la integridad, la independencia, la soberanía de la nación y garantizar la seguridad interior. Por el contrario, López Obrador hizo del ejército una dependencia policiaca a la que le concesionó la realización de obras públicas, las aduanas, puertos, aeropuertos, líneas aéreas, y muchas actividades destinadas a la población civil.
Mientras tanto, el crimen organizado se fortaleció y fue apoderándose de grandes territorios de la república, que hoy son quienes mandan en varios estados, según se dice, tienen el 33 por ciento de la nación bajo su mando, en donde la criminalidad exige derecho de piso, extorsiona, secuestra, asesina, trafica con personas, órganos humanos y esclaviza a la población.
Tampoco bajó el precio de la gasolina a 10 pesos el litro, no pudo enfrentar la pandemia del covid 19 con éxito, pues fuimos uno de los tres países con más muertos por las equivocadas estrategias de salud. El gobierno obradorista se apoderó de los fideicomisos; desapareció instituciones de apoyo social como las guarderías infantiles y las escuelas de tiempo completo; descuido la educación y la salud; terminó con la compra de medicamentos que están ausentes en hospitales y clínicas públicas.
Las obras icónicas del gobierno lopezobradorista han resultado un fiasco: El aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), con el que justificó la cancelación del aeropuerto de Texcoco con una pérdida de 300 mil millones de pesos, y hasta el día de hoy, el AIFA es un elefante blanco que no está a la altura de las necesidades nacionales.
El Tren Maya, que según su presupuesto inicial era de 156 mil millones de pesos a elevado su costo a 400 mil millones de pesos y es fecha que no se ha terminado. Su construcción destruyó miles de hectáreas de bosque tropical y ha causado daño a los cenotes de la península de Yucatán.
La refinería Olmeca de Dos Bocas en Paraíso, Tabasco, la que se puso como fecha de inicio de la producción para finales de 2022 o principios de 2023, sigue aún sin saber cuando comenzará a funcionar. El costo del proyecto de la refinería fue de casi 95 mil millones de pesos, pero a la fecha se ha elevado a 120 millones, pero hay especialistas que insisten en que Pemex ha gastado 2.6 veces lo programado para la Refinería.
Todas estas obras gubernamentales están sumidas en la opacidad, con contratos de adjudicación directa, sin concurso ni fiscalización.
López Obrador prometió combatir la corrupción, pero a la fecha ésta se ha disparado. El gobierno obradorista además de la protección al crimen organizado, ha incrementado la corrupción. Un caso emblemático es el de Segalmex, dirigido por el echeverrista Ignacio Ovalle Fernández, cuyo caso de corrupción ascendió a 15 mil millones de pesos, tres veces más que la estafa maestra de Peña Nieto, pero según aclaró AMLO sólo fueron 9,500 millones de pesos los que se robaron, pero no hay nadie en la cárcel por ese saqueo.
Sin embargo, lo preocupante no es el gobierno fallido de López Obrador, sino su política polarizadora que dividió a los mexicanos, la destrucción de la democracia que tanto le costó a los mexicanos construir y su actitud de ilegalidad y sus falta de respeto a las leyes constitucionales.
Pero eso es solo una pequeña lista de las actividades destructivas de AMLO, falta aún lo que hará durante sus últimos meses de gobierno, pues cada día se radicaliza más en los ataques a sus adversarios que no son otros que los periodistas, intelectuales y escritores críticos a los que sin ningún fundamento legal acusa de ladrones, corruptos, mafia del poder, etc.
AMLO no ha actuado como presidente de la república, sino como presidente de su partido Morena, y desde el podio presidencial tiene cinco años dedicado a lo electoral, no ha resolver los urgentes problemas de México.
Actualmente El Peje estás dedicado a golpear a la que considera su principal opositor, la senadora panista Xóchitl Gálvez Ruiz. AMLO sabe que su gobierno fue un fracaso, y que si pierde la presidencia será llamado a cuentas por la justicia. Debido a esto, Andrés Manuel López Obrador se ha convertido en un verdadero peligro para el México que queremos todos los mexicanos, pues no sabemos que se atreverá hacer para no perder las elecciones de 2024 y de esa manera escapar de su destino manifiesto, la cárcel. Insisto, los ciudadanos tienen la última palabra. En 2024 ningún voto para Morena y sus adláteres.