La pirámide de Cholula es de gran importancia, ya que por sus dimensiones es considerada la más grande del mundo en base; su gran volumen es resultado de la superposición de otras pirámides, ya que la antigua pirámide se cubría en su totalidad para dar paso a una nueva construcción, lo que provocaba que la base fuera creciendo hasta conseguir con el paso del tiempo los más de 400 metros de largo por lado, 66 de altura y cerca de 4.5 millones de metros cúbicos que ostenta.
La construcción de este templo dio inicio en el siglo II A.C. y se cree que finalizó entre el 900 y 1100 d.c. A la llegada de los españoles se encontraba abandonada y con la apariencia, que hasta nuestros días presenta, de un pequeño cerro. Fue el padre Motolinia quien descubre que se trataba de un antiguo teocalli.
Por su importancia fue objeto de investigaciones de estudiosos como Humboldt, Dupaix y arqueólogos como Manuel Gamio y Enrique Juan Palacios; para 1930 y bajo la dirección del arquitecto Ignacio Marquina se inician de manera formal las exploraciones arqueológicas a través de un innovador sistema de túneles que permitieron determinar las diferentes etapas constructivas de la gran pirámide, así como la localización de pintura mural.