José Guadalupe Robledo Guerrero.
Andrés Manuel López Obrador, presidente de Morena, no de México, durante dos semanas ha insistido en atacar desde la mañanera a la senadora panista Xóchitl Gálvez Ruiz, solo por el hecho de competir con su corcholata favorita, Claudia Sheinbaum, violando la constitución y las leyes electorales, las mismas que le permitieron llegar a la presidencia.
La actitud de AMLO no es tan siquiera la de un miembro tradicional de la política a la mexicana, sino la de un cobarde, abusivo e ilegal pandillero, un delincuente, a quien el INE le puso medidas cautelares para frenar sus ataques, pero no lo hizo, argumentando que querían callarlo e impedirle hacer uso de su libertad de expresión.
Primero ordenó a sus empleados que no recibieran la notificación del INE, porque en la oficina que recibe esos documentos “andan de vacaciones”, y luego que ya no tuvo excusas inventó una nueva sección en la mañanera “No lo dije yo”, para seguir hablando en contra de Xóchitl, como es su costumbre violando la Constitución, a la que juró defender, obedecer y hacer cumplir.
La conducta del Peje ha mostrado lo que reiteradamente hemos dicho en este espacio, que está dispuesto a hacer todo, incluyendo cuestiones criminales como: reventar la elección de 2024 con la participación del crimen organizado, no entregar la presidencia si pierde su candidata o candidato, reelegirse con el voto de los pensionados, decretar un estado de excepción o simplemente convocar a una revuelta como lo hizo Evo Morales en Bolivia cuando no le permitieron el fraude para reelegirse; o tal y como actuaron los fanáticos de Pedro Castillo en Perú cuando lo destituyeron y lo apresaron por el golpe de estado que quiso hacer, para convertirse en uno más de los dictadores que pululan en los gobiernos de “izquierda” de América Latina.
Debido a estos planes desestabilizadores, AMLO -la chachalaca de palacio nacional- ha utilizado los cinco años de su “gobierno” a difamar, agredir y perseguir desde las mañanera a todo mexicano pensante que se atreve a criticar y señalar sus errores, ilegalidades, opacidad y corrupción. Por eso miente reiteradamente a sus fanáticos y empleados. Según la empresa Espin, durante los 56 meses de su “gobierno”, López Obrador ha proferido 120 mil mentiras.
De acuerdo a los analistas políticos, el Peje se encuentra iracundo, fuera de sí, pues le asusta la posibilidad de perder la elección en 2024 sobre todo con Xóchitl Gálvez como candidata de la oposición, ya que sabe que si es derrotado le espera el juicio histórico de haber sido el peor presidente de México y tal vez la cárcel sea su reducto final, por eso hará todo para no perder.
Finalmente, con todo el poder del estado, dinero e influencia política, sus cuatro corcholatas no avanzan, y aunque de los cuatro no se haga uno, pues todos son cuestionables por corrupción dejadez e incapacidad, la competencia entre ellos tiene resultados visibles. Según esto, Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard están en un empate técnico, a los demás no les alcanza para competir, y para hacer más trágico el escenario político-electoral a AMLO no le gusta Ebrard como su sucesor a pesar de haberle demostrado que es un lacayo obediente, pues sabe que el ex canciller no será tan dócil en la presidencia como lo es Sheinbaum, que se ha convertido en una ridícula caricatura del Peje.
De todos modos, a Xóchitl Gálvez le están haciendo montón, recibiendo señalamientos y acusaciones de todas las corcholatas y de los diputadillos que quieren emular a su patrón en lo cobarde y mentiroso. Y aunque no haga caso ni a la Constitución, desde este espacio le decimos al presidente de Morena, Andrés Manuel López Obrador: “Cállate chachalaca”.
Política aldeana
Las corcholatas presidenciales andan ofreciendo las perlas de la virgen en sus campañas adelantadas, lo mismo prometen ciberseguridad que agua potable para todos. Lo que no saben estos lacayos es que El Peje no les dejará, si es que se va, ni para pagar la nómina, además recibirán un país más endeudado, con el 80 por ciento del territorio nacional en manos del crimen organizado, varios millones más de pobres, sin servicios de salud y una clase política rapaz, ignorante e incapaz. Pero cada quien se hace tonto como Dios le da a entender.
Preguntas huérfanas
¿Están preparando desde ahora la renovación del contrato con Agsal?
¿De qué clóset salieron tantos “comunistas” e “indigenistas”?
¿Sabía usted que Televisa, Televisión Azteca y La Jornada son los medios de comunicación que reciben más recursos del gobierno obradorista?
¿Sabrán los mexicanos que quien comandó el grupo que asesinó a Francisco Villa fue el torreonense Jesús Herrera Cano, al que Villa mató a toda su familia?
