El frontón (II)

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Rufino Rodríguez Garza.

Entre las pinturas del Frontón destaca una luna de cuarto creciente: “Es la fase de la luna intermedia entre el novilunio y el plenilunio, en la que es visible la mitad del disco lunar”

El motivo astral es muy claro y un poco descolorido, pues está todo el día expuesto a los elementos naturales, está plasmado en color rojo; esto nos demuestra que eran hombres que observaban el cielo y que estaban en constante estudio del medio en el que se hacían vivir.

En Presa de la Mula en el municipio de Mina, Nuevo León, hay un calendario lunar lo que demuestra que no eran bárbaros, que sabían medir el tiempo y que la luna era un astro que se le ponía mucha atención, este motivo lo podemos catalogar como astronómico.

Desde esta altura tenemos una vista panorámica de buena parte del Valle de Chupaderos y viendo hacia el oriente se observa la presa de Zacarías en el cañón del mismo nombre, de igual forma viendo al poniente se encuentra el Cañón Verde en el que se localizan antiguas construcciones de los nativos y unas hermosas pinturas, pero esto será motivo para otra nota que se llamará la Cueva de la Filomena.

Regresando a las pinturas del Frentón diremos que en la parte inferior de la luna en cuarto creciente, se dibujó un hongo con cabeza circular y sus dos respectivos tirantes, motivo muy propio de estos lugares y que se identifica como raspador, onda o símbolo territorial, según lo he podido deducir  por la experiencia a través de muchos años de estudio; a la derecha de este motivo descrito vemos cuatro rombos unidos en rojo y un color tenue en su interior, este motivo para algunos especialistas trata de la representación de serpientes, poco más a la derecha de los rombos admiramos uno de pequeño tamaño, solitario, con otro adentro y con vestigios de pintura amarilla, los perfiles son en rojo. Arriba de este rombo doble hay otro grande pero sencillo.

Abajo se aprecia un proyectil con vástago y sus respectivas aletas, a la derecha de la luna en cuarto creciente podemos observar un deslavado dibujo de una línea quebrada; hay que destacar que existe una representación de un águila, vale la pena destacar el color rojo subido.

En el suelo hay una roca desprendida que al caer afortunadamente dejó ver que tiene más motivos geométricos en rojo; destaca un rectángulo con cuatro partes en la cara lateral se representan unos triángulos rellenos y otras figuras abstractas, en otro sitio vemos líneas onduladas y otras quebradas, círculos y algunas manchas en rojo; en una cornisa se alcanzan a ver unos rumbos donde el perfil es rojo y el relleno es un color que pudiera ser naranja.

El motivo proyectil está medianamente representado, en un rincón se aprecian cinco de estos grabados uno al lado de otro, hay también una línea ondulada y paralela.

Más delante y muy claro un proyectil totalmente en rojo con su respectivo vástago y sus aletas laterales, a su izquierda una cuenta de 15 puntos.

En uno de los relieves de este Frentón un magnífico dibujo policromático es decir de tres colores: rojo, naranja y blanco; se trata de siete triángulos blancos con el vértice hacia abajo y seis rojos con el vértice hacia arriba y una línea quebrada en un naranja que lo divide y lo adorna; los triángulos están encontrados.

Otro motivo geométrico es el de ocho triángulos con el vértice hacia abajo unidos por la parte superior y de las que desconocemos su significado, el Frentón es todo un enigma y nos atrevemos a suponer que en ese apartado lugar se realizaron ritos de cacería o de paso de la adolescencia a la edad adulta un sitio digno de visitar, cabe señalar que no hay signos de vandalismo.