Samuel Cepeda Tovar.
La noticia del retorno de los aproximadamente cinco mil millones de pesos incautados al extesorero del gobierno de Coahuila Javier Villarreal, sustraídos de las arcas coahuilenses en el gobierno de Humberto Moreira, causó revuelo entre quienes exigían que el dinero fuera devuelto a los coahuilenses o que los administrara el gobierno federal, pues bien, la decisión final del presidente Andrés Manuel López Obrador me parece la más acertada, regresar el dinero, pero de forma indirecta, es decir, en obras en beneficio de la sociedad, no de manera directa como lo solicitan autoridades coahuilenses.
No veo el problema en que el dinero sea devuelto en especie si al final se supone debe ser utilizado en obras de desarrollo social, al contrario, es benéfico puesto que elimina las suspicacias del manejo de millonarios recursos en plena campaña electoral por la gubernatura, además, me parece un poco desatinado exigir un dinero cuando nada se hizo para investigar su paradero así como el de otros miles de millones de la mega deuda que simplemente desaparecieron y que deliberadamente se ha bloqueado la investigación de la misma en el congreso del Estado de mayoría priista.
No suena muy lógico solicitar el manejo de un recurso devuelto cuando se ignoró su paradero durante años. Tampoco podemos entregar el 100% de confianza al instituto para devolver al pueblo lo robado, sino darle un seguimiento puntual al manejo de esos millonarios recursos, pues en este gobierno de izquierda también se han destapado casos de corrupción que contradicen los dichos del presidente, aunque en su defensa se puede decir que sigue trabajando con personas que al final no toman, citando a Reyes Heroles vitaminas para la moral, agregándole a ello que muchos son reciclados con costumbres renovadas.
Cuando por fin recibimos la noticia de la venta del avión presidencial y que el destino de dichos recursos sería para Estados sureños, pero no de manera directa, sino en especie a través de la construcción de tres hospitales, fue una noticia bastante positiva porque se evita el posible desvío de recursos por parte de gobernadores o subalternos, como supuestamente ocurrió en Coahuila en donde el extesorero actuó solo en detrimento de las vapuleadas arcas de nuestra entidad con una posterior extraña indiferencia hacia la investigación del paradero de recursos públicos.
Son pues, 4 mil 813 millones de pesos que serán devueltos, esa es la gran noticia, el cómo no importa, a menos que se pretendan oscuras intenciones con ese dinero cuando la prioridad de un gobierno son sus grupos vulnerables, y es a donde se supone se encauzarán dichos recursos devueltos. Casi cinco mil millones de los iniciales 35 mil millones de endeudamiento de los cuales no hay certeza total de su gasto parece poco, quizá es la oportunidad para que en lo local se inicie una investigación; con suerte se encuentra más dinero perdido y lo administra adecuadamente y sin intermediarios el gobierno local. ¡¡Existe una gran área de oportunidad!!
