Luis Fernando Hernández González.
Bajo la sombra y críticas consecutivas a Xóchitl Gálvez, todas ellas programadas y manipuladas desde las entrañas del mismo gobierno, el presidente AMLO, la ha convertido en todo un fenómeno político nacional en este tiempo, pues su antipatía política le transfiere a la precandidata una mayor simpatía motivacional de amplio espectro social en sus resultados de investigación por este impacto.
Los comportamientos consecutivos de persecución, acoso y agobio del actual régimen contra la senadora Xóchitl Gálvez Ruiz y su alto grado de motivación en el ámbito político-social , nos dan una clara muestra de las repercusiones al interior del círculo cerrado en el que se maneja el presidente López Obrador y sus estrategias partidarias de Morena, mostrando situaciones sintomáticas de desquicio en el que hasta hace unos meses se movía el tinglado de la política del actual sistema que gobierna.
Sabemos todos que de manera consecutiva, es la voz del propio mandatario nacional que de manera inventiva da pie en su alocución en su tribuna mañanera, para descreditar el origen, cultura de la superación personal, formación de trabajo y desempeño profesional de esta senadora, generado con sus delirios e insinuaciones pueriles, comentarios, adjetivos y cuestionamientos con los que busca ante sus portavoces la denostación sistemática de esta mujer metida en el torbellino de la política procesal.
Fue sin duda la disrupción de Xóchitl Gálvez, la que ha generado tan solo en un par de meses la total turbación del inquilino de palacio nacional, quien hasta hace muy poco tiempo aseguraba tener bajo su el control la política electoral de la nación, al disponer de una fuerte cantidad de mecanismos tanto extralegales, como económicos y agreguemos el uso de la fuerza militar y policial como la tácita dispensa a los grupos de acción criminal que están presentes por todo el territorio nacional.
Así, vemos los mexicanos este ensañamiento desmedido que lo mismo cuestiona periodísticamente, que acusa sin argumentación de soporte, lanzando baterías de demandas judiciales, inclusive de enriquecimiento y declaraciones patrimoniales que pretendiendo acusaciones ilegítimas buscan alentar energías negativas que hagan caer en el fracaso lo hasta ahora bien ganado en simpatías ciudadanas de esta notable senadora y su Frente Amplio Opositor por México.
Una y otra vez, desde un origen de inicio la saña presidencial, al no conceder el derecho de réplica, determinado por la autoridad judicial ante las expresiones del mismo presidente, uno a uno ha venido cayendo por su propio peso al estar al margen de la legalidad todos aquellos cuestionamientos, abusos y excesos de los que ha sido objeto esta precandidata a la silla presidencial del gobierno de la república.
Al punto tal de cuestionarle la legalidad del sitio en donde vive y amenazar con derrumbar su casa habitación, sin medir las consecuencias negativas de antipatía que la mención de tal medida provoca; generando por consecuencia que un mayor número de ciudadanos se solidaricen con la causa política audaz y desafiante de la Señora Xóchitl, que reta a que la derrumben ya que con esto se le abrirán las casas de un mayor número de ciudadanos del país, en donde sin estufa no le faltará quien le dé un taco que comer, ha dicho la misma precandidata de este Frente Amplio por México.
Con todo ello el ejercicio del poder presidencial se agota, se desquicia, se perturba, trayéndonos a nosotros reflexiones sustentadas en adagios y proverbios que surgen de la misma cultura popular mismos que nos dicen, “La soberbia es la máscara de la ignorancia”, “El soberbio no sabe lo que es la sencillez ni la modestia”, “De tal palo tal astilla”, “Para que la cuña apriete tiene que ser del mismo palo”, “con la vara que midas serás medido”, y por último “La alegría es el mundo de la libertad”, de todo esto cada quien saque su mejor criterio.
Para muchos ciudadanos en su opinión de que la erró, la erró.