PRESIDENTA

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Samuel Cepeda Tovar.

Al anunciarse la victoria en la encuesta interna del partido oficial rumbo a las elecciones presidenciales de 2024, Claudia Sheinbaum, ex jefa de gobierno de la Ciudad de México, ha culminado el ciclo de las batallas internas y se perfila para enfrentar a la candidata del resto de los partidos del bloque opositor, Xóchitl Gálvez, en lo que será una elección histórica en México. Y lo será porque a reserva de quien gane la presidencia, que seguramente lo hará la ex jefa de gobierno de la CDMX, por primera vez en la historia de nuestro país la presidencia de la república estará en manos de una mujer, y ello representa saldar una deuda con las mujeres, quienes durante décadas han luchado por colocarse dentro de los espacios de poder en nuestro sistema político.

Fue en el sexenio de Adolfo Ruiz Cortines en donde en el año de 1953, se otorga a las mujeres el voto pleno -ya que anteriormente solo podían votar en elecciones municipales- y los derechos políticos para poder ser votadas para cargos de elección popular, y aunque dicha reforma no abrió inmediatamente los espacios de decisión para las mujeres, los pasos que se han dado han sido significativos dentro de un sistema patriarcal y androcéntrico como nuestro sistema político mexicano y que hoy culmina con el reconocimiento expreso hacia dos mujeres que tienen la capacidad de ganar encuestas internas y mostrar con ello respaldo popular, así como ser la esperanza de sus respectivos grupos políticos para representar sus intereses en la búsqueda de un país mejor.

En el tema de la equidad de género, la elección de 2024 habrá de cerrar un ciclo en el que de ahora en adelante veremos a más mujeres abanderar movimientos políticos de gran calado de manera natural en un escenario de justicia y equidad.

Pues bien, por su parte, Sheinbaum avanza con la inercia aplastante de Morena en donde este movimiento gana casi la totalidad de las elecciones en las que compite, y, dicho sea de paso, viene de gobernar la capital de nuestro país con índices bastante aceptables a pesar de los escándalos que ha tenido que enfrentar. Su experiencia es bastante superior a Xóchitl, quien la antecede la jefatura delegacional de Miguel Hidalgo y una derrota por la gubernatura del Estado de Hidalgo y la actual senaduría por el PAN.

Con este suceso, y sin importar a quién postule el partido de Movimiento Ciudadano, México se une a los 9 países que ya han contado o cuentan con presidenta como lo han sido y son: Nicaragua, Panamá, Costa Rica, Chile, Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador y Honduras; quienes en total han sumado a 13 presidentas desde los años noventa y que representan avances significativos en la equidad de género e igualdad de oportunidades para mujeres y hombres y que dicho sea de paso, han hecho buen trabajo como la brasileña Dilma Rousseff o la chilena Michelle Bachelet.

Claudia o Xóchitl, aunque, insisto, la victoria ya está más que anunciada, representan el incremento a 10 presidentas en América Latina en este selecto grupo de avance en política equitativa. Se aproxima entonces un hito histórico en nuestro país que tendremos la oportunidad de observar en lo que será la lucha de dos grandes facciones: izquierda y derecha por la continuidad o el cambio de dirección gubernamental encabezado por dos grandes mujeres.

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