- Morena se desfonda con Marcelo Ebrard.
Carlos Padilla Muñoz.
No cabe duda que AMLO le teme a Xóchitl Gálvez al grado que se la pasa buscándole detalles para bajarla de la candidatura, mientras que la candidata de origen otomí sigue ganando fuerza y adeptos para llevarla a la Presidencia de la República.
El presidente López Obrador padece de un síndrome donde los enfermos ejercen el odio, rencor y venganza sin mucha dificultad, es más, es necesario ejercerlos para aliviar su agresividad psicológica.
López Obrador no duerme pensando que Xóchitl Gálvez pudiera ganar las elecciones y dejar en la raya a su nuera Claudia Sheinbaum. Eso le preocupa más que cualquier situación, ahora que el INE le ha impuesto impedimentos para agredir a la candidata del Frente Opositor.
El emperador, al que algunos le etiquetan como ungido de Dios y representante divino para salvar al pueblo de México, tiene a su servicio a un ejército de cibernautas que buscan con lupa errores en la vida de Xóchitl Gálvez, y ejercer con ellos campañas de desprestigio, vendiendo la idea que pronto bajarán de la candidatura a Gálvez.
Primero fue la construcción y adquisición de su casa, ahora un supuesto plagio de su tesis universitaria, donde la propia candidata reconoció en su lenguaje coloquial, que la había cajeteado o que la pendejió.
Se trata de citas de otras personas o autores sin que Xóchilt haya citado la fuente, como a veces lo hacemos los periodistas cuando escribimos algún artículo o reportaje, sin que ello sea un plagio.
Lo mismo sucedió con la ministra Jazmín, a la que AMLO trato de colocar como presidenta de la Suprema Corte de Justicia, sin que la UNAM y el propio presidente le hayan hecho nada, sigue cobrando como ministra.
El presidente AMLO seguirá buscando causas y pretextos para desprestigiar a la candidata del Frente Opositor, aunque estos ejercen un efecto bumerang, porque los mexicanos van conociendo poco a poco al Peje, que sigue lleno de odio, rencor y venganza, contra quienes son sus enemigos o no piensan igual que él.
El Fenómeno Xóchitl Gálvez sigue creciendo, porque millones de mexicanos creen que ella podrá terminar con este régimen socialista que mantiene al país en bancarrota, con una economía dudosa, una inflación que asfixia y una inseguridad como nunca se había visto, con casi 200 mil asesinatos contra 123 mil de Calderón, 98 mil de Peña Nieto y 36 mil muertes violentas con Vicente Fox.
Sus obras faraónicas: Refinería Dos Bocas que no ha producido ni una gota de gasolina al quinto año de gobierno; el Tren Maya que se descompuso en su inauguración y el aeropuerto Felipe Ángel que fue un fracaso. El presidente hace obras con ocurrencias y puntadas, sin consensuar con gente que conoce, ni estudios técnicos para ver su funcionalidad y rentabilidad. En estas tres obras se ha gastado la mayor parte del presupuesto para obras públicas.
El proyecto de medicina familiar Bienestar fracasó, dejó sin servicio médico a millones que disfrutaban del Seguro Popular, y también desapareció las guarderías infantiles bajo el pretexto de que había corrupción en las mismas. No puedes matar a un niño que se fracturó una pierna, hay que curarlo mejor para salvarle la vida.
El INE le ha impuesto a regañadientes algunas medidas para evitar que siga golpeteando a los candidatos y partidos en las Mañaneras, que le cuestan millones al país y que solo sirven para aumentar el egocentrismo del presidente que se siente “El Mesías”.
El único recurso clientelar, y no tan seguro, son las pensiones que otorga a 17 millones de mexicanos, cuya cantidad será aumentada el próximo año con miras electorales.
Claudia Sheinbaum será una marioneta de AMLO en caso de ganar las elecciones, aparte de que es de la familia, fue pareja de un hijo del presidente. Con esto, quiere continuar en el poder, una reelección disfrazada, como cuando Fidel Castro dejó en el poder a su hermano Raúl Castro.
Millones de mexicanos ya se dieron cuenta que Claudia no solo es la candidata de López Obrador, también están convencidos que será un títere para continuar con su “Cuarta Transformación”.
López Obrador no contaba con que Marcelo Ebrard se revelara contra la decisión de su partido y del mismo presidente para colocar a Claudia como candidata en una elección llena de dudas y misterios. El presidente sabe que de llegar a los tribunales electorales la denuncia de Ebrard, podría poner en riesgo la misma candidatura de Sheinbaum.
Por eso López Obrador le tiene pánico al fenómeno Xóchitl Gálvez y a la denuncia de Marcelo Ebrard, o la ruptura para salir de Morena e irse con el mismo Frente Opositor o ser candidato por otro partido, quitando votos a Morena.
En caso de que Marcelo deje Morena y se convierta en enemigo electoral, el séquito presidencial le buscará cola que le pisen, porque así es el dictador. Busca la paja ajena y no ve la viga en el propio.
Aquí la diferencia, que Marcelo Ebrard debe conocer santo y seña de la trayectoria de López Obrador y entonces las cosas se pondrían más que interesantes.
El Peje debe permanecer, como dicen ahora, calladito se ve más bonito.
Podría hacer que pierda las elecciones Claudia por boquiflojo.