QUEBRAR A MORENA

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Javier López Medina.

“Romper el huevo desde adentro”.
Tesis salinista.

Con la decisión de Marcelo Ebrard de formar un movimiento político al interior de Morena, deja la posibilidad de llevarse una parte del partido, en cualquier momento.

Entonces, surge una pregunta obligada ¿Puede Marcelo quebrar el partido Morena desde adentro?

La historia reciente, dice, desde adentro no, desde afuera, puede ser. En el corto plazo no; quizás en el largo plazo.

Cuando los salinistas estaban preparando el asalto al poder, entre 1982 y 1988, acuñaron una tesis para transformar las prácticas partidistas y gubernamentales hasta ese momento dominantes al interior del PRI. Esa tesis la sintetizaron en una frase: “Quebrar el huevo desde adentro”. Otros le llamaron, “cambio sin ruptura”.

En 1982, a la llegada de Miguel de la Madrid a la Presidencia de la República, se entabló una lucha por el poder político al interior del PRI; por un lado estaban Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y Porfirio Muñoz Ledo, y por el otro lado estaba Carlos Salinas de Gortari y su grupo político, al final, Cárdenas y Porfirio se fueron del PRI, con lo cual fracasaba la posibilidad de transformar las prácticas políticas desde adentro.

Ya estando fuera. En 1988, Cuauhtémoc y Porfirio formaron el Frente Democrático Nacional y compitieron contra el PRI. Los nacionalistas tampoco pudieron hacer que el PRI, perdiera, esa vez desde afuera.

Por su parte, los salinistas alcanzaron el poder en 1988, iniciaron un híbrido de largo plazo, en la economía hacia el neoliberalismo y en lo social hacia el liberalismo social; a finales de 1993, la aprobación del Presidente Salinas era muy alta, el gobierno en su conjunto sorteaba con éxito los problemas, e iba viento en popa.

El poder de los salinistas era tanto, que en los medios se corría el rumor acerca de cambiar el nombre del PRI por el de Solidaridad; casi al final de su sexenio, sus adversos internos se radicalizaron, y cerraron el paso al proyecto salinista. De esa manera fracasó la posibilidad de “quebrar el huevo desde adentro”.

En la elección a la presidencia de la República en 1994, llegó un nuevo grupo comandado por la nomenclatura en el poder y Ernesto Zedillo Ponce de León.  En esa misma campaña, compitió Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano por el PRD, ganó Zedillo, perdió Cárdenas por segunda vez, Cárdenas no pudo hacer que el PRI perdiera.

En el año 2000, por fin, el PRI perdió el poder, y Cuauhtémoc Cárdenas fue determinante, para que el PRI cayera derrotado por primera vez en su historia, esta vez Cárdenas ayudó a quebrar al PRI, pero fue desde afuera, al tercer intento, después de 12 años. Y no llegó el PRD, llegó el PAN. El PRD no capitalizó su lucha, la capitalizó la derecha.

El hoy presidente Andrés Manuel López Obrador, militó años en el PRD; en el 2012, después de haber perdido la elección contra Enrique Peña Nieto, reconoció que desde adentro del PRD no podía transformar las prácticas políticas internas, y en el 2014 tuvo que formar Morena, con el cual alcanzó la presidencia de la República en el 2018. Es decir, para alcanzar el poder, AMLO tuvo que salir del PRD y “romper el huevo” desde afuera. Desde adentro, no pudo.

La conclusión es que nadie a roto el huevo desde adentro desde 1982 y solo dos lo han hecho desde afuera, el hijo del general Lázaro Cárdenas del Río y el Presidente AMLO. Y solo uno de ellos, ha llegado a la Presidencia.

Y de los dos que lo han hecho, Marcelo no se parece a ninguno. Ebrard, no es un político arraigado entre el pueblo, tampoco un luchador social, y menos hijo del ex presidente de la república más icónico de México en el siglo XX: Lázaro Cárdenas del Río.

Entonces las posibilidades de que Ebrard, pueda quebrar a Morena desde adentro y en el corto plazo, son mínimas, sino es que nulas. Al menos la historia reciente no le da posibilidades.