Tula

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Lugar de tules o juncos

El sitio arqueológico se encuentra en el municipio de Tula de Allende.
La gran Tollán, la ciudad de Quetzalcóatl, sede de la cultura tolteca, fue la gran capital del altiplano central de Mesoamérica, con casi 16 kilómetros cuadrados de extensión, con numerosos edificios públicos, plazas, calzadas y abundantes esculturas y bajorrelieves policromados. En la parte superior de la pirámide de Tlauizcalpantecutli encontramos columnas, pilastras y los colosales atlantes que representan guerreros con un lanzadardos en su mano derecha y un haz de flechas en la otra. Sobre el pecho, portan un pectoral en forma de mariposa y visten falderín con gran cinturón; esculturas de piedra bellamente talladas y grabadas.

Aquí también podemos admirar el Palacio Quemado, un conjunto de tres salas rodeadas de columnas, banquetas y altares con decoración en bajorrelieves y vestigios de pintura mural.

Diversos estudios sobre la extensión y estructura interna de esta imponente ciudad permitieron establecer que el asentamiento original se remonta al siglo VII en el área conocida como Tula Chico, que abarca una superficie de aproximadamente 3 km2, siguiendo el cauce del río Tula. Posterior a este establecimiento surge en el siglo X lo que se conoce como Tula Grande, cuya orientación se determinó mediante la observación de fenómenos estelares y, a partir de ella, se construyeron edificaciones rectoras de la urbe.

La población se agrupó en barrios donde erigieron templos y palacios, mismos que funcionaron como referentes ideológicos, económicos y políticos; los conjuntos habitacionales, tanto de élite como comunes, constituían el núcleo principal en la organización espacial de los asentamientos urbanos. Los conjuntos arquitectónicos se levantaron sobre terrenos nivelados cubiertos con empedrados que conformaban plazas y calles; de las plataformas terraceadas se desplantaron los templos o edificios piramidales, juegos de pelota, palacios, tzompantlis y altares, entre otras edificaciones.