SAMUEL, EL PAYASO DE LA POLÍTICA

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José Guadalupe Robledo Guerrero.

Al momento de escribir este comentario, había dos gobernadores en el estado de Nuevo León: uno, el gobernador con licencia Samuel García, y el otro, el gobernador interino nombrado por el Congreso estatal Luis Enrique Orozco.

Por tal razón, el estado norteño más pujante, símbolo del progreso mexicano y enclave del grupo Monterrey, la asociación empresarial más poderosa y respetada del país se encuentra en un caos político, causado por la inestabilidad emocional, la ambición política, la incapacidad de consensuar desde el poder con la oposición partidista y la ignorancia de las leyes de Samuel García Sepúlveda.

Todo comenzó cuando AMLO le ordenó al dueño de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado, que no aceptara como candidato al morenista Marcelo Ebrard y lanzara a Samuel García, para que con su candidatura le quitara votos de la clase media a Xóchitl Gálvez, la candidata de la coalición Va por México del PRI, PAN y PRD, debido a que Ebrard le quitaría sufragios a Morena. López Obrador deseaba que así fuera, porque teme no conseguir la mayoría calificada, para promulgar una nueva constitución, que recoja todas sus ocurrencias dictatoriales.

Fue entonces, cuando el ambicioso junior se enroló en contender por la presidencia de la república a sabiendas de que no ganaría la elección, a pesar de contar con el apoyo y promoción de López Obrador, quien desde la mañanera ha insistido en defender el desaseo ilegal con que Samuel García pretendía irse a la campaña presidencial, nombrando de interino a uno de los suyos, sin tomar en cuenta los protocolos legales que tenía que respetar.

Luego de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) ordenó que Luis Enrique Orozco jurara el cargo como gobernador interino de Nuevo León, el junior Samuelito decidió que retornaría al cargo, seguramente porque Mariana su esposa se lo sugirió (u ordenó), sin darse cuenta que para renunciar a su licencia también había un proceso legal, pero al payaso de Samuel en consonancia con AMLO, le valen madre las leyes que rigen en el país, y ha obviado las disposiciones legales, entrando así en desacato, con el cual puede perder la gubernatura.

Hasta hoy, el Grupo Monterrey no se ha pronunciado sobre el particular ni ha tomado partido, dejando hacer todo lo que se les ocurra a las facciones partidistas en su lucha por el poder. Todo mundo sabe, que los problemas que hoy tiene Nuevo León se derivan de la falta de acuerdos o del incumplimiento de ellos, entre Samuel García y el PRI y PAN que dominan el Congreso del Estado y una parte importante del poder judicial del vecino estado.

Aún así, Samuelito quiso competir en la campaña presidencial, no para ganar sino para lograr ventaja en el 2030. Y esto lo quiso hacer con los poderes estatales divididos y polarizados, sin obras que presumir, pues lo la solución de la dotación de agua potable para Monterrey que supuestamente ha iniciado el gobierno de López Obrador con el apoyo del gobierno neolonés se antoja como una mentira piadosa. También lo de la instalación de la mega fábrica de Tesla es una promesa no aterrizada, y si a esto le agregamos que Nuevo León se encuentra en la inseguridad, padeciendo las acciones impunes del crimen organizado.

Pese a todo esto, Nuevo León tiene ahora dos gobernadores. ¿Dónde acabará este nuevo circo que la desacreditada y cada vez más desafiante y corrupta clase política nos ha instalado? Nadie lo sabe, pero lo cierto es que los grandes perdedores son: Dante Delgado y su Movimiento Ciudadano, pues se quedó sin candidato y no pudo hacer realidad las órdenes que recibió de López Obrador; pero el gran perdedor es Samuel García y Nuevo León, en donde ha aparecido el fantasma de la ingobernabilidad.

Sin embargo, lo de Samuel tiene una explicación, es un gobernador hecho en las redes sociales, sin proyecto de estado, menos de país; sin cultura ni experiencia política, y sobrado de soberbia y de berrinchudas actitudes. ¡Pobre Samuel! Sin la candidatura presidencial quedó solo como el payaso de la política mexicana. Allá él.

Política aldeana

Desde la campaña para gobernador de Coahuila, un político lagunero de gran colmillo en estas lides, aseguraba que con Manolo Jiménez Salinas la política de nuestro estado cambiaría, que ya no serían los mismos que durante 18 años se han apropiado de los puestos públicos y de sus redituables sueldos. Esto se comienza a percibir cuando algunos de los secretarios del gabinete de Manolo Jiménez son personajes nuevos en la administración pública, algunos venidos de su equipo con que gobernó el ayuntamiento de Saltillo. Y no es para menos, Manolo no podrá prescindir de inmediato de algunos funcionarios que se quedaron por recomendación o para que capaciten a los nuevos. Una de las decisiones del nuevo gobernador que más se señalan, es haber nombrado a Óscar Pimentel en la secretaría de Gobierno en lugar de a Eduardo Olmos a quien todos decían que sería él, y con quien todos querían amarrar acuerdos y negocios. El otro semejante es José Lauro Villarreal Navarro a quien mandaron como director general de la Comisión Estatal de Agua y Saneamiento de Coahuila, un cargo segundón. Según la experiencia gubernamental que se convirtió en un canon político para los gobiernos estatales: los primeros dos años del sexenio son para poner a los suyos, los siguientes dos años para realizar sus obras y proyectos y los últimos dos años, para preparar la sucesión. Si esto se realiza en el gobierno de Manolo Jiménez, seguramente los funcionarios que quedaron de las administraciones pasadas serán sustituidos en los siguientes dos años. Esperemos.

Preguntas huérfanas

¿Será cierto que sin Marcelo Ebrard ni Samuel García como candidato presidencial, Movimiento Ciudadano corre el riego de perder su registro?

¿Sabía usted que Dante Delgado Rannuaro, el dirigente y dueño de Movimiento Ciudadano estuvo preso durante 15 meses en el penal de Pacho Viejo, porque como gobernador de Veracruz fue acusado de enriquecimiento ilícito, abuso de autoridad, peculado y corrupción?

¿Quién será el candidato presidencial de Movimiento Ciudadano: Jorge Álvarez Máynez o Dante Delgado, que para el caso es lo mismo?