Amaranta Madrigal.
Lomo cargando infinita duda
encorva en arco un cuerpo altivo
y en la garganta una voz afónica
grita gritando en grito alarido:
¡Quiero salir del laberinto!
¿En cuál instante lo erigió el pánico?
Pies agotados andan cargando
a la tarasca de aspecto único
la Minotaura de carácter áspero
sueña soñando un sueño utópico:
¡Quiero encontrar el cabo del hilo!
¿Cuándo la culpa lió mis motivos?
Hombros portando el roto atavío
de fugaz logro, fruto podrido
es compañía de la misántropa
y llora llorando en lloro gemido:
¡Deseo un Teseo como el de Ariadna!
¿En qué momento me quedé aislada?
Temple de monstruo, alma de niña
mente de hombre, cuerpo de dama
la Minotaura gruñe encerrada
ruge rugiendo en rugido aullido:
¡Quiero vencer la encrucijada!
¿Es la vergüenza quien ahora manda?
De piel rugosa, manchada y seca
metros que olvidan kilos de fiesta
de tacto dormido en senil siesta,
y clama clamando un clamor lamento:
¡Del entusiasmo extraño sus vientos!
¿Cómo me arranco el sufrimiento?
Habla el chamán de Cabeza de Vaca:
¡Eh!, Minotaura salte del círculo,
el muro de Dédalo es apariencia
no veas abismos, solo son manchas
calla tus culpas, ruido en marañas
y la vergüenza, miedo o tristeza
son solo imágenes en tu cabeza
no estás sola, tú, somos todos.
Vibra bondad, vibra la audacia
vibra perdón, vibra paciencia
vibra alegría, vibra abundancia.
Acéptate ogra, ¡Ámate diosa!