LIDIA ACEVEDO ZAPATA

0
625

Lic. Simón Álvarez Franco.

Fue totalmente Lagunera, pues vino a este mundo en Tlahualilo, Durango, regado por las benditas aguas del Río Nazas y formando parte de la Comarca Lagunera, su infancia transcurrió vivaz y alegremente en Gómez Palacio, donde realizó sus estudios destacándose desde joven por su buen humor y ansias de practicar la literatura.

Se distinguió por sus estudios como Maestría de Español, tanto como Licenciada en Psicología como catedrática en la Universidad Iberoamericana campus Torreón como en la Universidad La Salle campus Gómez Palacio, ocupó diversos puestos en diversos institutos culturales así en la Comarca Lagunera como en Durango donde formó parte activa en la Sociedad de escritoras S. C.

Fue becaria del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes CONACULTA. En 2005, ganó el Concurso de Novela Cecilia Ramírez Piña, convocado por la Fundación Guadalupe Pereyra, conjuntamente con la Presidencia Municipal y la Sociedad General de Escritores de México SOGEM, Además, obtuvo el Premio Internacional de Poesía Nuevo Ser 2004 en Argentina; el Premio Estatal de Novela Antonio Estrada y el de Poesía Olga Arias 2000 (poeta Duranguense de quien hemos hablado en artículos anteriores).

Recibió también el Premio Nacional del Instituto Latinoamericano de la Comunicación Educativa ILCE en diseño de Software. Fue finalista del Certamen Internacional de Poesía Carmen Conde en España. (1)
Petronilo Amaya (Pietro), reconocido periodista y literato duranguense nos dice: (2) “Lidia Acevedo Zapata, escritora que lamentablemente trascendió a otra dimensión el pasado 16 de enero (2024) en Gómez Palacio, era para mí alguien con quien compartía muchas coincidencias espiritual e intelectualmente, ambos empezamos a publicar en los años 80 y luego nos respaldamos mutuamente presentando algunas de nuestras obras, fue ella quien me rebautizó con mi sobrenombre literario en mi quehacer poético”.

Lidia Acevedo estuvo algún tiempo como directora de la Casa de La Cultura de Gómez Palacio allá por los años 2018 ó 2019 en que me dio la oportunidad de acercarme a ella y pude apreciar de su clara voz, su inteligencia y opinión cultivada de la literatura, conservo como una joya su libro Mar de Fondo que me dedicara escribiendo: “Para el Lic. Simón Álvarez por la oportunidad de recibir su ejemplo de vida” Lidia Acevedo, marzo de 2019. Ese para mí alto e inmerecido concepto frente a un lucero de nuestro mundo intelectual, lo recibí con orgullo como aliciente a seguir mi formación en un camino y hacia un destino que es la literatura, sobre todo porque procede de una gigante en ese universo cultural.

Viajera constante, con el afán de conocer otras costumbres y otros pueblos, viajó por nuestro país y por Europa, hizo amistad no sólo con el mundillo literario del noreste de México, sino también con muchos del viejo mundo.

Viajera y escritora incansable, publicó, novelas, cuentos, crónicas y poesías, pero algo más importante y emocional; conversadora y oyente, impactaba con su conocimiento de mil y encontrados temas a sus interlocutores, el simple y suave arrullo de su voz era poesía en movimiento, repito nuevamente y sin permiso las palabras de Pietro; “era luz y no le faltará en su camino”

Libros publicados:

POESÍA:
• Desiertas Voces
• Eva y Otras Perfidias
• Rapsodia del Amor Negro
• Rumor
• Así en la Tierra
• Mazurca para un Suicidio
• Mar de Fondo
• Arenisca (1988) (Cuento)
• Los Días del Nahual (Novela)
• La Piel del Otro (Novela)
• Mujer (Ensayo) (2001)

Post Mortem (Fragmento)

Echa a volar sus pasos de geranio
para escalar los muros de los templos
y encontrarse con esa soledad
que a las doce del día
se vuelve certidumbre.
Reza el olvido sin palabras, sin mañana
sin nombre, sin calle, sin mañana
reza para que la muerte no se yerga invisible
para que su piel anónima tenga un lugar
el último segundo a las doce del día
en alguna ciudad
en cualquier parque.

Mar de fondo (Fragmento)
Editado en 2018. Cada página par ilustrada por una fotografía de Hiram Castruita (maravillosa cada una de ellas).
Los poemas de Lidia no contienen nombre, (aplicar el verso inicial)

¿Sabes de las gaviotas que anidan en los ojos
de su regocijo de espuma
de la ristra de gotas iridiscentes
sobre la que se tienden?
Sabes del azul insondable de su vuelo
de las perlas
con que se erigen sus nidos?
El mar es un sueño irrealizable
un nombre
sólo eso es
un cuento de gaviotas. Con que visten sus atardeceres
¿Sabes de las palomas que anidan en las manos
de los susurros
de las cornisas con que visten sus atardeceres
de sus cantos a Dios y el pacto
con los campanarios?
Tampoco existe el cielo
es sólo un cuento de palomas.
El tiempo nunca ha sido…
Me pediste que te hablara sobre el mar
No pude decir nada
siempre que lo intenté
se me ha secado en la memoria
El mar…–dije porque tus ojos iban convirtiéndose ya en agua—
El mar nunca ha existido
los barcos
los muelles
las sirenas
son sólo historias
alguna tarde nos veremos sentados en la playa
orando juntos para que aparezca

Tras la playa no hay mar
Sólo una oscuridad interminable
Tras la puerta no hay mundo
sólo ese abismo que fascina

Desde que te marchaste oigo las olas que revientan en la noche
te llevaría una presa entre mis manos
para que tu asombro echara a volar como gaviota
pero hoy la playa es de los niños y el cielo está poblado de cometas
y las tardes se llenan de novios de sombreros y de lluvia
Te aseguré que el mar eran historias
y tú tenías un rostro donde cabía el mar
pero no te lo dije
Y nos volvimos polvo y esas cosas
nos fuimos entre ruido de trenes y de fábricas
Aún hoy vueltos arena qué te podría decir . . .
en esta oscuridad hay sólo tiempo
Y el tiempo nunca ha sido
la mejor medicina…

Despacio –al anochecer—se desprendió del muelle
midiendo el peso del adiós y sus posibilidades
Y dedos, innumerables dedos y ojos y bocas
y estómagos contritos pronunciaron
los jamases y hasta siempres de los que uno
no tiene
certidumbre
Y se entregó
–el barco y lo que en él había—
a un azar verdeazul
apretada la noche en la garganta
como un sollozo negro
creciendo en un horizonte impredecible
Tengo vacío mi cuerpo
monedero tirado en algún parque después de ser abierto
con sólo una gota salada de algún mar.

Lector atento y acucioso, te entrego una muestra pequeña, una señal, para dejar a tu criterio y posibilidad la esperanza de conseguir más material de esta autora (su legado está custodiado por bibliotecas públicas, más bien municipales y eventualmente en periódicos y revistas, ya ves, no es una poeta clásica, ni modernista, yo la tildaría de contemporánea y mucho dolor siento al notar que las autoridades gubernativas y especialmente las culturales han dejado sin atención su tránsito, sin esquelas o noticias sobre su desaparición, creo que estarás de acuerdo conmigo y con otros que ya han alzado la voz, recomendado se le reconozca como un valor actual que debe trascender en nuestra educación. Gracias.
Notas:
1.- Enciclopedia de la Literatura en México. Fundación para las letras mexicanas.
2.- El Siglo de Durango. Petronilo Amaya, enero 22 de 2024