Rufino Rodríguez Garza.
El domingo llegué muy de madrugada casi a las seis de la mañana llamándome la atención poderosamente ver mucha gente en el área del Pelillal, hay casi un concurso para ver quién hace la fiesta de 15 años más llamativa, que destaque y que sea mejor que la de las otras vecinas.
Pues nada, que las fiestas se prolongan en este lugar hasta el amanecer y los más valientes enfiestados siguen tomando y oyendo música a todo volumen en los radios de las camionetas.
La fiesta en esta ocasión fue alegre, no hubo pleitos; la comida fue abundante se prepararon guisados de res y de puerco, mucho arroz, refrescos y las infaltables cervezas que puso el papá de la festejada y las que se agregan del resultado por la venta clandestina, y aunado a la que llevan los invitados podemos mencionar que corren “ríos de cerveza, pero como en esta región no hay ríos, son “arroyos de cerveza”.
El grupo que animó la fiesta fue ni más ni menos que Los Hermanos Zamarrón, traídos expresamente de Saltillo que por lo bajo se le pagó la cantidad de $100,000 pesos.
Como dice el dicho “echaron la casa por la ventana”, los preparativos iniciaron desde mucho tiempo atrás, con mucha antelación se van arreglando los pendientes: se arreglan las casas (la casa única en el Pelillal de dos plantas) Poncho Alfonso Reyes Olvera originario del ejido General Coss fue juntando durante mucho tiempo para solventar tamaño gasto.
Poncho quemó candelilla, talló lechuguilla, trabajó para ranchos cercanos para solventar tamaño gasto. La quinceañera Reyna Guadalupe Reyes Medina se ajuareó con un bonito vestido comprado en Saltillo, se lució muy bien al lucirlo (al decir de su abuela Josefina Mata, quien por cierto es mi comadre), los vecinos y los invitados bailaron comieron y tomaron como Dios manda. Se acostumbra conseguir padrinos para casi todo van desde el pastel, ropa, pulseras, anillo, diadema y una gran etc. Dicen los que fueron que todos felices, todos alegre todos bien comidos y sobre todo muy bailadores.
Conozco esta comunidad desde hace unos 30 años, aquí he encontrado a grandes amigos, más de uno es mi compadre; gente alegre y trabajadora; lo que no quiere decir que no haya pleitos, como en toda sociedad aquí se dan todos los problemas de una gran ciudad, pese a que en este lugar no son más de 20 familias.
Cuenta la nota roja que un ahijado mató a su padrino y que el agresor huyó y nunca más se supo de él, la mujer del que huyó se juntó con un hermano, el hermano del fallecido mató a uno de los vecinos, en poco tiempo llegó la venganza y cayó a la cárcel.
También corre el caso de un joven al que la esposa lo engañó, también varios pleitos entre recién casados o entre matrimonios de muchos años, matrimonios entre adultos con niñas de menos de 15, etc., es decir, la nota roja a su máxima expresión.
Hace varios años cuando empecé a ir al ejido la movilidad era limitada, pues se utilizaba el caballo, el burro y los más modernos usaban bicicleta; ahora 30 años después se cambió la manera de movilizarse pues llegaron las motos que desplazaron a las bicicletas, llegaron las trocas, carros y camionetas que desplazaron a los equinos; vemos familias que hasta dos vehículos se estacionan en sus casas.
En este sitio como ya lo mencioné he encontrado grandes amigos que me han ayudado en la ubicación de muchos sitios de esta gran zona arqueológica, por ejemplo Manuel Ríos que por caminos borrosos y por escondidas veredas me llevó a conocer sitios apartados como el Cañón de Eslabones, cañón del que me había hablado el profesor Carlos Cárdenas y cual nunca pudo visitar; gracias al profesor Cárdenas conocí a los Mata del ejido vecino al Pelillal y que se llama Las Esperanzas, ejido éste último también rico en manifestaciones rupestres, tiene una gran presa que es surtida por el Arroyo Patos, lugar digno donde hay buenos grabados y que se presta mucho para acampar.
Al norte de la presa se localiza un sitio que se llama El Aparejo y al que consideramos como un lugar sagrado, donde actualmente son abundantes en las representaciones de venado cola blanca y también de venados bura. Al Flaco Mata (Heriberto Mata) el Profesor Cárdenas le pidió que me cuidara y me diera toda la ayuda posible.
En el ejido existe una modesta presa que en los años de la década de los cincuenta fue inaugurada por el gobernador Raúl Madero hermano del Prócer; en aquellos tiempos no había dinero para llevar a cabo la inauguración como Dios mandaba y poner una placa de bronce, por lo que en una enorme roca se grabó el mensaje de la fecha en que se construyó dicha presa.
Este mismo gobernador en el municipio de General Cepeda inauguró también otra presa, claro ésta más grande y con una cortina enrocada con vertedero y que le dura mucho el agua, pues aquí don Raúl Madero la inauguró con senda placa de bronce. pero que la placa al fin de metal fue robada y vendida como chatarra. En cambio, la roca grabada de Las Esperanzas aún se conserva.
Es grande la familia Mata y se dedican a criar ganado y a la siembra del maíz, frijol y forraje para el ganado, tienen buenas tierras y aprovechan el agua de la presa grande y también de un pozo artesiano en las inmediaciones Del Aparejo y la conducen por tubería hasta las parcelas que rodean la comunidad.
En este ejido de Las Esperanzas hay todo un complejo arqueológico digno de visitar y de estudiar, empezando desde la comunidad pasando por la presa hasta llegar a sitios como el Borrado, Arroyo Piedritas y por supuesto El Aparejo.
En próximas colaboraciones hablaré del Arte Rupestre y de la amable gente que por allá vive.