DESPLAZADOS POR CAMBIO CLIMÁTICO

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Abigail A. Correa Cisneros.

Miles emigraron en la última década debido a las consecuencias naturales que tiene el calentamiento global; inundaciones, deslaves, sequía, también propician que la gente salga de sus ciudades de origen, muchas veces dentro de su país, pero también cientos intentan llegar a otras naciones para buscar una mejor vida.

Es más común que oportunistas se aprovechen de la situación de quienes emigran, y el cambio climático también pone en riesgo los derechos humanos. En América es una situación que alcanza al 60 por ciento de los refugiados que dejaron sus países debido a la violencia o la falta de empleos. El traslado de miles de personas en este continente es principalmente a grandes ciudades, lo que también dificulta el acceso a servicios básicos. Las oportunidades laborales en el campo se complican debido a sequías o tormentas.

A principio de esta década, la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) elaboró directrices bajo las cuales las personas obligadas a cruzar fronteras internacionales a causa de desastres o eventos relacionados con el cambio climático podrían ser consideradas personas refugiadas conforme la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951. Los eventos climáticos o desastres que perturben gravemente el orden público podrían dar lugar a que un Estado brinde protección a las personas afectadas a través del reconocimiento de la condición de refugiado.

México apoya con visas humanitarias, lo mismo que otros países de América. Sin embargo, el problema sigue escalando, sobre todo en lo referente a la violación de los derechos humanos. Por otra parte, también es una manera obligada de transformar las políticas internas de un país. La Organización Internacional del Trabajo considera que la migración se puede hacer de manera segura y acceder a empleos formales, de esta forma habría más posibilidades de contribuir al país de origen. La migración puede reducir la presión demográfica sobre los entornos afectados por el estrés climático, y podría beneficiar a los países de destino al ayudar a colmar la escasez de mano de obra.

Lo que sugiere es que se creen políticas de adaptación y movilidad laboral basadas en los derechos, que, bien gestionadas podrían brindar una oportunidad para impulsar la resiliencia y aumentar el desarrollo, reduciendo al mismo tiempo el riesgo de futuros desplazamientos.

Nuevas políticas tendrían que considerarse con urgencia porque ya no estamos en la era en que hablábamos de que el calentamiento global podría ser un problema, ahora lo vivimos. Desde hace décadas se alertó sobre las consecuencias que hoy todavía falta atender. La migración de miles de personas debido al calentamiento global será más constante. Se estima que para 2050 el número total de personas a nivel mundial que podrían verse desplazadas por el por el cambio climático sea más de 250 millones de personas.

En febrero pasado, comunidades y organizaciones denunciaron por primera vez ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que el cambio climático ha provocado desplazamientos forzados y migración. La comunidad de El Bosque, en Tabasco, quedó bajo el agua por el avance del mar provocado por el cambio climático. Los habitantes tuvieron que ser reubicados luego de que el mar destruyera sus viviendas.  Varias comunidades pasan por lo mismo, también se vulnera la seguridad alimentaria y padecen más enfermedades. 

Desde el Centro

Unos dos mil migrantes salieron de la frontera sur de México en la caravana denominada Viacrucis Migrante 2024 que busca llegar al centro del país. Los extranjeros esperan continuar sus trámites ante las autoridades mexicanas o seguir hacia Estados Unidos. Con este trayecto se pretende visibilizar las dificultades por las que tienen que pasar, robos, violaciones, extorsiones, secuestros y hasta perder la vida.