Abigail A. Correa Cisneros.
La persecución racista a cualquiera que no parezca ser ciudadano estadounidense sigue en controversia. Ayer se liberó en Texas la ley SB4, que faculta a cualquier policía para detener y deportar a cualquiera que les parezca indocumentado. Más tarde un tribunal federal de apelaciones bloqueó temporalmente al gobierno estatal para aplicar la nueva ley, pero no implica que las persecuciones también se frenen.
La SB4 está pendiente porque siguen analizando si es anticonstitucional, lo que sí, es que mantiene en la zozobra a los habitantes de Texas ante posibles detenciones arbitrarias de la policía y la violación a los derechos civiles. Hace unos meses, el gobernador texano Greg Abbott colocó boyas, cerco de púas y navajas en la frontera en su intento para detener una supuesta invasión a su país.
A unos meses de llevarse a cabo elecciones en Estados Unidos, la ley de migración sigue siendo uno de los puntos centrales que abordan tanto demócratas como republicanos. Por el lado de Donald Trump siguen los ataques en contra de los inmigrantes, impulsa este tipo de leyes que violan los derechos humanos y actúan en contra de acuerdos internacionales sobre el tema de la migración. Lo ha hecho desde su campaña de 2016, cuando incluso dijo que los migrantes son criminales y violadores, ahora dice que ni siquiera son humanos. Cómo podríamos imaginar que considere un trato digno a cualquiera que sea detenido sin documentos.
Por su parte, el presidente Joe Biden reblandeció el discurso en contra de la migración ilegal, pero tampoco ha aterrizado leyes que frenen el éxodo hacia su país. Aunque intenta detener este tipo de leyes, como la SB4, los hechos son que la violencia en contra de los indocumentados aumentó, las leyes que impulsó Donald Trump durante su gestión como presidente de Estados Unidos siguen vigentes.
Parece que en esta contienda electoral que se lleva a cabo en Estados Unidos los discursos son muy similares a los de años recientes. Son un refrito de promesas que se quedan en el escritorio. Desde 2019 las detenciones en la frontera fueron en aumento, sólo las frenó la pandemia de Covid-19. El reblandecimiento de las políticas de Joe Biden quizás hizo que más inmigrantes intentaran llegar a su país, pero al mismo tiempo se incrementaron las detenciones en la frontera, lo que da argumentos a los republicanos para recrudecer la ley.
La SB4 es una continuación de las políticas de Donald Trump, muy parecida a su tolerancia cero, enfocadas en separar familias. Aunque el presidente Biden intenta al menos paliar la violación a derechos humanos, los acuerdos con el actual gobierno de México no representan un avance considerable. Por otra parte, de regresar Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, podríamos esperar incluso que se reduzcan los trabajos legales para extranjeros. Con el gobierno demócrata se impulsó la elegibilidad a residentes para obtener la ciudanía.
Las acciones de Joe Biden en materia de migración quedan más opacadas ahora que se preparan para las siguientes elecciones presidenciales. Es cierto que el presidente Biden canceló la construcción del muro; frenó un poco la deportación de migrantes en el interior; dejaron de hacerse redadas en los lugares de trabajo, entre otras acciones que suavizan el trato hacia los indocumentados, pero estas acciones siguen invisibilizadas porque persistieron otras acciones, como el Título 42, que hasta hace un año permitía que en la frontera se expulsara rápidamente a los migrantes y la solicitud de asilo fuera casi imposible.
La falta de políticas migratorias que ayuden tanto a países de entrada como de salida seguirá siendo una oportunidad para impulsar acciones represoras que incluso violen derechos humanos con el aval de la ley, porque aquellos que huyen de la miseria o violencia en sus países dejan de ser vistos como humanos al llegar a un Estado donde los consideran criminales y violadores.