LO QUE SIGUE DESPUÉS: LA RECONCILIACIÓN Y LA UNIDAD

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José Guadalupe Robledo Guerrero.

Hoy se realizarán lo que se ha calificado como “las elecciones más grandes e importantes de México”. Según el padrón electoral, ya se rebasaron los 100 millones de mexicanos que podrán emitir su voto, aunque a decir verdad, en México el abstencionismo es superior al 35 por ciento; por tal razón, a todos los candidatos les interesa que los votantes aumenten y los abstencionistas disminuyan, debido a que se cree que las elecciones serán competidas.

Pero independientemente de quién obtenga el triunfo presidencial, lo cierto es que la que gane la contienda electoral, deberá tener como principal tarea pugnar por la reconciliación de los mexicanos, pues el país requiere de la unidad para resolver los urgentes problemas que tiene México en todas la áreas de la función gubernamental, y en algunas han rebasado los niveles tolerantes, tal es el caso de la inseguridad, de la salud, de la educación, de la energía, del agua, y un largo etcétera.

Quien gane la contienda electoral, deberá tener como principal tarea pugnar por la reconciliación de los mexicanos.

Para enfrentar estos graves problemas se necesita de la unión de todos, pues con la polarización no se podrá avanzar en el mejoramiento de la economía y el crecimiento, tampoco se podrá contrarrestar al crimen organizado que asola grandes extensiones del territorio nacional, ni se podrá crear un servicio de salud público con medicamentos y hospitales equipados, ni podremos abatir el rezago educativo que dejó la pandemia del Covid 19, menos aún se podrá producir la energía que necesitan las ciudades y las empresas, y no podremos solucionar el abasto necesario de agua y la productividad en el campo, ni mucho menos la pobreza.

La próxima presidenta tendrá que reconciliar a los mexicanos, gobernando para todos y escuchando a todos los sectores y grupos sociales, para hacer un México incluyente y democrático, que impulse la lucha contra la corrupción y la violencia, y que haga lo necesario para buscar la prosperidad de los mexicanos y el crecimiento económico del país.

Pero también se necesita de la unidad nacional, porque la presidenta que salga electa, recibirá un México con grandes problemas financieros, pues el presupuesto federal no alcanzó para cubrir las obras de AMLO y los programas sociales, por tal razón se echó mano de los fideicomisos y del endeudamiento, y quién sabe cómo andará la impresión de billetes.

La nueva mandataria que surja de la elección presidencial, tendrá que ocuparse del mantenimiento e inversión en la infraestructura nacional, del apoyo a la producción agrícola, de ponerle freno a la corrupción y a la impunidad. En pocas palabras, tendrá que dedicarle tiempo y presupuesto, para subsanar todo lo que se deterioró por el desinterés, olvido y reducción de presupuestos en el sexenio de López Obrador.

Por las circunstancias existentes, la presidencia de la república no será un día de campo o un viaje de placer, sino una etapa de mucho trabajo y dedicación, a menos que se siga gobernando con la politiquería partidista para ganar elecciones.

Política aldeana

Hay quienes creen que la oposición en México, que ahora se identifica con la sociedad civil y lo que quedó del PRI, PAN y PRD, luego del chapulineo que brincó a Morena, debe convertirse en un partido político, para que desaparezcan las siglas de estos partidos que hoy todavía causan escozor entre grandes grupos de la población, porque se requiere un partido fuerte, consolidado y renovado, que pueda cumplir con la necesidad que tienen los que ahora luchan por defender la democracia y estimular el crecimiento y prosperidad económica. Ojalá y los sectores sociales que hoy circunstancialmente se han unido, se pongan de acuerdo en caminar juntos en un nuevo partido.

Preguntas aldeanas

¿Qué tan cierto es que la lucha electorera entre las dos coaliciones que se disputan el poder en México, están compuestas por la misma clase política que ha fracasado en el pasado y presente de la nación?