- Mientras tanto, en Coahuila casi concluye la entrega de constancias de mayoría y el recuento de votos en Piedras Negras.
David Guillén Patiño.
Cuando faltaba de ser computado casi el 2% de las boletas utilizadas en los comicios locales del pasado 2 de junio en la entidad, el Comité Municipal Electoral de Saltillo otorgó en la mañana del jueves constancia de mayoría a Javier Díaz, postulado para alcalde de la capital del estado por la alianza PRI-PAN-PRD.
En lo que prácticamente es el cierre de las elecciones para la renovación de los ayuntamientos de Coahuila, también se entregó dicho documento a otros 28 candidatos ganadores, entre ellos, al abanderado de Morena-PT a presidente municipal de Piedras Negras, Carlos Jacobo Rodríguez González.
El contendiente fue ratificado por la autoridad electoral en los primeros minutos del día 6, al tiempo en que iniciaba de un recuento parcial de votos y tras afrontarse diversos desórdenes derivados de la furibunda resistencia de su contrincante de la fórmula PRI-PRD-UDC Norma Treviño Galindo, quien se había declarado ganadora.
Historias como esta se tejieron durante el proceso electoral a lo largo y ancho del territorio estatal, dentro del contexto de la exitosa campaña de Claudia Sheinbaum, candidata de Morena a presidenta de la república, quien terminó por vencer de manera apabullante a sus adversarios Xóchitl Gálvez y Jorge A. Máynez, postulados por la coalición PRI-PAN-PRD y MC, respectivamente.
Todo indica que, debido al margen de diferencia tan amplio que existe entre el número de votos obtenidos por una y otra postulante, por 19.3 millones, el viejo régimen se abstuvo de llevar a cabo la parte de su plan relacionada con generar, ni más ni menos, un caos social tan grave que condujese al INE a anular los comicios.
Lo ideal para la oposición habría sido, por obra y gracia del fraude, un resultado muy cercano al empate técnico. En vista de que esto no se logró, a pesar de que se intentó inducirlo incluso a través de encuestas falsas, ahora, y tal como lo anticipé, solo le queda poner en marcha la última fase de su trama: la judicialización del proceso, misma que ya comenzó, y que, cuando mucho, serviría para frustrar el “Plan C” del gobierno de la “Cuarta Trasformación”.
El alegato presentado por el equipo de la excandidata presidencial Xóchitl Gálvez para que el Instituto Nacional Electoral lleve a cabo el recuento del 60% de los centros de votación (no el 80% solicitado por la alianza que encabeza el PRI), consiste en que se encontraron diferencias “entre lo que dicen las actas de resultados con los datos obtenidos en el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP)”.
El equipo jurídico de Gálvez Ruiz inició también una ofensiva legal “por la clarísima intervención” del presidente Andrés Manuel López Obrador en el proceso electoral, asimismo, “por el evidente uso de recursos públicos en la campaña de Morena, por el “alto nivel de violencia” y por la “intervención del crimen organizado”.
Se aduce, entonces, una elección de estado, orquestada desde las conferencias de prensa mañaneras del titular del Ejecutivo federal. Pero, además, se señala un monumental fraude electoral, en el que se habrían confabulado Morena y grupos criminales. Ante tales acusaciones, me pregunto: ¿el burro hablando de orejas? De ser verídicas, no perdamos de vista que el PRIAN solo estaría recibiendo una sopa de su propio chocolate.
Mientras tanto, llama la atención que López Orador haya confirmado de manera abierta que, efectivamente, en esta contienda electoral la oposición le apostó infructuosamente a la violencia extrema, acerca de lo cual el mandatario se preguntó quién habrá sido la mente perversa que dio a Xóchitl Gálvez dicho consejo, a saber, un hecho que, a su juicio, es digno de investigación.
Por su parte, Sheinbaum Pardo ha dicho no tener inconveniente en que se lleve a cabo el recuento de sufragios, pues lo único que se encontrará es que los comicios se desarrollaron en orden y limpieza, y es posible que se hallen más votos para Morena-PVEM-PT, es decir, que dicho recuento puede favorecer más a dicha coalición que a la candidatura de Gálvez, como ya se empieza a vislumbrar.
Por lo pronto, el mapa político-electoral que arrojaron estos comicios revela un formidable avance de la fórmula “Sigamos Haciendo Historia” sobre la coalición opositora, a grado tal que la presencia del PRI se redujo a solo dos de los 32 estados del país: Coahuila y Durango, y creo que no por mucho tiempo, si consideramos el talante perdedor del dirigente priista Alejandro Moreno, como de Marco Cortez, líder nacional del PAN, institución que también se encamina hacia su extinción.
En relación con las elecciones internas en Coahuila, la numeralia que aporta el último corte del PREP (a las 15:03 horas del jueves 6 de junio) destaca el hecho de que acudieron a votar 1 millón 558 mil 479 electores, lo que representa el 64.3 por ciento del padrón electoral de la entidad.
En lo individual, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) acaparó 645 mil 811 sufragios, es decir, 41.44% de la votación total, mientras que Morena obtuvo 473 mil 35 votos, que representan el 30.35 por ciento de los votos emitidos. Como tercera fuerza política (en elecciones locales) aparece el Partido del Trabajo (PT), por el que votaron 81 mil 448 ciudadanos (5.23%).
En el mismo orden descendente, les siguen el Partido Acción Nacional (PAN), con 67 mil 853 sufragios (4.35%); el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), que acumuló 65 mil 507 votos (4.2%); Movimiento Ciudadano (MC), por el que votaron 62 mil 950 electores (4.04%); en el sótano, con 30 mil 146 sufragios (1.93%), aparece, prácticamente extinto, el Partido de la Revolución Democrática (PRD); y, con 28 mil 723 votos (1.84%), el partido Unidad Democrática de Coahuila (UDC).
Las coaliciones registraron los peores resultados: PT-Morena (1.52%), PRI-PRD-UDC (0.6%), PRI-PRD (0.29%), PRI-UDC (0.19%) y PRD-UDC (0.04%), que, en conjunto, sumaron 41 mil 018 votos, es decir, el 2.7% del total de sufragios.
De confirmarse las anteriores cifras, el PRI y aliados estarían ganando en 30 de los 38 municipios de la entidad, incluidos los tres más importantes: Saltillo, Torreón y Monclova, mientras que Piedras Negras quedaría en manos de Morena-PT, donde hasta la conclusión de la redacción de este texto, seguía el recuento de votos en el Comité Municipal Electoral de esa cabecera, donde, por cierto, “se cayó el sistema”.
davidguillenp@gmail.com