- Julio Berdegué Sacristán, completamente desconocido en el sector rural.
- Mario Delgado Carrillo, de activista de morena a secretario de Educación Pública.
Jorge Martínez Cedillo.
Si bien la capacidad académica de varios miembros (mujeres y hombres) del Gabinete de la Presidenta Electa de México, Claudia Sheinbaum, es comprobable por la presentación de sus créditos, títulos y diplomas, con los cuales demuestran haber cursado estudios universitarios en México o el extranjero, hay la observación de que varios de ellos carecen de la experiencia en el propio país, en cuanto a las tareas que van a emprender a partir de que entren en funciones, el próximo mes de septiembre.
El hecho de que posean grados de doctores en diversas especialidades, no significa seguridad de que cumplirán cabalmente con la alta responsabilidad de la eficiencia en los programas productivos, y su efecto favorable en beneficio de los distintos conglomerados sociales que requieren las familias mexicanas, sobre todo que el propio país necesita.
Sabemos que México es un país muy rico en recursos naturales. Primero, cuenta con hombres y mujeres que han demostrado inteligencia, capacidad de trabajo, apertura al aprendizaje sin condiciones; cuenta con una gran cercanía con los océanos Pacífico y Atlántico, donde miles de pescadores enfrentan una pobreza inexplicable por falta de atención de su gobierno.
Por otro lado, este país nuestro, cuenta con productores del campo capaces de hacer producir sus tierras y aprovechar las aguas interiores; con bosques y selvas en proceso de degradación; con recursos petroleros -mal manejados- con minería en grandes extensiones de su territorio.
Sin embargo, los malos gobiernos en este país, lo han llevado a la ruina espantosa, sin posibilidades de recuperación, por la pobreza que enfrenta más de la mitad de la población mexicana.
Ahora bien, con relación a la designación del nuevo secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, nombrado recientemente por la presidenta electa Sheinbaum, doctor Julio Berdegué Sacristán, los que esto escriben, con más de 50 años dentro del sector agropecuario, forestal y pesquero, agroindustrial y financiero, no conocen ni han escuchado hablar del señor doctor Berdegué Sacristán. Conocimos al doctor Emilio Sacristán Colás y a su hijo Emilio Sacristán Roy, distinguidos economistas y académicos de la Facultad de Economía de la UNAM, pero a ningún Berdegué.
Regularmente los Secretarios de Agricultura habían sido egresados de la Universidad Autónoma de Chapingo, que imparte más de treinta especialidades relacionadas con la agricultura, la ganadería, la forestería, fruticultura, la agroindustria y todo aquello relacionado con los alimentos de origen agrícola. Es la Universidad más antigua de América Latina.
Sin olvidar que existen en el país otras dos instituciones de mucho prestigio en el sector campesino, estas son el Colegio de Postgraduados de Chapingo y la Universidad Antonio Narro de Saltillo.
Los interesados en la agricultura mexicana, seguramente estarán inseguros que un egresado de las Universidades de Arizona, de California y de Wageringen, (es holandesa), de quien no se conoce su experiencia en la actividad más antigua de México, la práctica agrícola, que sigue siendo pobre, maltratada por su gobierno y sin esperanza de que salga del atolladero.
Otro secretario que nombró recientemente Claudia Sheinbaum, es la del afamado doctor y maestro (no sabemos en qué especialidad) Mario Delgado Carrillo, como titular de la Secretaría de Educación Pública, a quien algunos conocen por haber sido dirigente del partido político Morena.
Se le señala constantemente de estar ligado con Sergio Carmona, a quién se le conoce como “el rey del huachicol” personaje que fue asesinado hace tres años.