¿Y qué con estados unidos?

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José Guadalupe Robledo Guerrero.

En el siglo pasado, los Estados Unidos eran considerados el policía del mundo, sobre todo después de la segunda guerra mundial, pues le dictaban a los países del occidente su modo y estilo de vida: el consumismo; y la “América para los americanos” se llenó de regímenes militares con la anuencia del gobierno y los grandes capitales estadunidenses, que por la vía del golpe de estado se adueñaron del poder en Latinoamérica, con excepción de México que llegó a ser una isla en el militarismo que inundaba las naciones de habla hispana.

Posteriormente, y hasta la fecha, esta misma región cambió a los militares por regímenes populistas, a los que eufemísticamente se les calificó de “socialismo latinoamericano”, cuyos caudillos son antiyanquis, a pesar de que sus pueblos anhelan el “sueño americano”, y hacen lo posible por ingresar al imperio norteamericano como ilegales o migrantes sin papeles que legitimen su presencia en el país huésped, todo esto con el consentimiento de una parte de los Estados Unidos.

¿Por qué EU aceptó dicho cambio sin mayores consecuencias ni intervenciones? La pregunta tiene varias respuestas: primero, está presente la geopolítica, en donde para los EU el medio oriente es su prioridad, región estratégica en la lucha armamentista entre Rusia, China y Corea del Norte; y los países europeos y Estados Unidos.

En segundo lugar, por las condiciones de polarización que viven los estadunidenses en su país, propiciado y alentado por la Asociación Nacional del Rifle, los supremacistas blancos, el capitalismo voraz y los ultraderechistas, cuyo actual líder es Donald Trump, homólogo de los populistas latinoamericanos. No cabe duda, los extremos siempre se juntan.

Hay quienes piensan que los Estados Unidos están al borde de una guerra civil, y se preguntan ¿Qué habría sucedido si el reciente atentado contra Trump hubiera tenido éxito? La respuesta está en el aire, nadie atina a elucubrar sobre el particular, porque sería de pronóstico reservado. También es verdad que dicho atentado fracasado le dio impulso a la campaña del populista republicano.

El próximo 5 de noviembre serán las elecciones presidenciales en Estados Unidos, y el partido Republicano tiene como candidato a Donald Trump, mientras el partido Demócrata aún no decide si comanda la reelección de Joe Biden, quien a su avanzada edad (81 años), tiene serios comportamientos seniles: lapsus, conductas erráticas, confusiones, etc., razones por las que dos terceras parte de los demócratas están solicitando que Biden renuncie a la reelección, y opten por otro candidato, que al parecer es mujer: Kamala Harris o Michelle Obama, quienes tendrían más posibilidades de ganar la elección presidencial.

También es verdad que de obtener la victoria electoral Donald Trump, los analistas sugieren que México será el “punchig bag” del gobierno norteamericano encabezado por Donald Trump y James David Vance, quienes tiene como prioridad combatir la invasión de migrantes, continuar la construcción del muro fronterizo y emprender la lucha contra los cárteles mexicanos de la droga y la producción del fentanilo, narcótico que mata a más de 100 mil estadunidenses al año.

Con Trump como presidente, el gobierno mexicano encabezado por Claudia Sheinbaum padecería días aciagos, pues a Trump le correspondería firmar la renovación del Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá, que seguramente vinculará con los temas de la migración, seguridad fronteriza y fentanilo; además los analistas geopolíticos anuncian que el mundo estaría en peligro de sufrir cambios nada favorables para la paz, la concordia y las libertades. Por eso las elecciones presidenciales de Estados Unidos acaparan la atención mundial, sobre todo ahora que Rusia, China y el mundo árabe se preparan para una guerra, por un nuevo reparto del mundo, en donde norteamérica y Europa son los enemigos a vencer.

Lo cierto, dicen los especialistas, el mundo está en peligro de guerra, y el policía del mundo se encuentra polarizado, desunido, con grandes problemas sociopolíticos y con una invasión premeditada de migrantes de todo el mundo, y México se encuentra en medio del conflicto, sin dirigentes políticos que entiendan la situación, porque están enfrascados en conservar sus pequeños cotos de poder y enriquecimiento.

Política aldeana

Los observadores políticos se preguntan ¿Qué salida decorosa le darán a José María Fraustro Siller luego que no fue reelecto como alcalde de Saltillo? El cuestionamiento es importante, pues Fraustro es parte de un grupo político fuerte en Saltillo y la región sureste, se le ubica al lado del ex gobernador Enrique Martínez y Martínez, de las familias empresariales de los López, los Gutiérrez, y de otros capitales, cuyos miembros tienen una importancia en el equilibrio político y económico de la región, más ahora que el gobierno estatal de Coahuila es uno de los dos que quedan dentro del priismo agonizante, que hoy a pesar de estar disminuido se debate en la desunión y el enfrentamiento, peleando por los despojos partidistas, sin más motivos que seguir lucrando en los cargos públicos, negociando con el poder central y obteniendo impunidad para sus ilícitos. Hay que hacer anotar que Chema Fraustro y el grupo al que pertenece se han mostrado institucionales.

Preguntas huérfanas

¿Por qué no se ha solucionado el problema económico de AHMSA, ahora que el mundo requiere de más acero?

¿A qué se debe que Saltillo no está contemplado para que pase el tren México-Nuevo Laredo que promete Claudia Sheinbaum, si las vías originales tienen su trazo por Saltillo?

¿Será verdad que los Estados Unidos devolverán al gobierno mexicano los 579 millones de pesos que le incautaron al ladrón de Javier Villarreal Hernández? ¿De ser cierto, devolverá AMLO a Coahuila los 32 millones 194 mil dólares?