Fernando Rangel de León.
Los XIX Juegos Olímpicos de 1968, primeros de la historia en América Latina, celebrados en México, también fueron los primeros en sentar las bases para que las Olimpiadas tuvieran una mascota como parte fundamental para concretar el espíritu olímpico, difundir los valores sobresalientes de cada una de ellas, promover la cultura y la historia de la ciudad y país anfitriones y dar un ambiente festivo y de colorido al evento, que las identificara.
La mascota de la Olimpiada de México, fueron un jaguar rojo y la paloma de la paz; pero fue Múnich 72, la primera Olimpiada que tuvo una mascota oficial, siendo un perro salchicha; Tokio, tuvo un tablero de ajedrez; Río de Janeiro, una mezcla de variedad de animales brasileños; Montreal, un castor; Moscú, un oso; Los Ángeles, un águila; Seúl, un tigre; y Sídney 2000, tres animales de Australia.
La mascota de la Olimpiada París 2024, se llama Phryge; a la que se le ha querido dar diversos significados, tales como la similitud triangular a la Torre Eiffel y a un condón, entre otras cosas; siendo que su verdadero simbolismo es el gorro frigio, que se pusieron los franceses en la Revolución Francesa, del 14 de julio de 1789, en señal de la libertad, que junto con la igualdad y la fraternidad, constituyó el lema de esa revolución.
El gorro frigio, que tiene una similitud con un bonete, se utilizó hace alrededor de 3 mil años, en el reino de Frigia (actual Turquía), por los esclavos, como una señal de libertad, desde la época del Rey Midas, y de la Guerra de Troya; pasando por Grecia y Roma.
La carátula de la Constitución Federal de 1824, dentro del escudo nacional, tiene en la parte superior del águila el gorro frigio, como símbolo de la libertad, y desde entonces se usó en México en algunas monedas, como en las de 20 centavos que llegamos a conocer en circulación en los 40’s, 50’s y 60’s del siglo XX; y que nos daban de domingo.