¿Este arroz ya se coció?

0
1366

José Guadalupe Robledo Guerrero.

La carta de Ismael “El Mayo” Zambada que filtró su abogado Frank Pérez y que dio a conocer ayer 10 de agosto el periodista Keegan Hamilton de Los Ángeles Times, da claridad sobre lo sucedido el pasado 25 de julio, pero no libra a López Obrador del escándalo mayúsculo en que se encuentra su gobierno, del que insistentemente se ha dicho que está vinculado al crimen organizado, principalmente al cártel de Sinaloa.

En la carta mencionada, el Mayo Zambada cuenta cronológicamente los sucesos del día en que lo emboscaron y secuestraron, para llevarlo contra su voluntad al Paso, Texas, donde lo aprehendieron agentes del FBI.

Según el Mayo, el hijo del Chapo, Joaquín Guzmán López, lo invitó para que se reunieran en un rancho a las afueras de Culiacán con el objetivo de ayudar a resolver una disputa que había entre líderes políticos del estado. En dicha reunión estarían el gobernador de Sinaloa, el morenista Rubén Rocha Moya y Héctor Melesio Cuén Ojeda, ex rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa, ex presidente Municipal de Culiacán y diputado federal electo, quienes eran los protagonistas del conflicto a resolver, porque no se ponían de acuerdo en quién sería el rector de la universidad sinaloense.

Cuando llegó a la reunión, Zambada dice que iba acompañado del comandante de la policía judicial de Sinaloa, José Rosario Heras López y un escolta de su seguridad, Rodolfo Chaidez y allí saludó a su amigo Cuén. Al llegar al sitio, el Mayo vio a personas con uniforme militar, lo llevaron a un salón oscuro donde lo encapucharon, golpearon y esposaron, para secuestrarlo y subirlo a un avión.

Zambada asegura en su carta, que el ex rector Cuén Ojeda fue asesinado en el lugar donde sería la reunión, y no en una gasolinera por sujetos en moto que querían robarle su camioneta, como lo informaron las autoridades sinaloenses. También dijo que dos de sus escoltas habían desaparecido, no se sabía nada de ellos. Lo dicho por Zambada, sobre su secuestro, es lo mismo que dijo el pequeñito embajador estadunidense Ken Salazar.

Lo extraño de la carta, es que al final, El Mayo convoca a que no haya violencia, porque ya han estado en ella y a nadie beneficia. Y es extraña esta petición, porque en estos niveles del mando criminal no hay este tipo de reflexiones ante la traición.

Estos datos de la famosa carta, son lapidarios para el gobierno obradorista, pues en la traición al Mayo, se encuentra el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha, y nadie cree que como morenista de la 4T, no haya informado y pedido su anuencia al presidente López Obrador, para participar en estos acontecimientos que hoy representan el mayor escándalo narcopolítico que tiene el gobierno de AMLO, precisamente cuando está a 50 días de terminar el sexenio.

Sin embargo, al ser cuestionado por los medios de comunicación en Cabo San Lucas, Baja California Sur, López Obrador dijo que había que esperar a conocer la versión del gobernador sinaloense y tener todos los elementos. Lo mismo dijo la presidenta electa Claudia Sheinbaum. Estas declaraciones sorprendieron, porque la gravedad del caso obliga a una investigación al margen de las versiones de los protagonistas.

AMLO ya sabe lo que le depara el destino, y seguramente está pensando en como salir del atolladero en que está metido su gobierno, y él en particular, y no hay duda que estará dispuesto ha hacer lo que sea, con tal de salvar su pellejo, y eso es muy preocupante por la polarización que vive el país, fomentada por López Obrador.

Pero independientemente de que El Mayo Zambada haya sido secuestrado o se entregó voluntariamente, lo cierto es que si quiere conseguir beneficios para aligerar su condena, tendrá que colaborar informando lo que le pregunten, y eso tiene deprimido al Peje.

El gobernador Rocha Moya, dijo que no había nada oculto, desmintió que él estaría en dicha reunión “al Mayo le mintieron y cayó en la trampa”, y aseguró que precisamente ese día había salido a Los Ángeles acompañado de familiares, pero nada dijo de los motivos de su viaje. Lo cierto es que todo lo que diga será usado en su contra.

De todos modos, ningún “político” de la Cuarta Transformación ha dicho esta boca es mía, de repente se sumieron en un silencio raro en ellos, pues ninguno ha salido a vociferar en favor de su narcogobierno, por el que recientemente votó la mayoría de los que acudieron a las urnas. ¡Pobre México! Tan lejos de la seguridad y tan cerca del crimen organizado.

Política aldeana

La diputada María Bárbara Cepeda, en un claro menosprecio por la curul que obtuvo con el voto popular, ya no quiso volver al congreso local donde pidió licencia, tras la derrota electoral que padeció en su intento por convertirse en senadora. Quizás por ello se le creó una nueva dependencia, la secretaría de Vinculación Ciudadana, Proyectos de Innovación Social e Inversión Público Productiva, un largo nombre con todo lo que signifique, para quien aspira a volar alto en el menor tiempo posible. ¿Será sustentable su aspiración?

Preguntas huérfanas

¿De dónde le saldría lo “socialista” al ex gobernador Rubén Moreira?

¿Será cierto que se construirá el tren México-Nuevo Laredo que todos dan por hecho?

¿Será verdad que a Beatriz Gutiérrez Müller le sucedió lo mismo que a “La Gaviota”?