El gobierno de AMLO fue tóxico, sin desarrollo ni progreso y con cientos de miles de muertos

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Jorge Arturo Estrada García.

«Los hombres se dividen en dos bandos:
los que aman y fundan, los que odian y deshacen.»
José Martí.

«Anticiparse es el poder más importante.
Los perdedores reaccionan, los líderes se anticipan.»
Tony Robbins.

«Es espantoso que gente tan ignorante tenga tanta influencia.»
George Orwell.

La primavera democrática se acabó de golpe. Es el fin de una época. La tozudez de Andrés Manuel ganó la guerra. No sabemos si tendremos un país más justo y próspero. El sistema de partidos se agotó y se extingue. Ahora seremos gobernados por los mismos impresentables personajes, exprianistasprd, que mutaron en morenistas. Ahora el bastón de mando lo sostiene López Obrador. México es un país de pobres, gobernado por miserables. Somos ciudadanos apáticos y poco informados. Perdimos todos.

El presidente, reconstruye el autoritarismo y destruye la democracia. Restaura a la Presidencia Imperial, la del Viejo PRI, de los setenta del siglo pasado. Los consejeros del INE y los magistrados del tribunal electoral traicionaron a los mexicanos, y se doblaron ante el poder del tabasqueño. El sistema democrático está en ruinas. Aun vienen más traiciones.

En el tramo final del sexenio, estamos ante hechos históricos lamentables. Somos testigos, muchos somos mudos, indiferentes, ingenuos e incautos respecto de algo tan valioso, que costó décadas de luchas, guerras sucias y tragedias, construir. El voto oculto, del 2 de junio, resultó ser para esconder la vergüenza de los electores que votarían por Morena, por el dinero que reparten y que ellos reciben. Antes se ocultaba la intención del voto, por temor a represalias del PRI, ahora es igual con el partido de AMLO. El presidente sabe que más del 60 por ciento de la población necesita el dinero de las becas para completar sus gastos. Todavía más, en un entorno inflacionario como el actual.

La oposición mexicana está aplastada. Los partidos, la sociedad civil y los ciudadanos socio conscientes, perdieron la guerra. El tabasqueño ganó las principales batallas.  Actualmente, ya no hay liderazgos nacionales. Ni en Morena ni en ningún otro lugar. Quedaron solos en la cima Andrés Manuel y Claudia Sheinbaum. Uno es líder de facto, y la doctora tendrá la Silla del Águila.

El gobierno del tabasqueño se terminó. Su gobierno fue tóxico, no hubo desarrollo ni progreso; en contraste, su legado incluye cientos de miles de muertes. Las élites de siempre ya están con López Obrador y él ya les duplicó sus fortunas, en seis años. Él los sedujo, y ya los trae de aliados. Así, para el “pueblo bueno”, solamente les corresponden becas y circo mañanero. También, más pobreza, escasez de oportunidades de superación, con el sistema educativo semi derruido, sin democracia, sin justicia plena, sin sistema de salud eficiente al alcance de todos y sin medicinas. Mientras, a las élites se les reparten más negocios y miles de millones. Igual que siempre. El presidente, soberbio y lenguaraz, presume que hizo más ricos a los mega millonarios mexicanos. Pemex está en quiebra.

El país ya funciona con dinero prestado y se siguen engordando los pasivos. Los morenistas resultaron igual de corruptos que los prianistas. Su gobierno fue pésimo. Ha sido el peor en los temas de crecimiento y desarrollo, desde Miguel de la Madrid, fue menor al uno por ciento. Así, el crecimiento acumulado en todo el sexenio sería de solo 5.0 por ciento, lo que se traduce en una tasa anual promedio de 0.8 por ciento.

Lo peor del caso es que nos gobernarán los mismos. Morena es una colección de impresentables surgidos del prianprd, Las extorsiones, las desapariciones y asesinatos, se multiplican en el territorio nacional. Eso, no les preocupa a los mandatarios guindas, de todos los niveles, ellos dicen que “están trabajando y atendiendo las causas”.

El derecho ciudadano a elegir gobernantes nos lo han arrebatado una partida de políticos generados por la corrupción, y por la pésima vigilancia que los ciudadanos hacemos de ellos.  Son los mismos. Nombra a las figuras de todos y cada uno de los partidos y encontrarás a un multimillonario; con sus hijos y parientes, incrustados en las nóminas y en los negocios.

AMLO, Pasará a la historia como el destructor de la democracia. La soberbia lo vuelve cada vez más audaz. Ese poder político enorme, que ha acumulado, es lo que buscó desde hace décadas, en todo momento. El gobierno de Joe Biden, de Estados Unidos, busca contenerlo por sus propios intereses. El tabasqueño los desafía, pero ya le tienen tomada la medida y los expedientes, por si acaso.

Al presidente no le gusta que exhiban sus escándalos de corrupción y esconde la información, “por seguridad nacional”. Ahora, de plano, dicta desaparecer al INAI y al Coneval, para que las cuentas públicas sean inaccesibles y permanezcan ocultas para siempre del escrutinio público. La política, de López Obrador, se hace con dinero y mentiras, con muchísimo dinero y muchísimas mentiras. Él sabe que el pueblo bueno a cambio de los pesos, que les entrega, le perdona todo.

Así, el Rey del Cash acumula poder y podrá modificar la constitución cuando quiera e incluso podrá intentar reelegirse, tan pronto como lo decida. Prácticamente, las reglas constitucionales ya no existen. López puede cambiarlas el día que quiera. Ya lo ha demostrado.

A estas alturas, la clase política nacional está aplastada y semidestruida, lo mismo los medios de comunicación formales. Ya perdieron demasiadas batallas. Los ciudadanos transitamos agobiados por las problemáticas cotidianas, sobreviviendo en las estrecheces y la inseguridad; y, prácticamente desinformados. Así, los ejércitos de panfletarios digitales llenan las redes de las mentiras oficiales. Y, esto, se irá multiplicando, los “soldados de Morena” se apoderan de los medios. La victoria fue completa, la derrota fue enorme. Los partidos podrían desaparecer o convertirse en satélites morenistas.

 Andrés Manuel ganó, todos perdimos.  El cierre viene más tormentoso, Veremos.