En 1977 se aprobó un megaproyecto de pavimentación de las calles de Piedras Negras

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Rigoberto Losoya Reyes.

Piedras Negras, Coahuila es una ciudad fronteriza también conocida como la “Puerta de México”, llamada así cuando se emprendió el Programa Nacional Fronterizo conocido por sus siglas como PRONAF y que se desarrolló a principios de la década de 1960. Este programa tuvo como objetivo mejorar la imagen urbana de las ciudades fronterizas para que fueran más atractivas ante el turismo internacional.

Una de las grandes preocupaciones de las administraciones municipales de Piedras Negras es la pavimentación de sus avenidas y calles. En septiembre de 1924, se emprendió por primera vez un proyecto muy ambicioso de pavimentar por primera vez sus calles. Sin embargo, uno de las dificultades que se tuvo que vencer fue la cooperación de los propietarios de los inmuebles beneficiados. Sin embargo, como es lógico, estas grandes obras no son eternas y cada cierto tiempo requerían un mantenimiento preventivo y correctivo. En ocasiones el presupuesto municipal no era suficiente para repavimentar y los baches motivaban constantes quejas de los ciudadanos.

Otro gran proyecto general de pavimentación que se llevó a cabo fue en la década de 1970

De acuerdo con el decreto número 156 publicado en el periódico oficial el 16 de diciembre de 1977, Se declaró de utilidad pública las obras de pavimentación y repavimentación de las calles y avenidas de la ciudad de Piedras Negras. Se facultó al ayuntamiento para que administrara, y contratara el financiamiento. Las condiciones de las calles eran pésimas y urgía un programa urgente para atender este problema urbano. Para ello, se autorizó para de inmediato que, se iniciaran las obras de pavimentación en todo el perímetro urbano de la ciudad. Todas las calles y avenidas de la ciudad serian pavimentadas o repavimentadas sin excepción, por ello es que este proyecto quedó escrito en nuestra historia. Fue diseñado por el departamento de Obras Públicas y la Junta Consultiva Municipal. En el reporte posterior, se informó que, las calles que se repavimentaron se aplicó una carpeta de concreto hidráulico y las calles que requirieron bacheo y sello se retiró el material afectado y se aplicó una carpeta de revoltura asfáltica de 0.05 Mts., de espesor compactada. Para planear las obras, todo el sector urbano se dividió en 9 zonas para su pavimentación. Para financiar la enorme inversión fue necesario recurrir a determinar una cuota de recuperación que pagaron los propietarios o poseedores a título de dueño de los inmuebles fincados que tenían frente a la calle donde se realizaron las obras. Los ciudadanos beneficiados cumplieron con aportación obligatoria de acuerdo con la siguiente tarifa: 

I. Pavimento de concreto 150.00 M2.

II. Bacheo y sello $50.00 M2.

III. Pavimento asfaltico 80.00 M2.

Esta obra pública de gran envergadura, fue autorizada por el gobierno del estado y se estableció en el decreto que la obligación de pagar las tarifas tuvo el carácter de crédito fiscal.  Se autorizó pagar en doce mensualidades cubriendo los intereses correspondientes. La tesorería municipal se hizo cargo de la determinación y liquidación del cobro de la cuota de recuperación. Se levantó un padrón de causantes obligados al pago de la cuota de cooperación para notificarles.

Las notificaciones señalaban el nombre del propietario, ubicación cuota de recuperación por metro cuadrado, el importe líquido, y el importe de las mensualidades.  La Tesorería Municipal aplicó a los causantes morosos el procedimiento económico coactivo en los términos de la Ley.

Hasta la fecha la pavimentación de las calles sigue siendo un problema permanente y en época de lluvias sale a traslucir los “baches” en las arterias viales, que constantemente son atendidos eficientemente por el departamento de Obras Públicas del municipio.