Los cochinos (II)

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Rufino Rodríguez Garza.

Ya he estado en esta elevación por tres veces consecutivas, y quizá tendré que realizar otras tres o cuatro más para concluir la documentación de este gran sitio.

Esta sierra tiene una longitud aproximadamente de 7.4 Km y se le conoce como “Los Cochinos” la cual corre desde la parte sur hasta la presa del mismo nombre; pero de la presa al norte cambia de nombre y se llama “Loma Larga” o “Piedra Pinta”.

Estas dos lomas son de mucha importancia, pues contienen una gran cantidad de sitios de arte rupestre, donde los nómadas plasmaron sus enigmáticos mensajes.

Caminar estas alturas tiene un cierto grado de dificultad, pues con las recientes lluvias ha crecido la maleza y esto dificulta revisar cada espacio de estos relices.

De la carretera hacia el norte los grabados son pocos, aunque contienen cierto interés, ya que como lo afirma el Ing. José Flores Ventura en una de sus teorías de que en este lugar habitó un grupo de cazadores-recolectores que se movía por toda la región, a la que le ha llamado “De los Cuchillos”.

Por la parte superior hasta las inmediaciones de esta serranía prácticamente los grabados son escasísimos; pero conforme se acerca uno a la presa van apareciendo más motivos.

En este recorrido solo he podido percibir dos lugares con unas “manchas” de pintura; de hecho sé que dirigiéndome hacia el norte irán apareciendo más grabados y más sitios con pinturas.

A este icónico sitio lo visité por primera vez en al año del 2008, ahora una inspección rápida por lo que estoy detallando a profundidad.

En tres lugares he podido observar en algunas rocas unas muescas en los filos de las mismas, se puede inferir que se trata de otra forma de conteo, pues no solo aquí en Los Cochinos se localizan estas raras manifestaciones; puedo creer que los arqueólogos en algún momento tendrán que aportar alguna hipótesis o realizar alguna tesis para su estudio al respecto.

También podemos observar algunos de los famosos “hongos”, los cuales han relacionado con hondas o con raspadores, pero que yo relaciono con un símbolo territorial, una forma de proteger sus lugares de estancia, de cacería, aguajes o lugares sagrados donde dejaban a sus difuntos.

Desde donde están estos múltiples grabados se puede observar un valle que va a dar a lugares que también tienen estos extraños motivos.

Desde esta altura era fácil localizar piezas para poderles cazar, sobre todo lo más buscado que eran los venados, tanto el cola blanca como el bura, ¿y por qué no?, también el berrendo!!

En el llano se ha localizado lítica y rastros de chimeneas, por lo que presencia humana fue casi permanente.

Aquí no lejos hay ahora una presa, pero desde siempre el agua se estancaba lo que era atractivo para los cazadores-recolectores como a la misma fauna, ahora poca y otra más que ya se extinguió, como es el caso del borrego cimarrón y los osos; también no podemos descartar el paso de grandes rebaños de búfalos.

En este lugar nos pudimos percatar que los grabados son de diferentes épocas, la pátina nos puede dar mucha información al respecto, pues el grado de “claridad” o de “escurana” nos refiere la fecha de ejecución.

En este promontorio se grabaron algunos Átlat’l, herramienta de uso intensivo hasta que arribó el arco y la flecha que poco a poco fue desplazando a la lanza y empezó a generalizarse el arco.

El arco es un arma de mucha tecnología, al cual lo componen múltiples elementos como lo son: la cuerda, la punta, la flecha, la pluma, la fibra o tripa para sujetar o atar la flecha.

La vereda tuerce, pero se aprecian más cosas a lo lejos, tendremos que seguirla y ver a donde nos lleva la vista.