Oliverio Ascascius.
Las francesas sí saben besar,
besan a borbotones, a sorbetones,
mordiendo como el sol en la piel al mediodía.
Besan con estruendo de cometas,
besan desde el fondo de la pasión,
muerden con dulzura o fiereza de pantera.
Besan sin miedo a ser consumidas,
besan como recitando un soneto,
como dirigiendo una orquesta de pájaros
picoteando tu boca.
Besan con fruición, absorbiendo tu aliento
hasta formar un solo aliento con su aliento.
Besan de más, besan sin cesar.
Besan como queriendo ganarle la vida al tiempo.
Besan a mordidas, de a lengua,
como incitando a copular con su lengua.
Besan de tal manera
que te hacen sentir morir en un beso
y que ese beso era el secreto de la vida,
morirse, sintiendo que se hunde como daga,
el placer inmenso de ese beso.