Fernando Rangel de León.
Nunca en la historia de México, uno de los tres poderes de la Unión, había parado sus labores, como lo está haciendo actualmente el Poder Judicial de la Federación, que ya tiene más de un mes en paro de labores en todo el país; primero con el pretexto de oponerse a que el Poder Constituyente Permanente, modificara la Constitución, para la Reforma Judicial; y luego con el pretexto de presionar para que el Ejecutivo Federal, no promulgara y publicara en el Diario Oficial de la Federación, esos cambios para que puedan entrar en vigor.
Los días 11 y 15 de septiembre, se reformó la Constitución, y se publicó la reforma, respectivamente; por lo que ya no tienen pretexto alguno para que el PJF no labore; pues si alguien sabe que contra la Constitución y sus reformas no procede recurso legal alguno, es el PJF; por lo que ya no tienen más remedio que acatarla tal y como está desde el pasado 16 de septiembre en que empezó la vigencia de sus reformas.
Los tres Poderes de la Unión, tienen funciones necesarias para la vida pública; pues el Ejecutivo está obligado a dar seguridad pública, agua, energía eléctrica, salud, vías públicas, etcétera, todos los días del año, a la población -aunque con fallas-; el Legislativo tiene el deber de hacer leyes, decretos, gestoría social, etcétera, mientras no esté en receso, y cuando lo está, en su lugar funciona la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, por lo que se trabajan los 365 días.
La función del Poder Judicial Federal, es impartir justicia, conceder suspensiones en juicios de amparos contra ordenes de aprehensión, otorgar amparos para restituir a los amparistas en el goce y disfrute de sus garantías constitucionales violadas, sancionar los delitos, dar la libertad inmediata a los absueltos en las sentencias, y en una palabra, dándole a cada quien lo que le corresponde.
Cuando funciona este PJF, trabaja muy lentamente; pues transcurre hasta más de un año o año y medio, sin dictar sentencias en los procesos penales, en los juicios familiares, civiles y mercantiles; en las apelaciones y en los juicios de amparo.
Pero ahora, de plano el PJF, está inactivo; con el grave riesgo de perder la libertad por falta de suspensiones de órdenes de aprehensión, solicitadas en las demandas de amparo; y a los trabajadores no se les conceda amparo contra laudos absolutorios en favor del patrón.
Por lo que si ya no hay por qué seguir en paro ¿por qué los trabajadores del PJF, no regresan de inmediato a laborar para que su habitual rezago de años no siga aumentando?