David Guillén Patiño.
A un mes de instalada, la LXVI Legislatura de la Cámara de Diputados aprobó por unanimidad, y con la dispensa de trámites, lo que se ha dado en denominar “Ley Silla”, presentada por el diputado Ricardo Monreal Ávila, coordinador del Grupo Parlamentario de Morena.
Ventilado infructuosamente en septiembre de 2023 en el Senado de la República por la ahora diputada federal Patricia Mercado Castro, se trata de la iniciativa de reforma a los artículos 132, 133, 422, 423, con la adición de la fracción XVII al artículo 133 de la Ley Federal del Trabajo, en materia del derecho al descanso del trabajador en su jornada laboral.
De acuerdo con información de la Cámara de Diputados, el proyecto, enviado ya a la Cámara de Senadores para sus efectos constitucionales, plantea la obligación de los patrones a proveer el número suficiente de asientos o sillas con respaldo a disposición de todas las personas trabajadoras en los sectores de servicios, comercio y centros de trabajo análogos, para la ejecución de sus funciones o para el descanso periódico durante la jornada laboral.
En el caso de descansos periódicos, los asientos o sillas con respaldo deberán estar ubicados en áreas específicas que para tal efecto se designen en las mismas instalaciones del lugar de trabajo. Esta disposición se observará en los establecimientos industriales cuando lo permita la naturaleza del trabajo.
Con la “Ley Silla” se busca también prohibir que las personas empleadoras obliguen a las personas trabajadoras a permanecer de pie durante la totalidad de la jornada laboral o tomar asiento periódicamente durante el desarrollo de sus funciones.
Además, se proyecta incluir en el reglamento interior del centro de trabajo que los periodos de reposo durante la jornada laboral son obligatorios, así como las normas que regulen el derecho de los trabajadores a usar los asientos o sillas con respaldo.
La “Ley Silla” no es de manufactura mexicana, sino una adaptación de una reforma que, bajo la misma denominación, se concretó con éxito en otros países, hecho admitido por los propios proponentes de la iniciativa en México.
En 1914, se promulgó en Chile la «Ley Número 2951», que estableció el derecho de los empleados particulares a descansar en sillas. Veintiún años después, en 1931, Argentina hizo lo suyo, obligando a los establecimientos comerciales a proporcionar un asiento, sí, con respaldo, a cada empleado.
Las posturas de los diputados federales son en el sentido de que las nuevas disposiciones están incompletas, pues solamente son aplicables para el caso de los trabajadores de la iniciativa privada, no del sector público, con lo que gran parte de la fuerza laboral del país estaría quedando fuera de este beneficio.
Coincido con esas apreciaciones, pues, en efecto, de acuerdo con el texto de la reforma, esta no aplica para el gobierno en sus diferentes órdenes, lo que incluye, paradójicamente, al propio poder legislativo, en el que muchos de sus empleados se ven obligados a trabajar de pie, particularmente durante las sesiones.
A juicio propio, pero sin el ánimo de demeritar estas mejoras en las condiciones laborales, como en el cuidado de la salud y, en general, en materia de derechos humanos, esta importantísima modificación a la Ley Federal del Trabajo contiene claras omisiones, producto de un desaseo en el planteamiento.
Así, por ejemplo, al proponerse el uso de sillas “con respaldo” se soslaya que desde hace buen tiempo existen en el mercado diversos modelos de asientos con diseños ergonómicos, dependiendo de las circunstancias y tipo de tarea que desarrollen los trabajadores, asimismo, de su edad o de sus eventuales discapacidades físicas.
Será que cuando se propuso por primera vez la idea de dotar de simples sillas a los empleados corría apenas el año 1914, tiempo en el que la ergonomía no era reconocida como ciencia, sino hasta después de la II Guerra Mundial.
También se deja fuera de esta nueva responsabilidad a un ejército de negocios dedicados a capacitar y proveer de personal de vigilancia y seguridad a empresas e instituciones, lo mismo públicas que privadas. En este punto, ¿a cuál de las dos partes se deberían aplicar las sanciones por incumplimiento de la “Ley Silla”?
Por cierto, la multa va de 250 a 2,500 veces la Unidad de Medida y Actualización (UMA), lo que equivale a 27 mil 142.5 a 271 mil 425 pesos. En caso de reincidencia, la Inspección Laboral puede ordenar la suspensión temporal de las actividades
Con objeto de conocer las reacciones y el ánimo que privó durante la sesión en la que se aprobó la iniciativa, enseguida cito textualmente algunos de los pronunciamientos más significativos que los parlamentarios presentaron en tribuna:
Ricardo Monreal Ávila: “Es una iniciativa que contiene disposiciones de justicia para un sector que merece nuestra atención. No genera problemas, ni recursos fiscales, financieros o económicos, sino a los dueños de autoservicios o establecimientos mercantiles o similares, disponer horas de descanso, espacios de descanso y sillas con respaldo para la espalda. Es un propósito noble”.
Patricia Mercado Castro: “Estamos resolviendo un tema de salud pública, en términos de enfermedades de trabajo y, por otro lado… estamos resolviendo algo tan simple y tan humano y, efectivamente, producto de un acuerdo entre sindicatos, cámaras empresariales, gobierno federal y las diferentes bancadas en el Senado de la República y, hoy, en esta Cámara de Diputados”.
Pedro Miguel Haces Barba: “Los trabajadores son seres humanos que merecen el respeto y el reconocimiento de todas y cada uno de nosotros…. Y el descanso para ellos, con esa silla que se les tiene que poner, sobre todo en las tiendas de autoservicio o maquiladoras, también va a ser reflejo de que muchas enfermedades que pudieran llegar a ellos por estar de pie tanto tiempo se eliminen de sus vidas”.
Kenia López Rabadán: “Sabemos que hay que poner a la persona y su dignidad en primer lugar. Por eso celebramos esta reforma… Solamente, un dato: este esfuerzo solamente va a ser para la iniciativa privada. ¿Por qué no para el gobierno? ¿Por qué se dejó fuera a los trabajadores, incluyendo, por cierto, a nuestros compañeros que están aquí? Me parece que esta es una reflexión necesaria”.
Gabriela Benavides Cobos: “Se oye sencillo, pero cuántas veces hemos visto a mujeres y hombres trabajadores parados: vendedoras, vigilantes, despachadores, encargados de tienda, cuyas situaciones son inhumanas e injustas… causa graves problemas de salud… Hay un derecho de los trabajadores de contar con condiciones dignas… tenemos que seguir trabajando en este tipo de iniciativas”.
Ricardo Sóstenes Mejía Berdeja: “Pequeños cambios a veces hacen grandes transformaciones en la vida cotidiana de millones de personas… Me parece que este cambio les va a ayudar, y también es propio del humanismo mexicano que postula la Cuarta Transformación. Tenemos que pensar más en el día a día de las personas, ser empáticos, ponernos en sus zapatos… También hay que ver otros temas…”
César Alejandro Domínguez Domínguez: “Este tipo de acciones, que benefician al empleado, al trabajador, aquel que está las ocho horas, y a veces algunas más… generándole varias enfermedades, siendo la fascitis plantar la más común… Me parece una iniciativa y una reforma que tiene un alto sentido humano, que tiene un alto sentido de responsabilidad para quienes llevan a cabo esta actividad”.
Irais Virginia Reyes De la Torre: “Con esta ´Ley Silla´ vamos a dignificar la vida de millones de empleados de este país que trabajan en tiendas departamentales que son empleados y empleadas del hogar, y muchos más trabajadores que ahora tendrán una jornada más digna, con sus sillas, como marca esta ley”.
Theodoros Kalionchiz De la Fuente: “Yo, como empresario, estoy (de acuerdo con la reforma) más que al cien por ciento, porque yo dependo del servicio al cliente, y teniendo a mis empleados bien descansados, bien productivos, vamos a dar el cien por ciento de nuestros negocios”.
Jesús Emiliano Álvarez López: “No es un tema menor, pudiera decir que solo se les va a proporcionar una silla, pero es algo que no se ha dado en este país… un tema que no solamente es reivindicar los derechos de los trabajadores, sino un tema de salud, y es para contribuir al desarrollo, a la mejor utilidad que pueda, pero, sobre todo, estamos contentos porque estamos legislando para el pueblo de México”.
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