Ciudad de México, 16 oct (EFE).- La presidenta Claudia Sheinbaum prometió este miércoles que su Gobierno impulsará la transición energética aunque los senadores del oficialismo eliminaron la obligación del Estado de promoverla en la reforma constitucional sobre energía que ahora discuten.
“Queremos la transición energética, queremos más fuentes renovables de energía, pero no necesariamente tiene que quedar establecido en la Constitución”, expuso la mandataria en su conferencia de prensa diaria.
La gobernante mexicana se refirió a la aprobación el martes, en comisiones del Senado, de la reforma para dejar de considerar empresas productivas del Estado a Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE), que ahora serán empresas públicas para no competir en el mismo nivel que las privadas.
Las modificaciones, que aún deben avalar los congresos estatales, revierten en parte la reforma energética del Gobierno de Enrique Peña Nieto que abrió el sector a la inversión privada y catalogó a Pemex y CFE como empresas productivas para que compitieran en igualdad con los particulares.
Aunque la reforma aprobada la semana pasada en la Cámara de Diputados, propuesta por el expresidente Andrés Manuel López Obrador, contemplaba que el Estado debía conducir la transición energética, es decir, hacia energías renovables, Sheinbaum justificó la remoción de ese apartado.
“En ese párrafo no quedaba claro a qué se referían, formalmente era para la transición energética, pero en el párrafo no quedaba claro si era solamente obligación del Estado la planeación de la transición o también la producción de todas las fuentes renovables de energía”, mencionó.
La presidenta argumentó que si hubiera quedado como tal el párrafo, no hubiera sido consistente: “Por lo que pudiera ser que, si uno pone un panel fotovoltaico en su casa, estuviera prohibido”.
Aún así, la aseguró que en las leyes secundarias que deriven de los cambios constitucionales se garantizará la transición energética.
El Gobierno de López Obrador y ahora el de Sheinbaum han afrontado críticas por impulsar los hidrocarburos de Pemex y priorizar la energía de plantas de la CFE, aunque provengan de fuentes menos limpias que la de generadores privados.