José Guadalupe Robledo Guerrero.
El pasado 2 de octubre se conmemoró el 124 aniversario del nacimiento de don Federico Berrueto Ramón en la Rotonda de Coahuilenses Distinguidos, en el panteón de Santiago de Saltillo, lo que me hizo recordar al destacado profesor, educador, historiador y político mexicano.
Conocí al profesor Berrueto en el segundo semestre de 1974, cuando asesoraba a la unión de los habitantes de la colonia Chamizal, liderada por Luciano Cruz y Lidia Hernández, que por esos días demandaban la tenencia legal de sus terrenos, lucha que finalmente logró su cometido, dando nacimiento al movimiento popular en Saltillo.
En aquella ocasión, un amigo -a petición de don Federico- me invitó a conocerlo. Quería que le platicará sobre las condiciones de los colonos, sus necesidades y su modo de vida, pues tenía la intención de escribir un libro relacionado con las colonias de la periferia, que según él serían el crisol de las luchas populares que darían inicio en las siguientes décadas por terrenos, viviendas y servicios públicos. Aquel primer encuentro produciría varias pláticas más.
Años después, me reencontré con don Federico en el rancho Valle Florido, ubicado a la entrada del poblado Los Lirios. Allí un grupo de amigos nos reuníamos cada semana en alegres tertulias sabatinas, pletóricas de cultura, filosofía, historia y política, aderezadas con comidas populares, tragos y anécdotas. Don Federico era el personaje principal de aquellas reuniones, pues todo lo que decía atrapaba la atención de los concurrentes.
En cierta ocasión que Eliseo Mendoza Berrueto asistió a la reunión, todos se fueron a jugar beisbol con el político, mientras yo me quedaba con don Federico a escuchar un disco de música popular mexicana que le había regalado uno de los invitados. De repente dijo con sonoro énfasis: “Esa melodía era una mentada de madre para don Porfirio Díaz”, ¿Por qué? le pregunté con toda mi ignorancia. “Esa melodía se llama Club Verde, que fue el primer club antirreleccionista de San Pedro de las Colonias, Coahuila”.
A esa aclaración siguió una larga cátedra sobre la revolución mexicana, que ya la hubiera deseado cualquier amante de nuestra historia. Don Federico era un hombre con una amplia cultura, jacobino y librepensador, además fue líder de una generación de políticos, que fueron falleciendo en el transcurso de los años, a esa generación perteneció Óscar Flores Tapia.
En otra reunión, los comensales se involucraron en la definición de la palabra osmosis. Luego que varios de los asistentes habían dado su opinión al respecto, con gran señorío don Federico llamó a su chófer, que en ese momento también era quien empujaba su silla de ruedas, pues el maestro estaba atado a ella, y le dijo: “Vámonos, porque lo pendejo se pega por osmosis”. Todos reímos de buena gana, pues don Federico mostrando su sarcasmo criticando el embrollo en que se habían metido los que trataban de clarificar el concepto.
Don Federico fue senador, diputado y subsecretario de Educación Pública entre otros cargos políticos. A los 20 años organizó junto con Casiano Campos a los mineros de la región carbonífera en su lucha contra las compañías extranjeras, razón por la cual fue preso durante 60 días en Monclova, Coahuila.
Cuando Flores Tapia era candidato al gobierno estatal, en su primera visita de campaña fue a saludar a don Federico, y le anunció que crearía el Colegio de Investigaciones Históricas de Coahuila, para que él fuera su primer presidente vitalicio, como un reconocimiento a su sapiencia y sus enseñanzas.
En la medida que pasan los años, me he percatado de cuánta falta hacen esos personajes como don Federico, porque cada día la república tiene mayor necesidad de su sabiduría, que hoy parece haber desaparecido de todos los escenarios políticos y gobernantes. Don Federico falleció el 13 de enero de 1980. Descanse en paz maestro Berrueto, algunos coahuilenses seguimos recordándolo, por lo mucho que aprendimos de su generosa historia.
Política aldeana
Algunos morenistas coahuilenses se quejan de que los puestos de relevancia política de su partido los ocupan ex militantes priistas y panistas, marginando a los “compañeros de la base” que creen tener mayores méritos solo por ser fundadores de Morena, aunque carezcan de conocimientos y experiencia en los cargos públicos. Así mismo, entrelíneas manifiestan su inconformidad con la senadora Cecilia Guadiana Mandujano, que según se dice fue fortalecida en sus aspiraciones gubernamentales con el nombramiento de su novio, Américo Villarreal Santiago, como delegado del Bienestar en Coahuila, debido -según dicen- a que la riqueza familiar de la legisladora fue acumulada con ayuda de los gobiernos priistas en la entidad. No cabe duda pues, que la “base” morenista coahuilense ya se impregnó del populismo obradorista, y comienzan aparecer los pleitos y animadversiones acostumbradas de las tribus del perredismo.
Preguntas huérfanas
¿Será cierto que como el PRI ya no tiene dinero para comprar votos, ahora sus políticos como Rubén Moreira están proponiendo días de asueto como el 12 de diciembre?
¿Por qué los morenistas coahuilenses no hablan sobre la corrupción del ex gobernador Humberto Moreira que le dejó al estado una deuda impagable de 36 mil millones de pesos, cuyos gastos se encuentran reservados y no permiten grandes inversiones públicas?
¿Qué tan cierto es que Xavier Herrera Arroyo tiene en su haber denuncias de enriquecimiento ilícito?
¿Sabía usted que durante el sexenio de AMLO el crecimiento económico promedio de México fue de 0.81 por ciento y no el 4 % que prometió en campaña?