Oliverio Ascascius.
La vida es un camino continuo hacia la muerte.
Cuando la muerte llama
No hay manera de sustraerse a su llamado.
Es como una orden
Llegado el momento, es como un imán
que nos hala cada vez con más fuerza.
Es como un hoyo negro donde ni la luz puede escapar.
Desde que nacemos estamos vinculados con la muerte.
Es la primera en visitarnos,
nos mira, nos carga nos arrulla un momento
y nos deja muy claro que le pertenecemos.
Nos advierte de cómo vivir para llegar hasta el final
o llevarnos antes de tiempo
Luego Se retira y nos señala una cuerda larga que llega hasta su morada
Por ella debemos transitar a medida que pasan los años
Por eso sentimos que la vida es frágil
Y que en cualquier momento podemos caer de esa cuerda
Sentimos que debemos volvernos equilibristas consumados
y ser muy cuidadosos ante los vaivenes de la vida
si queremos que perdure nuestro viaje.
Algunos se distraen
algunos no aprenden
algunos no les importa si se caen de la cuerda
y aceleran irresponsablemente su modo de vivir.
