La canasta II

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Rufino Rodríguez Garza.

Antes de cruzar, el arroyo en este solo tramo, los pobladores indígenas grabaron manos, de las que pude localizar tres de ellas.

También pudimos observar proyectiles, unas cuatro hermosas flechas con aletas y un gran vástago; casi a la misma altura de los proyectiles se localizan unos pies humanos, pero con el detalle de qué tienen un tipo de adorno como fuese un círculo relleno de cada lado del pie.

Pude observar poquísimas cuentas sólo uno o dos hongos y no he podido registrar ninguna navaja, éstas pueden estar más adelante según agarre camino hacia el rancho San Antonio.

En esta elevación estuve a punto de que unas avispas se aprovecharon de mí, pero como las oí y después las vi pude escapar a tiempo, para mí fortuna en este viaje ya no estaba el dichoso panal.

Este sitio lo conocí en el 2001 guiado por el finado amigo Candelario Flores Olvera al que de cariño le decían “El Chato”, esta localidad del Papalote es el paso obligado para llegar al Cañón de Lucas, Cañón del Cuervo y otros sitios de interés arqueológico, pues ahí se encuentran glifos, astas grabadas y pinturas.

El Papalote es la puerta de entrada a toda una biblioteca pétrea que nos da mucha información de la vida cotidiana de nuestros antepasados, y nosotros tendremos que valorar todos esos vestigios que están a la vista y que tendremos también que hacer muchos esfuerzos para conservarlos.

Junto a los vestigios gráficos observamos muchas chimeneas que nos dan idea de la densidad de la población, no lejos del Papalote, por La Canasta se localizan algunos y geoglifos y al lado norte del Papalote hay una modesta elevación que para fortuna nuestra también tiene algunos grabados.

En mi última salida por cierto el último día del mes de junio, llegué a este sitio al despuntar el sol, el día estaba fresco, las nubes amenazaban lluvia; un modesto camino me acercó a la parte poniente de la loma y alrededor de las seis de la mañana empecé a recorrer la modesta elevación donde localicé buenos grabados, aunque hay que destacar la presencia grabada de un hermoso venado completo de pequeñas proporciones y además de la especie que abunda en estos lugares, el cola blanca.

En la parte baja de la Loma Pinta está grabado otro pequeño, pero de muy buena factura y cerca del Papalote la distancia entre ambos motivos no pasa de 200 metros; otros motivos observados son algunas huellas y varias astas así como una curiosa cuenta de tres líneas en semicírculo de dudosa interpretación.

El recorrido fue de más de dos horas y regresé por el lado norte donde ahora está todo cercado, este recorrido de regreso a la base de salida no fue productivo pues no se vio ningún grabado.