Oliverio Ascascius.
La noche,
la oscura noche
como un vampiro solitario,
sale a sorber
las vergüenzas escondidas
que anidan en la piel
de los amantes desnudos.
Del miedo no quedarán
más que escombros
y galaxias de vacío.
Costras esparcidas
que recogerá el viento.
Melancólicamente
las cadenas colgarán
en la cara maquillada de la duda,
como preseas del hombre
sobre su pasado tormentoso.