AMLO, sí resultó un peligro para México

0
28

Jorge Arturo Estrada García.

“Para cualquier político eres o un instrumento o un enemigo.
No saben qué es una persona”.
Friedrich Nietzsche.

“Los pastores serán brutales mientras las ovejas sean estúpidas”.
Fray Luis de León.

López Obrador ganó. Se apoderó del poder político del país. Ya lo moldea según sus aspiraciones. Andrés Manuel, detectó la miseria de la política mexicana. Localizó a los traidores, a los ambiciosos, a los dóciles políticos y los reclutó. Diagnosticó, acertadamente, la debilidad de sus adversarios y los pulverizó. La suerte estuvo de su lado. Conoció, de primera mano, el rencor de gran parte de los mexicanos hacia los poderosos. Separó a los ricos de los pobres. A los educados de los ignorantes. A los veteranos de la cultura del esfuerzo, de los Ninis. Básicamente, comprendió los agobios que significaban vivir en un país, de mano de obra barata, que enriqueció a las élites y a los corruptos.

Entonces, a lo largo de más de dos décadas, fue trazando su plan. Sobre la marcha lo fue refinando y ampliando los objetivos. Las circunstancias lo favorecen. Ahora, el tabasqueño construyó un paraíso de autoritarismo, corrupción e impunidad para su régimen. Uno a imagen y semejanza del viejo PRI de los setenta.

A cambio de dinero en efectivo en sus hogares, un 36 por ciento de los mexicanos votó por su modelo de gobierno, dos veces. Su gobierno fue tóxico e incompetente. Solamente el poderío que emana del T-MEC, el símbolo por excelencia del modelo neoliberal, le da viabilidad económica y social al país. Es el modelo del mercado manda. Es lo que mantiene en marcha a México.

Sin embargo, su visión, de un mundo que ya no existe, le marca imponer al Estado y sus empresas como el motor de la economía, eso aun lo manifiesta la presidenta Claudia Sheinbaum. No obstante, los proyectos faraónicos obradoristas, construidos “a la mexicana, al viejo estilo” fracasaron. Así, se agotaron los fondos y fideicomisos de contingencia. Adicionalmente, Pemex se convirtió en un lastre para el desarrollo del país, es una paraestatal que adeuda 100 mil millones de dólares, y pierde casi unos mil millones de pesos, diariamente. Como remate, las medidas políticas de AMLO ponen en riesgo la credibilidad de los inversionistas internacionales. La suma de estos factores, hunden, al país en lo económico, lo político y lo social. No obstante, a estas alturas de su camino a la cima, solamente el factor Trump puede estorbarle.

En lo político, el Plan C de Andrés Manuel destruyó la democracia. En lo económico, la construcción del poderío de la Cuarta transformación se construyó con base en las becas y los miles de millones desviados. Fue un gobierno, derrochador que construyó obras insignia caras y que se convierten en elefantes blancos. Salvar a Pemex con una nueva refinería, lo lleva a hundirse en la quiebra y a endeudarse en el extranjero, lo que casi lo desahucia.

México, está en la peor situación financiera de los últimos 30 años. Los mantos de petróleo de Cantarell se agotaron, hace años. Aunque, es pertinente conocer que en los primeros años del 2000 contribuían con el 30 % o 40 % de los ingresos totales del gobierno federal; ahora, ya es la petrolera más endeudada del mundo y hay que subsidiarla. Los ingresos federales provienen de las actividades de exportación y libre mercado.

El crecimiento se detuvo, entramos a turbulencias financieras importantes. El nearshoring se mantiene como un espejismo, que flota en el ambiente, pero no se concreta. La Inversión Extranjera Directa no crece al ritmo estimado; es más, prácticamente nos quedamos igual estos dos últimos años. Así, apenas se logró un 3.6 por ciento más, de lo registrado en el mismo periodo de 2022. Ya es evidente, que las acciones y actitudes del gobierno federal detienen a los grandes inversionistas.

Es cierto que los asalariados ganan más, pero deben gastarlo en comida cara, por la inflación y la carestía, lo mismo pasa por la seguridad social demolida, centralizada, sin médicos y medicinas. Además, los mexicanos deben vivir en ciudades dominadas por la delincuencia y las extorsiones. Con autoridades que reparten abrazos y ciudadanos que reciben balazos. 200 mil homicidios en seis años. Entonces, por supuesto que se agradecen las becas que llegan a los hogares. Muchas familias ya se volvieron dependientes de ellas, ya sean morenistas abiertos, o de closet.

Los recortes al Presupuesto 2025 no corresponden a una situación de normalidad. Sin embargo, no hay explicaciones para el recorte de 34 por ciento del presupuesto a la Secretaría de Salud, eso incluye una poda del 67.4 por ciento al presupuesto para vacunación, lo rebajaron de 14 mil 31 millones de pesos, este año, a tan sólo 4 mil 571 millones de pesos en 2025. ¿Acaso ya no se necesita, porque nuestros niños son inmunes a la poliomielitis, tuberculosis, difteria, sarampión, influenza, etc.?

En contraste, se le destinan a Pemex 465 mil millones de pesos para que opere en el 2025, ¿No debería ser la petrolera la que aportara recursos para los programas de desarrollo humano?

 El regreso de Donald Trump, a la Casa Blanca, genera de nueva cuenta un enfrentamiento, entre dos gobiernos vecinos, que tienen en la mentira y la propaganda sus mejores armas. Tanto la Cuarta Transformación como el Trumpismo disparan demagogia, en ráfagas, para alimentar a sus masas de seguidores.

El tabasqueño conoce a la perfección el tamaño del poderío del nuevayorkino. Hace unos años, Andrés Manuel y Marcelo Ebrard fueron rápidamente doblados en el tema de migración, el propio Trump lo relata con detalles. Posteriormente, el sereno Joe Biden puso contra las cuerdas a López Obrador con la captura de El Mayo. Los estadounidenses cuentan con argumentos y recursos suficientes para doblegar al expresidente mexicano.

El inefable Donald Trump llega, lanza sus habladas y le recuerda al tabasqueño su verdadera estatura, fuera del país; y, el papel que el gobierno norteamericano espera que desempeñe. AMLO, sabe que sus pactos internos dejaron abierto un flanco muy vulnerable, y que no puede molestar a la Casa Blanca en los temas que a ellos les importan. Las peroratas del Palacio Nacional son para consumo interno. 

Estamos en momentos inéditos. Estamos en la época de la propaganda y la demagogia. De la comunicación instantánea, de las fake news, y de los mega millonarios apoyando al candidato Trump abiertamente. Ellos, dominan los mercados y los canales de distribución de los medios, esas redes son un nuevo obstáculo para la democracia, en donde la libre expresión de las ideas ha quedado atorada y es filtrada.

El proyecto de López Obrador logró, mediante la compra de traidores, la sobrerrepresentación en las cámaras legislativas que le permite cambiar a la constitución y dejarla a la medida de sus ambiciones. Así, va destruyendo los contrapesos democráticos. Nos regresa al país de las tinieblas. De la opacidad sin voto libre, sin justicia imparcial y sin libertad de expresión.

AMLO, sí resultó un peligro para México. El expresidente construyó un modelo político al tamaño de sus ambiciones a su imagen y semejanza: autoritario, insensible y opaco. Uno, que aspira a superar a las siete décadas del priismo en el poder. Y, que, ya perfila a una dinastía gobernante. Veremos.