2025, año turbulento para México

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Jorge Arturo Estrada García.

“Al final no me importa si me aman o me odian, mientras yo gane”.
Frank Underwood.

«Cuando alguien te reta, lucha. Sé brutal, sé duro”.
Donald Trump.

«Lo que separa a los ganadores de los perdedores
es cómo reacciona cada uno a un nuevo giro del destino».
Donald Trump.

López Obrador no se quiere ir. Ante las circunstancias imperantes, Andrés Manuel, intensifica la demolición de las instituciones, que le estorban a su proyecto de poder. La vida democrática y sus contrapesos, siempre le molestaron. Que otros poderes o las leyes estorbaran, a sus deseos de poder, lo enfurecían. Entonces, decidió terminar con todos ellos. Su plan C es exitoso. Se sabe dueño del poder legislativo, él los hizo candidatos morenistas. Él los hizo ganar, ahora lo obedecen. Como siempre, las formas políticas no le importan. Así, 2024 es el año de la destrucción. Aunque, también, hay un conflicto enorme por enfrentar en el 2025. Es una época turbulenta para México.

Para el año que inicia, las cosas vienen complicadas. Los escenarios, económicos, políticos y sociales son volátiles y peligrosos. Luego de un sexenio tóxico, demasiadas tormentas acechan. Los primeros meses serán difíciles y decisivos. Tal vez marquen el sexenio de la presidenta, Claudia Sheinbaum. Entonces, surgen interesantes interrogantes: ¿Para enfrentar a Donald Trump, el tabasqueño apoyará con fuerza a la mandataria? ¿O la dejará sola ante una potencial derrota política?

Él es el jefe absoluto de Morena. y además es el político más poderoso de la actualidad nacional. Es evidente que en la clase política, en este momento y en muchos años, él es el más diestro. Domina, ampliamente, el escenario del país. Además es el personaje mexicano más intenso, y dedicado a conquistar poder y ejercerlo. La mandataria necesitará mucho apoyo, ante el estilo agresivo del nuevo mandatario estadounidense. ¿Entonces, Andrés Manuel, intentará hacer ganar a Claudia o por lo menos la salvará de una derrota humillante, ante el agresivo neoyorquino?

Así, dominando con amplitud el entorno nacional, al nuevo régimen le esperan semanas difíciles. El regreso de Trump convierte a México, y a su gobierno, en el blanco de sus ataques. De esta forma, para el inquieto político tabasqueño, surgen nuevas variables en la ecuación. Si la mandataria encuentra el modo para neutralizar la virulencia del estadounidense, ¿AMLO estará conforme?, ¿La preferirá más fuerte ante la opinión pública, o la quiere más debilitada y dependiente? Esas interrogantes se resolverán con el tiempo. Son escenarios políticos interesantes.

Algunos analistas expresan que López Obrador no respeta las formas, es impulsivo y mantiene todos los hilos en un puño, entonces, ¿cómo podría contenerse? Si, además, las tormentas se ponen fragorosas con el desplome económico del país y el desgaste de la Cuarta Transformación; con un Donald Trump atacando y afectando la soberanía y las exportaciones, podría mantenerse al margen.

¿Entonces, le saldrá el patriotismo o el pragmatismo? Donald, ya lo venció hace unos cuantos años. El tabasqueño, ya probó el poderío del imperio en carne propia. Incluso, tuvo que ir a Washington a sentarse ante Trump para las fotos.

Es así como surge otra interrogante: ¿Quién será la pieza clave, en el actual sexenio, en quien se apoye la presidenta? Omar García Harfush, su personaje de confianza, es policía y esa tarea le absorbe su tiempo, no tiene perfil político. Marcelo Ebrard, ya ha sido traicionado, varias veces por la 4T, y ya no será un colaborador incondicional. Él, ya fue doblado por Trump junto al Peje el sexenio pasado, con las amenazas de aranceles. El doctor, Juan Antonio de la Fuente, exrector de la UNAM, no ha mostrado estar a la altura de los retos de la política exterior que se ejerce con guante de hierro y no de terciopelo, como será operada, en la Casa Blanca, por el equipo de duros trumpistas. Un personaje cercano de Donald es nada menos que Elon Musk, ante el cual, cualquier alfil amigo de la 4T se perciben “chiquitos”.

Ya veremos si Trump 2.0 va directo al choque y si la doctora Sheinbaum aprende a contenerlo y neutralizarlo, rápidamente. Por lo pronto, el proyecto de poder de AMLO se convirtió en un asunto de demagogia y dinero. Sheinbaum deberá seguirlo al pie de la letra. Sin dinero no habrá Cuarta transformación. En este momento, el tabasqueño, no quiere soltar el timón, ni reajustar sus planes personales, lo que ha complicado las cosas.

Así transitaremos el sexenio. Seremos reprendidos y humillados por Trump. La crisis financiera se ampliará y Pemex seguirá hundiéndose. Los prianistas continuarán perdiendo elecciones dirigidos por Alito Moreno y el grupo de Marko Cortés y de Ricardo Anaya.

Por lo pronto, sin Estado de Derecho, sólido y confiable, no habrá nearshoring masivo. Entonces, sin inversión extranjera directa amplia no habrá motor del desarrollo. Seguiremos estancados.

Al gobierno de Sheinbaum le tocó dinamitar a las instituciones democráticas. Así pasará a la historia. También, le asignaron la misión de esconder la corrupción que se dio en el sexenio de su antecesor. Por eso es la urgencia de desaparecer al Instituto Nacional de Acceso a la Información.

Sin lugar a dudas, nuestro destino económico está atado a las relaciones comerciales con el vecino del norte. Nosotros nunca evolucionamos en ciencia y tecnología. Lo nuestro es la manufactura y la agricultura. La mentefactura nunca la desarrollamos. Somos un paraíso de mano de obra barata y un gran mercado de más de 100 millones de consumidores.

Cuidado, regresa Donald Trump, a la Casa Blanca. El 2025, será un año de pesadilla para la Cuarta Transformación, o para todos los mexicanos. Veremos.